El gobernador defendió el acuerdo al que espera llegar por el pago de la deuda de coparticipación, y dijo que beneficiará a “los próximos tres gobernadores”. No descarta la reelección, aunque tampoco proyectarse en el país.
La reformulación del Frente Progresista y sus expectativas electorales. La causa de los cuadernos, la corrupción sistemática del kirchnerismo y los “conflictos de intereses” del actual gobierno, en un diálogo a fondo con El Litoral.
¿Cómo está funcionando la articulación con el gobierno nacional? Porque le reprocharon que las reuniones sean en buenos términos, y después las declaraciones públicas son críticas.
—Sí, eso es lo que dice el presidente Macri. Yo en realidad he tenido pocas reuniones cara a cara con el presidente y siempre han sido por temas muy puntuales, muy de gestión. En un momento fue el tema de la deuda, el consenso fiscal. Fueron tres o cuatro reuniones, la primera fue por la cuestión de la seguridad. O sea que nunca hablamos de política en esas reuniones. Obviamente, en todos los temas concretos de gestión hemos tratado de coordinar hasta donde ha sido posible. Con algunos ministerios es más fácil. El de Seguridad es un caso, pero no es el único. Tenemos un buen trabajo a nivel de Salud, de Educación, una buena relación con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y de él dependen viviendas, algunos temas hídricos, en los que hemos podido avanzar. Lo mismo con el nuevo ministro de la Producción, Dante Sica, con quien teníamos una relación previa. Por ahí con otros ministros ha sido más difícil. El ministro (de Transporte, Guillermo) Dietrich, en particular, es una persona difícil, con una mirada muy porteña -por decirlo de alguna manera. De todas formas, el hecho de que podamos articular para trabajar en conjunto, no es un obstáculo para que nosotros manifestemos nuestras disidencias en muchos temas. Y tampoco para que defendamos los intereses de Santa Fe. Y la verdad es que muchas veces los planteos que nos hace la Nación se contraponen a eso. En esos puntos hemos tenido disidencias, y las hemos planteado claramente.
—De cara al Presupuesto 2019 ¿está claro en qué se pretende afectar a Santa Fe?
—Por ahora hay conversaciones muy preliminares, donde se nos informó cuáles son las alternativas que está analizando el gobierno nacional en función de producir los ajustes comprometidos con el FMI. En ese sentido se habla de que se deje de hacer cargo del Fondo de Incentivo Docente, de no coparticipar el fondo sojero, reducir el aporte al transporte público urbano e interurbano, partidas de medicamentos y asistencia social. Así que bueno, por ahí viene el esquema. Algunas de esas cosas el gobierno las podría hacer con un decreto del presidente, otras requieren una ley (por ejemplo el Fondo Docente), con lo cual tendrá que tener el apoyo del peronismo en el Congreso, cosa que hoy parece bastante difícil de lograr. Lo que es seguro es que va a haber recorte de recursos. No sabemos de cuánto va a ser, y va a depender no tanto de la negociación con los gobernadores, como de la que hagan con el peronismo en el Parlamento.
—Claro, en ese sentido usted está solo. No es ni kirchnerista, ni peronista, ni es de Cambiemos.
—Hay varios que estamos en esa situación. El gobernador de Neuquén, el de Río Negro, el de Chubut…
—Y a esto se le agrega que el Frente tiene muy poca representación en el Congreso…
—Sí, yo en general en los temas de recursos que pasan por el Parlamento trato de tener algún nivel de acuerdo con algunos gobernadores del peronismo federal, que tiene posiciones más racionales. Schiaretti, Bordet…
—Por otro lado está la cuestión de la deuda. ¿Se enfrió la negociación después de que el presidente de la Cámara de Diputados se expresara en términos muy duros sobre la manera en que estaba encaminada?
—Sí, quizás él tomó un aspecto secundario de la negociación, que es el de las obras, como algo principal. Pero más que por eso, fue un poco por la coyuntura de las últimas semanas, que han ido corriendo los temas en la agenda nacional, y también en la agenda local. Pero la idea es en estos días retomar esas negociaciones. Están en un punto de bastante proximidad en las posiciones, hay que ajustar un par de cuestiones no resueltas, pero yo soy moderadamente optimista. Creo que en las próximas semanas, si el gobierno nacional no ha cambiado de parecer, sería posible avanzar.
—¿Pero no tiene miedo de que después el tema no pase por la Legislatura, en base a lo que anticipó el propio Antonio Bonfatti?
—Bueno, lo estamos conversando. Obviamente que no tendría sentido hacer un acuerdo que después no tenga aprobación legislativa. Por otro lado, en realidad éste es un acuerdo para los próximos tres gobernadores. Yo en mi período de gobierno no voy a ver absolutamente nada producto de ese acuerdo. Así que si mirara solamente mi período de gobierno, no tendría ningún interés en cerrarlo. Pero pensando en perspectiva, y pensando que va a ser un buen acuerdo para la provincia de Santa Fe, creo que hay que avanzar. Los que tengan pretensiones de gobernar para los próximos tres períodos deberían mirarlo con atención, porque seguramente se van a ver muy beneficiados.
—Por lo que dice, ya está descartando la posibilidad de que el próximo período pueda ser suyo…
—Bueno, eso también está dentro de las posibilidades. Así que sí, podría haber un doble interés en mi caso (sonríe). Pero bueno, eso depende de otros factores, no lo descarto. Supongo que les debe pasar a todos los gobernadores, ¿no?. Uno siente que se acaba el tiempo demasiado rápido. El formato del proceso electoral que tenemos nosotros en Santa Fe, que obliga a empezar las elecciones de manera muy temprana, prácticamente reduce el período de cuatro años a tres. Y la verdad es que resulta un plazo exiguo para concretar muchos de los cambios, de los proyectos de más envergadura. Pero bueno, ése es el marco de la Constitución, y hasta tanto no se logre aprobar una reforma va a seguir siendo así.