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Las pericias médicas sobre el cuerpo del comisario Mariano Valdés indicaron que la herida en la ingle fue producida por un disparo efectuado a una distancia mínima del cuerpo. Por lo tanto, crece el misterio sobre la hipótesis de que el ataque se llevó a cabo desde un vehículo externo al que viajaba el jefe junto a una suboficial
Crecen las dudas sobre lo ocurrido el 9 de septiembre en la autopista Buenos Aires-Rosario en el presunto ataque a balazos al jefe de la delegación de Santa Fe de la Policía Federal, el comisario Mariano Valdés (51 años), por parte de delincuentes. Es que, según informó un diario santafesino, las pericias realizadas sobre el cuerpo del efectivo contradicen su relato y el de su acompañante, la también policía Roxana González (27).
El diario El Litoral informó que, desde el Ministerio Público de la Acusación de Santa Fe se encontraron incongruencias entre el relato de los dos policías y la evidencia de las pericias médicas sobre las heridas de bala en el cuerpo de Valdés.
En principio, tanto el jefe policial como su acompañante describieron que, mientras se encontraban dentro de un auto Ford Focus gris fueron atacados desde otro auto en la banquina del km 258 de la autopista, a la altura de la localidad de Fighiera. Valdés dijo que se había detenido para cambiar la yerba del mate y justo en ese momento fueron atacados a disparos por integrantes de una camioneta de doble cabina, aparentemente negra.
El relato de los policías indicaba que dos hombres encapuchados se asomaron por las ventanillas y, sin mediar palabras, iniciaron un ataque a disparos con armas de fuego. Los policías dijeron haber respondido con sus armas reglamentarias y creyeron haber herido a uno de los “sicarios”.
Luego, Valdés afirmó haber conducido hacia una estación de servicio, donde ambos policías se bajaron para solicitar ayuda.
Tanto Valdés como la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, aseguraron en su momento que se trató de un ataque mafioso cuyo único objetivo era el de asesinar al jefe de la delegación santafesina. Sin embargo, a lo largo de las últimas horas, se hicieron cada vez más firmes las dudas sobre la veracidad del relato en el supuesto ataque.
Es que, de acuerdo al análisis de los especialistas médicos en el cuerpo de Valdés, al menos una de las heridas no se condice con la hipótesis de un ataque a balazos desde un vehículo a otro.
Los representantes del Ministerio Público de la Acusación indicaron que en la zona de la ingle del comisario se halló una aureola de ahumamiento, un factor que suele generarse cuando el disparo se efectúa desde una mínima distancia del cuerpo.
Por eso, para validar los testimonios de Valdés y de González, “se debería pensar que el asaltante metió la mano por la ventanilla adentro del auto y disparó allí cuando había dos policías armados”.
Además, en los días previos, fuentes cercanas a la investigación revelaron a medios santafesinos que los disparos que hirieron al comisario se habrían efectuado desde el lado del acompañante y no desde la izquierda del conductor, como relató el jefe policial.
En principio, dentro del vehículo se encontraron siete vainas de proyectiles, coincidentes con la cantidad de impactos de bala detectados en el Ford Focus.
Además, según las consultas a los centros de salud de la zona, no se registró durante esa noche ningún ingreso de un herido de bala y los investigadores se mostraron sorprendidos por la falta de coincidencia entre el relato de ambos policías, respecto al punto de la autopista donde supuestamente se habían detenido para cargar la yerba en el mate.