La norma se sancionó con 7 votos del oficialismo y 6 en contra del PJ. Para ello, dos senadores del justicialismo debieron retirarse.
El peronismo, que tiene la mayoría de la Cámara, de manera calculada perdió la votación en el Senado. Sólo con los votos de oficialismo se completó la sanción de la ley de reforma fiscal, que completa lo que comenzó hace 15 días con la ratificación del Consenso Fiscal y la sanción de la Ley Pyme.
La ley impositiva contiene modificaciones de fondo sobre varios tributos, y fue objeto de fuertes críticas aún entre quienes la votaron favorablemente, porque van a converger sobre el valor final del impuesto inmobiliario urbano y rural tanto su actualización respecto de la inflación (de entre un 25 y un 30%) como una nueva valuación de los inmuebles, algo más cercana a la realidad inmobiliaria.
Desde el propio oficialismo, luego de levantar las manos, se pidió “prudencia” a los funcionarios del ministerio de Economía para “no causar graves perjuicios a los contribuyentes”, tanto en el campo como en las ciudades.
Por otra parte, el nuevo esquema fiscal baja de manera substancial el impuesto a los ingresos brutos, tal como se había comprometido Santa Fe ante sus pares y el Estado Nacional. También por efecto de un fallo de la Corte que podía dar lugar a una catarata de juicios contra el Estado provincial, ya no habrá para las empresas que “tributan en extraña jurisdicción” los efectos de “cascada”o de “aduanas interiores” que tantas veces señalaron distintos sectores de la producción.
La sanción de este jueves del Senado se corresponde también con la de la Ley Pyme que completó Diputados y contiene beneficios fiscales bastantes más amplios que los otorgados por la legislación nacional.