Si bien la principal hipótesis es que se trata de un proceso natural, no descartan la posibilidad de presencia de factores antrópicos. Tomaron muestras del agua y de los peces que en 15 días arrojarán mayores certezas. Aclaran que los peces muertos no serán retirados del río y recuerda a la población que no deben ser consumidos.
Una histórica mortandad de peces en el río Salado alertó a los vecinos de la costanera santotomesina y los barrios del norte de Santa Fe. El Ministerio de Ambiente y Cambio Climático de la provincia de Santa Fe investiga si se trata de causas naturales o de la actividad humana. Aclaran que los peces muertos no serán retirados del río y que no son aptos para su consumo.
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El subsecretario de Recursos Naturales de la provincia, Gaspar Borra, manifestó su «preocupación» ante la aparición de numerosos peces muertos en las costas del Salado y confirmó que tomaron muestras para determinar las causas de la misma. Agregó que el fenómeno no se observó solo a la altura de la capital provincial y Santo Tomé, sino que días atrás comenzó en «San Cristóbal, San Justo, Soledad y cerca de la desembocadura del río Paraná». Aunque suponen que se trata de un fenómeno natural, no descartan la posibilidad de presencia de factores antrópicos.
“La hipótesis que manejamos por nuestros biólogos es que es un fenómeno natural fundado en la bajante extraordinaria de la cuenca del Paraná, que afecta a los afluentes del Salado, que hace que el oxígeno disponible para los peces disminuya muchísimo fundamentalmente a causa de las cianobacterias que cuando hay poca agua y altas temperaturas proliferan mucho y de noche consumen oxígeno. Pero desde el ministerio no queremos descartar ninguna alternativa, por eso hemos tomado muestras no solo de peces sino también de agua para determinar cuál puede ser el origen o si hay un contaminante en particular», explicó y confirmó a Aire Digital.
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Borra indicó que en 15 días estarán los resultados de estos análisis, que realiza la Facultad de Ingeniería Hídrica de la UNL y el Inali -Conicet-, con los que se conocerá con certeza la causa real de esta mortandad que para el funcionario es de «gran magnitud», en el marco de las condiciones hidrológicas que hoy son completamente distintas a las normales, con un bajo volumen de caudal.
Advirtió que el fenómeno se mantendrá en los próximos días y que según el estudio realizado por los especialistas del área, el 90% de los peces muertos son sábalos y el 10% restante bogas, tarariras, dorados y moncholos. Desde el punto de vista sanitario, el subsecretario de Recursos Naturales dijo que los peces muertos no pueden ser consumidos y las cianobacterias pueden generar «ardor y escozor», por lo que recalcó que «no es recomendable bañarse en el río».
Además estudiarán el origen de la materia orgánica que hoy provoca una importante proliferación de bacterias, como las cianobacterias que pueden ser potencialmente tóxicas. No obstante, volvió a insistir en que existen procesos naturales que provocan mortandad de peces, de los individuos menos fuertes, y que se dan en grandes creciente y bajantes pronunciadas y que son conocidas como «clareado» de los ríos.
«Hay numerosos factores que pueden aportar materia orgánica, que pueden ser naturales o antrópicos. Nosotros nos centramos en analizar cuando hay modificación negativa del ambiente por acción del hombre por el volcado de agroquímicos, efluentes cloacales, lavado de suelos desnudos que arrastran sedimento al agua, entre otros numerosos factores», insistió el funcionario.
Aclaró también que «no es aconsejable retirar los peces muertos porque forman parte del sistema y lo alimentan con sus componentes», por lo que seguirán el curso natural del agua hasta su descomposición en un proceso de «balances y compensaciones» ambientales. «Estos peces muertos aumentan la carga orgánica, pero también dejan de consumir oxígeno es un proceso que tiene balances y compensaciones.
Desde la Subsecretaría de Recursos Naturales de la provincia, Borra destacó que vienen trabajando en el control de contaminación en la cuenca del Salado con estudios. Comentó que esta semana corroboraron la solución de un problema de contaminación crónicos en el Arroyo Las Prusianas, donde contó que una Láctea importante de la región estaba volcando efluentes industriales al agua que alimenta el río Salado. «Ordenamos la remoción de los caños que tenían hacia el arroyo y el 1° de diciembre una comisión del Ministerio constató que cumplieron con nuestra orden porque estaba generando un impacto muy importante», agregó, aunque dejó en claro que esto no tiene relación con la mortandad de peces registrado en las últimas horas en la zona.