La localidad de María Teresa, en el departamento General López, fue una de las más golpeadas por el temporal del fin de semana. “Está mejorando, pero ayer fue terrible, angustiante”, resumió el presidente comunal, Gonzalo Goyechea en diálogo con Radiópolis (Radio 2), al describir la situación que se vive tras el desborde de agua que anegó varias manzanas del pueblo.
Según explicó, el problema no fue solo la lluvia sobre la zona urbana –donde viven unas 4.500 personas–, sino el agua acumulada en los campos de los alrededores: “Llovieron más de 290 milímetros, pero el inconveniente es que el agua del campo primero entra al pueblo y recién después sale por el único canal que tenemos”.
Aunque el aguacero cesó el domingo a la mañana, la peor parte llegó después: “Cada vez entraba más agua y salía menos».
Goyechea advirtió que ahora se enfrentan a un riesgo sanitario: “En María Teresa tenemos apenas el 15% de cloacas. Cuando sube el agua, lo primero que se inunda son los pozos ciegos: inodoros y rejillas empiezan a largar todo. Aunque baje el agua, eso sigue saliendo. Necesitamos desinfección urgente”.
El jefe comunal también planteó la paradoja de una de las zonas más productivas del país, con 60 mil hectáreas de soja y maíz, pero con servicios básicos muy limitados.
En cuanto a la asistencia oficial, diferenció: “De Nación no me llamó nadie. De provincia estuvieron todos: el gobernador me llamó a las 8 de la mañana y vinieron desde Protección Civil. Se pusieron a disposición”.
Con respecto al panorama actual, Goyechea explicó que el agua fue bajando con el correr de las horas, pero que aún quedan «entre seis y ocho manzanas bajo el agua», con lugares donde hay unos 5 cm y otros donde la situación es más compleja y el agua llega a los 50 centímetros”.