El expresidente Alberto Fernández entregó hoy un escrito de descargo al juez federal Julián Ercolini y se negó a contestar preguntas al ser indagado en la causa por violencia de género contra la ex primera dama Fabiola Yañez.
Fernández arribó a Comodoro Py 2002 a las 10.10 de este martes y se retiró a las 11.30 sin formular declaraciones a la prensa, en medio de un estricto operativo de seguridad montado en el cuarto piso de los tribunales, sede del Juzgado.
La indagatoria se cumplió en una Secretaría del Juzgado con la presencia de Ercolini y el fiscal del caso Ramiro González.
Fernández difundió su indagatoria en su cuenta de la red social X. “Hoy presenté mi descargo en una causa que es una estafa procesal sin precedentes.Después de muchos meses de silencio quiero que conozcan lo que tengo para decir”, posteó. La última vez lo había hecho había sido el 6 de agosto de 2024 cuando Yañez lo denunció y el ex presidente publicó un comunicado negando las acusaciones.
El ex presidente negó haber golpeado a Yañez y señaló que los moretones que ella mostró fueron producto de golpes por su adicción al alcohol. También que las forografías que ella se sacaba con los moretones podrían haber sido preparados con antelación para extorsionarlo.
Pero además, el ex presidente pidió que se hagan medidas de prueba. Entre ellas que Yañez sea sometida a un peritaje psiquiátrico y que ex funcionarios de su gobierno sean citados a declarar como testigos. Fernández solicitó que declaren su ex vocero Juan Pablo Biondi, el ex jefe de Gabinete Santiago Cafiero, la ex ministra de Desarollo Social Victoria Tolosa Paz y la ex ministra de la Mujer Ayelén Mazzina. Con Mazzina se da la particularidad que Yañez dijo que le contó de las agresiones y nunca hizo nada, lo que la ex funcionaria negó. El motivo del pedido de citación es porque todos ellos concían la relación con Yañez. También requirió que se cite a su primer hijo, Estanislao Fernández Luchetti, y a los agentes que custodiaron a Yañez en España.
Con la presentación del escrito, Fernández se negó a contestar preguntas del juez federal Julián Ercolini, a quien calificó de “imparcial”, y del fiscal federal Ramiro González, sobre quien dijo que “no reúne las condiciones éticas para imputarme el delito”
La indagatoria estaba prevista para las 11 horas pero el ex presidente llegó a los tribunales de Retiro una hora antes. Lo hizo con su custodia desde el subsuelo del edificio desde donde accedió al cuarto piso. Allí un cordón policial lo separaba de la prensa que lo esperaba. Se retiró a las 11:25 de la misma manera.
El ex presidente, junto con su abogada Silvina Carreira, presentó un escrito en primera persona. Allí criticó a la justicia y repasó su relación con Yañez desde que la conoció hasta su separación.
Fernández relató problemas personales de la vida de Yañez y de su adicción al alcohol. “En los momentos de embriaguez, ella se ponía violenta, me atacaba con una fuerza singular. Yo solo atinaba a atajar sus manos para evitar sus golpes. Las barbaridades que decía en ese contexto prefiero no volcarlas en estas páginas tratando de preservarme ante tan nefasto recuerdo”, fue su defensa.
Hizo una autocrítica cuando señaló que durante los cuatro años de gobierno sus funciones no le permiterion ayudarla. También relevó charlas con Yañez cuando ella decidía si presentaba o no la denuncia por violencia de género. La ex primera dama primero no lo hizo y luego sí. El ex presidente sostuvo en su presentación que ella le dijo “no quiero compromisos… quiero el efectivo que me garantice el futuro”. Fue ante la respuesta, según la versión del ex jefe de estado, de que a ella y al hijo de ambos, Francisco, no les iba a faltar nada.
Fernández está acusado de dos hechos de lesiones leves doblemente agravadas, por un caso de una lesión grave y por coacciones hacia Yañez. Los hechos más salientes fueron los moretones en el ojo derecho y en uno de sus brazos. “Efectivamente, en un contexto de violencia de género signada por la particular relación asimétrica de poder con el agresor, por lo menos desde el año 2016 hasta que se formalizó la denuncia, Alberto Fernández ejerció de un modo sistemático violencia psicológica contra Fabiola Yáñez bajo las formas de acosos, hostigamientos, controles, indiferencia, insultos, culpabilización, destrato, retiro de la palabra, ninguneos y hostilidad”, fue la acusación de la Fiscalía.
El ex presidente lo negó: “quiero enfatizar que estoy aquí declarando por hechos de violencia física que nunca ocurrieron. No solo no existen testigos ni documentación que los respalden, sino que, por el contrario, hay pruebas contundentes que desmienten categóricamente su existencia”.
El escrito señala que sobre los hechos no se precisan fechas, que lo que se presenta como prueba tiene escaso valor y que muchos testigos dijeron que no presenciaron golpes y que otros relataron los problemas de Yañez con el alcohol.
