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Bajo la estricta orden de Mauricio Macri de evitar una nueva turbulencia financiera en la Argentina y alcanzar en lo inmediato lo que en el Gobierno llaman “un acuerdo institucional” de pax cambiaria, el Presidente encomendó a sus ministros a entablar una negociación a varias puntas con gobernadores y legisladores de la oposición para llegar a una meta concreta: un proyecto de ley consensuado tendiente a ordenar el esquema de pago a los bonistas locales y definir así el reperfilamiento de la deuda.
La decisión de enviar esta semana el proyecto de ley de redefinición de pagos de la deuda y exponer al ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, a una suerte de interpelación en la Comisión Bicameral de Seguimiento de la Deuda se frenó imprevistamente ayer por la mañana para evitar otra semana de desmadre en los mercados.
“Hay que ser cautos, esperar la reacción de los mercados, mantener una tregua controlada y asegurar un acuerdo institucional mayúsculo”, explicó a Infobae un destacado ministro del Gabinete. Fue la orden que impartió Macri y que empezaron a tejer desde anoche los ministros del Interior Rogelio Frigerio, Lacunza y las principales espadas del oficialismo en el Congreso como Mario Negri, Federico Pinedo, Miguel Pichetto y Emilio Monzó.
Lacunza deslizó ayer al término de la reunión de gabinete con Macri algunos lineamientos de esta nueva estrategia oficia. Se mostró confiado en las nuevas medidas de control cambiario y aseguró que el Gobierno trabaja para “cumplir con el cuidado de los argentinos”.
Así, se anunció el cambio de estrategia de la Casa Rosada que el fin de semana había previsto que el proyecto de renegociación de la deuda pública local anunciado por el Gobierno ingresaría este lunes al Congreso y que el miércoles Lacunza iría a la Bicameral de Control de la Deuda. Todo esto quedó cancelado.
En este nuevo contexto el ministro de Hacienda sólo se presentaría en la Comisión de Presupuesto y la de Economía cuando esté el proyecto. Se evitará someterlo a la Bicameral donde están los opositores de las dos cámaras y el Gobierno considera que puede ser un show innecesario ya que no tiene potestad de dictaminar nada.
La estrategia de diálogo
En este nuevo esquema que apunta hacia un gran “acuerdo institucional” que garantice tranquilidad en los mercados, el Gobierno se encamina una negociación con la oposición en dos etapas: por un lado, empezará a consolidar los acuerdos legislativos con los jefes de bloque del Senado y en paralelo se avanzará en un acuerdo de contención con los gobernadores.
Tanto Frigerio como Pichetto, Negri, Pinedo y Monzó entablarán diálogos en el Senado con el peronista Carlos Caserio y los aliados de partidos provinciales. En tanto, del lado de la Cámara de Diputados se abrió un diálogo con el kirchnerista Agustín Rossi, Marco Lavagna y Sergio Massa.
Por encima de estas negociaciones hay una comunicación con el asesor de Alberto Fernández y ex secretario de Cristina Kirchner Wado de Pedro que dialoga con el ministro del Interior. “Este es un canal más complejo pero necesario”, admitió a Infobae un allegado a Frigerio.
Además, el refuerzo de todos estos canales de diálogo abiertos se darán con Lacunza, que ya empezó a intercambiar comunicaciones reservadas con los referentes económicos del Frente de Todos como Guillermo Nielsen, con referentes de Consenso Federal, el espacio que lidera Roberto Lavagna, y con economistas del oficialismo como Martín Lousteau y Carlos Melconián.
Todo esto forma parte de una suerte de “tregua controlada” con la oposición. Es decir, la posibilidad concreta de que Macri reciba un compromiso de dirigentes del PJ, Consenso Federal y del kirchnerismo para evitar otra semana negra en los mercados.
Ayer, durante la reunión de gabinete que Macri lideró en el Salón de Científicos, el jefe de Estado buscó llevar calma, habló de la necesidad de esperar los próximos tres días de oro de tranquilidad en los mercados y de sellar un fuerte “acuerdo institucional” con la oposición en el Congreso.
Todas estas herramientas, entienden en el Gobierno, darían sustancia para evitar que se repita un cimbronazo como el que endilgó Alberto Fernández la semana pasada tras su reunión con el FMI y las duras declaraciones en Wall Street Jorunal sobre un “default” en la Argentina.
Ayer, el titular del BCRA Guido Sandleris dijo que en el primer día de las nuevas medidas, “la intervención del Central en el mercado de cambios fue nula”. Sin embargo, el funcionario destacó también que fue un día “atípico” por el feriado en EEUU y por ser el primer día de las medidas anunciadas de control cambiario anunciadas ayer, algo que “generó engorro”. “El principio rector de las medidas es no afectar a la gente sino a la especulación”, dijo.
Los próximos días serán una prueba de fuego del Gobierno ante los mercados. Ayer hubo feriado en Estados Unidos y es por eso que muchos creen que el verdadero día D será hoy en la City. Pero Macri apuesta a tres días de calma para luego avanzar con los acuerdos políticos que finalicen con proyecto de ley tendiente a instrumentar el reperfilamiento de la deuda.