LA CAPITAL
El PJ avanzará en caso de que exista consenso entre todas las fuerzas políticas. Tras la negativa de la Casa Gris, las miradas apuntan a la interna frentista.
A tres meses del cambio de mando, la transición también gana intensidad en la Legislatura santafesina: de reanudarse esta semana la labor parlamentaria en Diputados, la oposición intentará reactivar el debate de la reforma de la Constitución provincial, ese anhelo del gobernador Miguel Lifschitz que no prosperó por una falta de apoyo político que incluyó a propios.
La iniciativa de necesidad de reforma constitucional quedó varada meses atrás en la comisión de Educación de la Cámara baja provincial y, según confirmó a La Capital el diputado Carlos Del Frade (Frente Social y Popular, FSyP), la intención es reimpulsar la discusión y la posibilidad de tratamiento antes del 10 de diciembre próximo, junto a su par Rubén Giustiniani (Igualdad y Participación).
La jugada, en esta oportunidad, podría contar con un acompañamiento uniforme de los diputados justicialistas. No hay dudas de que una reforma constitucional le allanaría al PJ un eventual camino hacia la sucesión en la Gobernación. “Si existe consenso entre todos los sectores, avanzamos. No es a matar o morir, como hizo Lifschitz”, deslizaron entre las bancas peronistas.
Por lo pronto, los diputados justicialistas siguen metidos de lleno en los proyectos a tratar en el marco de la transición, ligados a la coyuntura socioeconómica y las finanzas públicas del Estado santafesino.
Otros objetivos
En la Casa Gris, en tanto, pasaron cosas: desecharon toda chance de avanzar con las enmiendas constitucionales antes de que el justicialista Omar Perotti se siente en el Sillón del Brigadier López. Y enfatizaron que será tarea del mandatario entrante, junto a la nueva Legislatura santafesina. En el Frente Progresista (FPCyS) no arrían la bandera reformista, pero consideran inoportuno ir en esa línea en tiempos de transición provincial.
Sin embargo, la oposición no le pierde pisada a la interna frentista, en especial la del socialismo, donde la dura derrota electoral sufrida en junio pasado (que le bajó la persiana a una gestión de doce años) dejó expuestas las diferencias entre Lifschitz y Antonio Bonfatti, titular del PS a nivel nacional y actual presidente de Diputados.
En mayo, poco antes de las generales provinciales, Lifschitz había bajado la consulta popular por la reforma constitucional que iba a acompañar esa elección. Y lo hizo acusando a la oposición de promover una “campaña artera” para poner en duda la transparencia de los comicios.
El tema fue discutido en su momento dentro del socialismo, donde las modificaciones a la Carta Magna impulsadas por el gobernador no tuvieron un aval unánime. Luego, consumada la caída en las urnas, las diferencias se potenciaron con el respaldo a la candidatura presidencial de Roberto Lavagna (Consenso Federal) de cara a octubre próximo.
Frente al estado de situación en el oficialismo, en el PJ evaluaron respecto de la reforma constitucional: “Más que depender de nuestras acciones, hay que ver cómo termina la interna entre socialistas y radicales, y la del propio socialismo”.
Paralelamente, seguirá tomando cuerpo otra disputa: la de la presidencia de la Cámara baja (ver página 12). Es que, si bien el espacio le correspondería a Lifschitz por liderar el bloque mayoritario, el peronismo no deja de tantear la interna oficialista para acrecentar sus chances.