El líder cegetista dijo que si tras la huelga general del lunes no cambia la política económica habrá una “tensión mucho más fuerte” con el gobierno.
El triunviro de la CGT Juan Carlos Schmid advirtió ayer que el paro nacional convocado por la central obrera para el próximo lunes será “el más contundente de los últimos años” y consideró que “si no hay un cambio” de política económica habrá una “tensión mucho más fuerte” entre el gobierno y el sindicalismo.
“Si no hay un cambio habrá un endurecimiento de las posturas y va a haber una tensión mucho más fuerte de la que la que hay hoy en la relación gobierno-economía-CGT”, declaró el líder cegetista.
Tras sostener que el paro “será el más fuerte de los últimos años por el nivel de adhesión” y “el más contundente”, Schmid reflexionó: “Para curarse, lo primero que hay que hacer es reconocer que se está enfermo, y el gobierno no quiere reconocer que su programa económico ha fracasado en todas las líneas”.
Precisó que el “fracaso” se refleja en “no atraer las inversiones, en no aumentar las exportaciones, no dar solución al problema del empleo y en el fracaso en la contención de la inflación”, a lo que sumó “un descalabro en el frente monetario”.
“La solución a todo eso parece ser entrar en el FMI, que no va a ser quien firme los decretos pero va a ser el gestor y auditor de las medidas que se implementen”, lamentó el dirigente, y remarcó que “es una historia que los argentinos hemos conocido con resultados bastante malos para la sociedad”.
Consultado sobre el aumento del 25 por ciento obtenido por Camioneros en las paritarias, consideró que “es mucho más cercano a la realidad porque no sabemos dónde terminará esto”. Luego dejó en claro que las paritarias “tenían otras proyecciones dos meses atrás” y recordó que una de las consignas de la convocatoria al paro es la “reapertura general de paritarias sin ningún tipo de tope”.
Jornada de marchas y cortes
Pese a que la CGT anunció que el paro sería sin movilizaciones ni actos, agrupaciones de izquierda y gremios “combativos” impulsan una jornada de marchas y cortes en todo el país y un acto en el Obelisco.
Las organizaciones de izquierda se plegarán a la medida de fuerza de la CGT, pero cuestionando el paro “dominguero”, por lo que convocaron a cortes y marchas para hacer sentir “en la calle” los reclamos.
“Los sectores combativos queremos que el paro sea activo, por lo que saldremos a la calle. Nosotros adherimos al paro nacional pese a la conducción de la CGT, que impulsa un paro «dominguero» y va a querer volver a la tregua. Planteamos la necesidad de la movilización y que sea el inicio de un plan de lucha que enfrente el ajuste de Macri y el FMI”, sostuvo el metrodelegado Claudio Dellecarbonara, también es dirigente del Partido de los Trabajadores Socialistas.
De la marcha por el centro porteño participarán también los trabajadores del Hospital Posadas, del sindicato del Neumático (Sutna), del Inti y mineros de Río Turbio, entre otros. En ese marco, el partido Nuevo MAS realizará “cortes de ruta en todo el país”, como en Panamericana y 197, en el puente Pueyrredón, en el Acceso Oeste frente al Hospital Posadas, en General Paz frente al Inti, entre otros lugares.
“Los trabajadores necesitamos la reapertura inmediata de las paritarias para lograr un aumento del 30 por ciento indexado mensualmente. También necesitamos la prohibición por ley de los despidos y las suspensiones masivas debido al ajuste recesivo del gobierno”, reclamó el Nuevo MAS.
Por su parte, el ex diputado del MST Alejandro Bodart señaló: “Haremos activo el paro, con cortes en los accesos a la ciudad y luego, a las 11, un acto en el Obelisco. Si la CGT lo hace «dominguero» para no molestar mucho al gobierno, desde la izquierda y el sindicalismo combativo promovemos un paro activo y con continuidad en un plan de lucha hasta derrotar el ajuste de Mauricio Macri y el FMI”.
Se sumará a la protesta la Apyme (Asamblea de Pequeñas y Mediana Empresas), que realizará un “persianazo”, ya que sus empresas cesarán sus actividades, “acompañando la medida de fuerza de nuestros trabajadores”, exigiendo “un cambio de rumbo en la política industrial y económica