Con sufrimiento, pero dio el paso. Boca empató 1-1 ante Cruzeiro en Belo Horizonte y se metió en las semifinales de la Copa Libertadores. Cristian Pavónmarcó el tanto agónico que le dio la tranquilidad al elenco de Guillermo Barros Schelotto, que se medirá ante otro adversario brasileño, Palmeiras, para intentar alcanzar la definición.
En pos de revertir la serie, Menezes apostó a construir con calma, buscando, al menos desde la postura, no exhibir desesperación. Volcó al uruguayo De Arrascaeta sobre la izquierda del ataque, de cara a Buffarini, con la indicación de juntarse con Thiago Neves, pero sin demasiado condimento en sus incursiones ofensivas.
Guillermo plantó un Boca diferente. Con un tridente más combativo en el mediocampo y tres flechas: Pavón, Zárate como “falso 9” y el colombiano Villa. Sin temor a saltar líneas, con el objetivo de aprovechar los espacios que el 2-0 de la ida anticipó.