INFOBAE
Este jueves el Instituto Provincial de Estadística y Censos, presentó el Índice de Precios al Consumidor que revela un aumento del 2,3 por ciento en julio en relación al mes anterior, y acumula un 54,6 por ciento en relación al mismo mes del año pasado y un 25,2 por ciento desde diciembre de 2018.
El mayor incremento de junio a julio se dio para el rubro de atención médica y gastos para la salud, con un 4,3 por ciento, a lo que le sigue educación con 4 puntos. Por otra parte, es el concepto de equipamiento y mantenimiento del hogar el que más aumentó 64,5 por ciento en un año. Asimismo, desde diciembre del año pasado a julio de 2019, la vivienda y servicios básicos es lo que se vio más afectado en términos porcentuales con un aumento del 28,2.
Al mismo tiempo, el rubro alimentos y bebidas tuvo un aumento anual de 54,1 por ciento. De junio a julio el crecimiento en ese segmento es de 2 por ciento. En un mes los productos que más aumentaron fue la lechuga con 36 por ciento ($74,94 por kilo); cebolla con 25,8% ($33,33 el kilo) y papa con 8,5% ($21,29 el kilo). Los productos que siguen son el tomate entero en conserva con un precio medio calculado en $31,94, el arroz blanco simple a $47,49 el kilo, galletitas de agua con $44,1 los 250 gramos y la manteca a $76,32.
En esta línea, el alimento que más bajó sus precios fue el pollo entero, que se encontró en junio a $85,64 el kilo, lo que significa una disminución del –3,6% en un mes. Le sigue el tomate redondo con –3,1% ($54 el kilo), la naranja con –1,1% ($26,2) y la banana con –1,7% ($57,03).
Sobre el IPC
El Índice de Precios al Consumidor de Santa Fe es un indicador que mide los cambios en el tiempo del nivel de los precios de los bienes y servicios adquiridos para consumo por los hogares residentes en la provincia. El operativo de campo se lleva a cabo de forma continua en la provincia de Santa Fe y consiste en el relevamiento mensual de aproximadamente 22.400 precios en alrededor de 1.000 locales informantes.
En el relevo se visitan los establecimientos, supermercados y tradicionales (resto de los negocios) seleccionados para relevar precios de los distintos bienes y servicios que componen la canasta. Como herramienta de relevo se dispone de un formulario. La mayoría de los precios que intervienen en el cálculo surgen de la observación directa (es decir, se obtienen a partir de entrevistas en los puntos de venta o a través de operativos de relevamiento organizados desde la oficina central).
Adicionalmente, existe un pequeño grupo de precios tarifados o compuestos, que se obtienen a partir de cálculos especiales realizados con base en la información sobre diversos componentes del precio final de los productos. Algunos ejemplos son las tarifas de gas y electricidad, para las cuales se calculan tarifas promedio para los distintos tramos de consumo, a partir de los cargos fijos y variables que conforman la tarifa.