LA CAPITAL
Córdoba aparece en el escenario político nacional como un distrito clave, detrás de la provincia de Buenos Aires. No hay dudas. En ese territorio, ayer coincidieron dos de las fuerzas que competirán en las primarias para presidente el 11 de agosto. Alberto Fernández, junto a Sergio Massa, recorrió medios, fábricas, clubes y se encontró con intendentes. Roberto Lavagna, junto a su compañero de fórmula Juan Manuel Urtubey, participó de encuentros con empresarios, brindó conferencias de prensa y se reunió con el gobernador Juan Schiaretti, encuentro que quedó registrado en la ya clásica foto. Tanto Fernández como Lavagna buscaron seducir al votante cordobés y criticaron el estado actual de la economía. Sin cruzarse, ambos candidatos a presidente rechazaron la posibilidad de una reforma laboral, un tema no menor en una provincia que se caracteriza por su marcado perfil industrial.
Alberto F se cansó de contestar preguntas respecto de su rol en la fórmula presidencial. La presencia de Cristina Fernández de Kirchner como candidata a la vicepresidencia no cesa de generar suspicacias. Y en Córdoba los resultados electorales de los últimos años ubican al kirchnerismo como una fuerza con un piso alto de rechazo.
“Si Córdoba se sintió huérfana en aquel entonces —durante la gestión de CFK—, mucho más huérfana se debe sentir ahora que les quitaron los subsidios al transporte y dejan a los cordobeses sin colectivos, mientras el Gobierno nacional sigue subsidiando a la Capital (Federal) y a la Provincia de Buenos Aires”, dijo Alberto F durante una entrevista publicada en el portal de La Voz.
Una vez más reiteró: “Yo no soy el candidato del kirchnerismo, lo soy de algo mucho más amplio, soy candidato del peronismo y de otros espacios. Mis socios van a ser los gobernadores. La Argentina que se viene la tenemos que construir entre todos. Para eso debemos federalizar el país, de verdad. Hace falta que cada uno reciba lo que corresponde”, agregó.
Fernández regresó a Córdoba a pocos días de haberse encontrado con el gobernador Schiaretti, con quien mantiene una tensa relación, aún más luego de que el mandatario cordobés indicara su predilección por la boleta corta, algo que definirá la justicia. “Admito que Córdoba es un escenario político con su singularidad. Yo lo admito. Nunca le pedí a Juan Schiaretti que tenga un gesto de apoyo hacia mí. No se lo pedí a ningún gobernador. Porque a los votos de los cordobeses me los tengo que ganar yo. No me los tiene que dar un gobernador. Y yo me tengo que ganar la confianza de los cordobeses”, consideró el candidato a presidente por el Frente de Todos.
Por eso, Fernández llegó ayer a Córdoba con Massa, tras la especulación de que el tigrense aporte su caudal de votos ya que aún se recuerda su buena performance en esa provincia en 2015.
Entre los temas que trató durante toda la jornada, Fernández criticó una vez más al Fondo Monetario Internacional (FMI). “Ellos están siendo corresponsable de lo que pasa en Argentina, están pagando una campaña política. Ellos lo apoyan porque les facilitan los negocios que ellos quieren hacer. El FMI es también la expresión de un modelo económico”, señaló.
Recordó: “Cuando fui jefe de Gabinete me decían que toda la obra pública fuera un gasto y yo les constestaba que era una inversión, y eso tenía mucho efecto sobre el déficit fiscal. Me pedían que privatizara los bancos públicos, y yo les decía: son bancos de fomento para la industria, no pienso privatizarlos. Me pedían la reforma previsional y laboral, lo mismo que están pidiendo ahora. Y no pienso hacerlo. El problema que tiene la economía no son los gastos laborales, es que la economía está paralizada. El gobierno ha mentido mucho. Tras las mentiras lo que hizo fue ocultar su incapacidad”.
La foto
Roberto Lavagna también desembarcó ayer en la ciudad de Córdoba. Con Urtubey brindaron conferencias de prensa y se encontraron con Schiaretti en la sede gobierno en una visita formal, como las que el gobernador cordobés sostiene desde que comenzó la campaña. Esta vez la foto tenía su trasfondo. Hace casi dos meses, otra fotografía, la de Schiaretti con Macri tras su reelección en la provincia, impulsó no sólo la salida de Lavagna de Alternativa Federal sino el quiebre de esa coalición.
Pero, en política, se sabe, las construcciones coyunturales todo lo pueden, la foto de ayer se concretó entre ambos políticos.
Previamente, Lavagna, ex ministro de Economía de Néstor Kirchner, comenzó su actividad en Córdoba en un encuentro con empresarios. En ese marco se refirió a la posibilidad de una reforma laboral. Dijo que tal como la plantean el gobierno y el FMI, “como una precondición” para crecer, “difícilmente pase en el sistema político y sindical argentino”. Sostuvo que no se puede hacer con una economía “estancada; solo en una funcionando se puede encarar”.
“Para que pase una reforma con sustancia, con impacto, primero hay que hacer marchar la economía”, definió.
Luego, en conferencia de prensa en un hotel capitalino, sostuvo que las medidas que viene tomando el Gobierno nacional son “electoralistas”, como la de “sostener el valor del dólar y el congelamiento de las tarifas”, y advirtió que son “los mismos errores que cometió el gobierno anterior” de Cristina Fernández de Kirchner.
“De esta crisis se sale políticamente con un gobierno de unión nacional; en términos económicos poniéndole plata a los argentinos y bajando los impuestos”, apuntó el principal referente de Consenso Federal. En cuanto a la propuesta de su espacio, Lavagna remarcó que se ubica “ni en un extremo ni en el otro: ni Cristina, ni Macri”. Para el economista, “fueron dos gobiernos de ocho años de fracaso y de economía estancada”, manifestó y destacó que “en la calle” la gente reconoce a los postulantes de Consenso Federal “la conducta política de hacer” lo que dijeron “desde un comienzo”.
Urtubey, en tanto, se manifestó “optimista” por mantener firmeza ante una “demanda insatisfecha enorme de un sector grande de argentinos que no quiere saber nada con la continuidad de este gobierno y tampoco quiere volver al gobierno anterior”.
Y, en ese sentido, agregó: “Nosotros entendemos que podemos encontrar competitividad” en las primarias y en octubre, al sostener que “el escenario electoral no está cerrado”.