DIARIO UNO
El pasado miércoles se cumplieron tres semanas de la fuga de nueves presos que cumplían condena en el penal de Coronda. Los detenidos lograron escapar del micro de los transportaba rumbo a Rosario y de la vigilancia de diez agentes penitenciarios que los acompañaban en el colectivo.
Karina Bartocci, fiscal de la investigación vinculada con el accionar del oficiales penitenciarios, dijo que pudo haber existido una “negligencia o gran negligencia al momento de la requisa“. Igualmente, no descartó la posibilidad de una complicidad.
Según la mecánica que pudimos establecer hasta el momento, uno de los internos que se trasladaba en este minubus de Rosario a Coronda parecería ser que estaba fumando“, contó.
La funcionaria judicial aclaró: “En realidad, todos hablan de que había olor a humo proveniente de un cigarrillo, algunos dicen de un cigarrillo común, otros dicen a marihuana, pero que uno de los internos habría encendido un cigarrillo”.
Explicó que esta situación (la del cigarrillo) “provocó que uno de los agentes penitenciarios abra la puerta (que los separa de los internos) para que deponga esa actitud. Ahí es cuando se abalanzan sobre él”.
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La acción de que los detenidos se puedan arrojar sobre el agente penitenciario que abrió la puerta con intenciones de reducirlo, coloca la atención en saber si los presos estaban esposados.
“Estamos con los ojos puestos en las esposas. Deberían haber estado todos esposados, mas allá de que si prenden o no un cigarrillo (que está prohibido). Pero al estar esposado no debería haber ningún peligro para este penitenciario que fue a pedirle que apague el cigarrillo”, precisó.
Cabe aclarar que el protocolo indica que todos los detenidos deben ser trasladados esposados: “Sabemos que hay cuatro (presos) que no se fugaron y que se encontraban esposados. La duda es si todos los que se escaparon estaban esposados. La pericia arrojó que las esposas no estaban violentadas”.
La llave
La funcionaria judicial explicó que la investigación avanza en dos aspectos. Uno en relación a saber si efectivamente “no estaban esposados, y de ahí vendría la negligencia. La otra hipótesis podría ser que uno de los presos haya tenido una llave. “Igualmente, habría una negligencia en la requisa antes de subirlo al minibus por no encontrar la llave”, advirtió.
La fiscal informó confirmó que fueron cuatro las armas sustraídas a los oficiales. Consultada en relación a si se descarta la posibilidad de una complicidad de los agentes penitenciarios, Bartocci aclaró que “la investigación todavía no está cerrada”.
Cabe recordar que arriba del colectivo viajaban 10 agentes penitenciarios, de los cuales una era mujer. En declaraciones a la emisora LT 10, la fiscal comentó que no todos estaban armados.
“Había tres armas más que no fueron sustraídas. La posibilidad de repeler la acción (la fuga) estaba. Es parte de la investigación saber por qué no se llegó a represión mayor“, contó.
“Lo que hicieron (los agentes penitenciarios) fue asistir a los heridos y llamar al 911. Uno de ellos relata que tiró al aire con la escopeta antitumulto pero no se repelió con las armas reglamentarias”, detalló. Por último, recordó que si bien fueron sacados de sus funciones, los agentes penitenciarios se encuentran en libertad.