Fernández habló sobre las infidalidades en la pareja. Dijo que ella tenía otras relaciones pero que él no. Planteó que la querella de Yañez hizo referencias de “mis supuestas infidelidades, cuando de mi parte no ha existido una sola”.
En cambio, en base a la declaración de testigos, dijo que Yañez sí tenía otras relaciones y relató un episodio: “El compromiso con esas “parejas paralelas” parece haber sido fuerte, ya que según me vengo a enterar en estas actuaciones, en alguna ocasión Fabiola Yañez invocando su condición de Primera Dama, le reclamó al intendente de Castelli (Provincia de Buenos Aires) que el municipio se hiciera cargo de una deuda privada que su Secretario de Obras Públicas mantenía con Oscar Kelly, su ex pareja con quien se encontraba en su departamento de Puerto Madero”.
El ex presidente también reclamó que se hagan una serie de medidas de prueba, entre ellas un peritaje psicológico y psiquiátrico a Yañez para determinar ·el nexo de causalidad estipulado por la acusación, y la existencia del hecho”.
La audiencia se hizo en la oficina de una de las secretarias del juzgado. “El clima fue tenso”, confió una fuente a Infobae. Fernández se saludó formalmente con el juez con la mano y con el fiscal. Se esperaba ese encuentro con Ercolini. Ayer el ex presidente volvió a pedir que sea apartado de la causa de corrupción durante su gobierno de los seguros, en la que también Ercolini lo investiga y lo citó a indgatoria. Para eso el ex presidente presentó chats del 2017 y 2018 con el juez para plantear que eran amigos y no puede investigarlo. Y fue muy duro con el magistrado: “Me detesta y me quiere preso”.
El magistrado no desconoce la relación pero plantea que nunca fue de amistad y que los chats demuestran que buscaba evitarlo hasta que finalmente lo bloquó en whatsapp.
A 24 horas de eso volvieron a verse. No hubo cruces ni críticas como en la indagatoria de la causa de los seguros. Esa vez Fernández le dijo al juez que no leía sus presentaciones. Hoy hubo un clima tenso pero sin cruces y el ruido del aire acondicionado de fondo que hacía distraer de esa situación.
Tras la presentación del escrito, el ex presidente hizo una exposición en la que objetó que Ercolini y González intervengan en la causa porque entiende que el caso debe ser investigado en la justicia federal de San Martín porque los hechos ocurrieron en la quinta de Olivos. Ese planteo ya fue rechazado.
Por otra parte, el ex presidente planteó que ambos habían sido recusados y que los rechazos no estaban firmes. Allí Fernández volvió a mencionar los chats con el juez que presentó ayer y volvió a plantear que necesita el celular que le secuestraron en la causa para poder defenderse. Por la falta de su móvil, la defensa había pedido que la audiencia de hoy se suspenda, lo que fue rechazado.
El ex presidente no contestó preguntas ni de su abogada, ni del juzgado ni de la fiscalía. La querella que representa a Yañez, a cargo de la abogada Mariana Gallego, no estuvo presente porque el código no se lo permite.
Ahora el juez Ercolini tiene 10 días para resolver si procesa, sobresee o le dicta la falta de mérito al ex presidente.
Fabiola Yañez presentó nuevas pruebas de golpes en la causa por violencia de genero contra Alberto Fernández
La causa por violencia de género se inició cuando el juez Ercolini encontró en los chats del teléfono de María Cantero, secretaria de Alberto Fernández, conversaciones con Yañez en las que la ex primera dama le hablaba de cómo el ex mandatario le pegaba y le enviaba fotos de moretones en un brazo y la cara. Esos chats se encontraron porque el celular de Cantero fue peritado en la causa de los Seguros. Con esa información, el magistrado citó a Yañez a una audiencia para preguntarle si quería hacer una denuncia penal porque la violencia de género es de instancia privada. Primero dijo que no, pero cuando el caso se hizo público presentó la denuncia.
Tras la investigación, el fiscal federal Ramiro González pidió en noviembre pasado la indagatoria del ex funcionario. Lo acusó de dos hechos de lesiones leves doblemente agravadas por ser cometidas mediante violencia de género y contra su entonces pareja, por un caso de una lesión grave por el debilitamiento permanente de la salud y por coacciones hacia Yañez para que no presente la denuncia. Los tres delitos, en caso de una condena, tienen una pena máxima de 18 años de prisión.
El ex presidente hizo una breve exposición en la cual explicó por qué no respondería preguntas, reiteró que recusó tanto al fiscal como al juez y que, según su punto de vista, el Juzgado no es “competente” para llevar el caso.
El trámite duró unos 40 minutos, en el transcurso de los cuales se le leyeron al ex presidente tramos de la imputación en su contra.
Ahora, el juez Ercolini quedó en condiciones de definir si lo procesa, dicta falta de mérito o sobresee, mientras que la indagatoria se concretó después de dos postergaciones el año pasado a raíz de diferentes recursos que presentó la defensa del ex mandatario.