Cajón con un muerto fue paseado en calles de Santa Rosa de Lima

La mañana del domingo 6 de mayo Federico Ydem (19) fue asesinado de varias puñaladas en el interior de un inmueble ubicado en Estrada al 2000, esto es, en el corazón de barrio Santa Rosa de Lima.

Este cruento suceso fue el punto de partida de una sucesión de hechos violentos entre miembros de distintas familias (incendios, tiroteos, amenazas), en una escalada delictiva que promete no haber llegado a su fin.

Una de las quedó en el ojo de la tormenta es Sonia Rodríguez (56). En rigor, el apuntado es su hijo (Lucas) a quien allegados al fallecido lo señalan como supuesto “entregador”.

La mujer se presentó en la redacción de este diario y denunció el hostigamiento que viene sufriendo por parte de un conocido clan familiar.

Danza de la muerte

 * “Mi pesadilla comenzó la mañana en que mataron a este chico (Federico Ydem), quien es hermano de Noelia y Pamela Sanabria. Después que retiran el cadáver de su hermano se vienen todos hacia mi casa (en Estrada 2100). Me tiraron tiros, ladrillazos, le pegaron a una de mis hijas. Eran como 30 personas. Ese mismo día hice la denuncia. La llevé a mi hija al médico de policía que le constató las lesiones”, comenzó su relato ante El Litoral.

* “Pero ahí no terminó todo. Al otro día se me aparecen de nuevo, con el cajón con el cadáver de su hermano, paséandolo desde calle Mendoza y Lamadrid hasta Estrada y Juan de Garay. Lo pasearon para la derecha, después volvieron para la izquierda. Con el cajón de su hermano para arriba y gritándome cosas.

Después dejaron el cajón en medio de la calle y me empezaron a tirar de todo. Me rompieron puerta y ventanas. Yo estoy horrorizada. No fue tanto lo que me hicieron a mí. Sino que no respetaron el cadáver de su hermano”, sentenció.

El crimen de Federico Ydem (ocurrido el 6 de mayo) desató una escalada de violencia que aún no llegó a su fin. Foto: Flavio Raina

Jornada trágica

—¿Por qué se la agarraron con vos?

—“Ellos acusan a un hijo mío de que lo entregó. Pero eso no es así. Federico había ido a esa casa a sacar cosas y a pegarle a un pibe (un tal Diosnel M.) Esa misma noche, ese muchacho fue con su madre y lo denunciaron en la policía. Pero luego Federico volvió a querer entrar y entonces el pibe lo mató. El pibe se quedó en el lugar, se hizo cargo de la muerte y después quedó en libertad por legítima defensa. Eso es todo”, aseguró la señora Rodríguez.

“Ahora no sé por qué se la agarraron con mi hijo y con mi familia. Mi hijo fue muchos años amigo de ellos, pero desde hace un tiempo él formó una familia y se alejó. Entonces comenzaron a perseguirlo. El día 7 denuncié todo.

Allanamientos

Más adelante Rodríguez continuó:

* “A los días fue la PDI a mi casa a tomarme declaración. Pero mientras yo estaba declarando comenzamos a escuchar los tiros. Mi hija, que estaba en la puerta, entra corriendo y me cuenta que un balazo le había rozado la cabeza. El auto de la policía tenía un impacto de bala.

Casi un mes después de eso hicieron esa cantidad de allanamientos, donde no encontraron ningún arma. Sólo le encontraron algo de droga pero dijeron que era para consumo personal”.

“Ahora yo me pregunto en qué quedó el intento de homicidio que hubo contra mi hija. Además esta mañana me allanaron. Cada vez entiendo menos. Yo y mi familia somos víctimas y nos allanan a nosotros. No encontraron nada, por supuesto, porque somos honestos y trabajadores.

Por último la mujer solicitó ayuda porque “me agreden continuamente. Tengo criaturas y tengo nietos. Esta gente me dice que me van a quemar mi casa. Que me van a matar a mi hija, que tiene 15 años. Hoy hace un mes que mi hija no va a la escuela. Hace poco la esperaron en la puerta, sacaron armas de fuego y casi la matan. Ellos usan a sus “soldaditos” para apretar a la gente. Todo el barrio sabe que venden drogas”, culminó.