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La inflación registrará su cuarta baja consecutiva, cuando se divulgue el índice de julio. La sorpresa es que se ubicaría finalmente por debajo de 2,5%, es decir menos que lo estimado hasta hace pocos días. El motivo es que en la última semana del mes los alimentos prácticamente no tuvieron variaciones, lo que ayudó a profundizar la desaceleración.
El dato no sumaría electoralmente para el Gobierno, ya que se conocerá el 15 de agosto, cuatro días después de que se celebren las PASO. Pero en todo caso ya jugará para la contienda decisiva, que serán las elecciones generales, el 27 de octubre.
Según los relevamientos privados a los que tuvo acceso Infobae, la estabilidad observada en el rubro alimentos en la última semana es un fenómeno inusual. A esto se suman otros factores que también colaboraron. El congelamiento de tarifas es clave en este proceso, como también la estabilidad que en los últimos tres meses venía mostrando el dólar.
Sin embargo, la suba de la divisa sobre todo a partir de la segunda quincena de julio podría tener impacto en la inflación de agosto. Desde el piso que había tocado en la segunda semana del mes, la cotización del dólar ya acumula una suba de prácticamente el 4,5%. Ayer superó los $45 en el mercado minorista y quedó al borde de los $44 en el mayorista. Las últimas dos semanas subió 1,9% y 1,8% y ésta continúa con la tendencia alcista.
La baja de la inflación por cuarto mes consecutivo ayudará para que el consumo empiece a remontar. Esto se debe a que el aumento de salarios tras las paritarias le ganen al ajuste de precios, al menos en los próximos meses
Luego del pico inflacionario de 4,7% de marzo, a partir de abril empezó una tendencia descendente que se fue acentuando con el correr de los meses. Y en julio se estaría registrando el menor índice del año.
La caída adicional de la inflación en julio tiene un aspecto destacable, ya que se trata de un mes que tiene elevada estacionalidad, relacionada particularmente con las vacaciones de invierno. Pero estas subas fueron en parte compensadas por las tarifas congeladas y también los menores incrementos en alimentos.
Un dato que permitía avizorar que en julio podría darse una mayor estabilidad de precios fue la inflación mayorista de junio, que arrojó apenas 0,7%. En este caso fue fundamental la estabilidad cambiaria.
La baja de la inflación es un componente clave para impulsar la recuperación del consumo. Teniendo en cuenta que la mayoría de las paritarias se cerraron entre mayo y junio, los salarios empezaron a registrar una recuperación en términos reales. Pero aún están muy lejos de dejar atrás la fuerte pérdida que sufrieron en el segundo semestre de 2018 y por lo menos el primer cuatrimestre de 2019.