El último lunes, Cristian Pity Álvarez fue noticia por haber sido trasladado desde el penal de Ezeiza, dónde se encuentra detenido, hacia el Hospital Eurnekian. El motivo de su internación tenía que ver con un pico de diabetes, según informaron fuentes del Servicio Penitenciario Federal. Sin embargo, por protocolo, en el nosocomio se le realizó el hisopado correspondiente para comprobar si tenía coronavirus. Y, en la noche del jueves, se confirmó que el resultado había sido positivo.
El músico fue trasladado a la Unidad 21 de Enfermedades Infecto contagiosas del SPF, ubicada en el barrio porteño de Parque Patricios, dónde permanecerá hasta que se cumpla el período de aislamiento. Y, recién cuando esté recuperado y ya no sea portador de COVID-19, podrá regresar al Complejo Penitenciario 1 de Ezeiza, dónde está preso desde hace dos años. El cantante está alojado en el sector del Programa Interministerial de Salud Mental Argentino (Prisma) del Hospital del Penal, donde se le realiza un tratamiento por su adicción a las drogas.
Álvarez está detenido acusado del crimen de Cristian Maximiliano Díaz, alias Gringo, ocurrido el pasado 12 de julio de 2018, cuando según él mismo confesó le disparó cuatro tiros tras una discusión. El músico está imputado y a la espera de ir a juicio oral por un “homicidio agravado por el uso de arma de fuego”, delito que contempla una pena de 10 a 25 años de cárcel.
El 21 de octubre, la sala de turno de la Cámara de Casación con el juez Eugenio Sarrabayrouse validó la segunda negativa del Tribunal N° 29 a otorgar el pedido de prisión domiciliaria planteada por el defensor oficial del ex líder de Viejas Locas e Intoxicados.
Pity junto a su madre, en una vieja foto familiar (Nicolás Stulberg)
En julio pasado, en tanto, la Sala II con el juez Horacio Días, había decidido extender su prisión preventiva seis meses más. La Justicia habla de riesgos procesales para que Pity vuelva a Villa Lugano: peligro de fuga, entorpecimiento de la investigación, la chance de que amedrente a la familia de su víctima y la posible dura pena que enfrenta, para la que su historia de consumos tóxicos no se considera un atenuante.
Cabe señalar que Álvarez tiene otro expediente en su contra, ya que el juez Martín Yadarola lo procesó con prisión preventiva en julio de 2019 por privar de su libertad, golpear y amenazar tras un show a dos mujeres, una de ellas una histórica colaboradora, en la madrugada del 6 de noviembre de 2016. Sus víctimas lo denunciaron tres días después en la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte.
Días después del crimen que lo llevó a la cárcel, la madre del cantante, Cristina Congiú, se había mostrado muy apesadumbrada por lo sucedido y había contado lo que su hijo le había dicho luego de entregarse a la policía. “En uno de los audios que me mandó me dice que no va a poder soportar esto, que prefiere estar muerto. Él nunca se imaginó llegar a esta situación. Lo desconozco”, había asegurado.
Un documento judicial de este año asegura que un análisis médico encontró a Álvarez “lúcido, hemodinámicamente estable, afebril, en buen estado general, sin patologías agudas al momento del examen”. Sin embargo, por el cuadro de diabetes que desarrolló recientemente y el sobrepeso que adquirió dentro de la prisión, se lo considera un paciente de riesgo frente al COVID-19.