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Cuadernos de la corrupción, un año después: cuál es el futuro de la causa que conmovió a la política y al mundo empresario

INFOBAE

Casi como un mantra, la respuesta se repite en los pasillos de Comodoro Py: “El futuro de la causa de los cuadernos depende de la política”.  La investigación que nació con las fotocopias de las anotaciones del chofer Oscar Centeno, generó una ola de detenciones de ex funcionarios y empresarios y volvió a poner a la ex presidente Cristina Kirchner como jefa de una asociación ilícita, definirá su suerte también en las urnas.  Es que indefectiblemente en un año que los argentinos eligen Presidente, los tiempos de la política marcarán el rumbo de éste y otros expedientes que ya suman 170 procesados y 31 arrepentidos (imputados-colaboradores).

En esta nota, un desglose de los diferentes capítulos que se abrieron a partir de las confesiones del colaborador de Roberto Baratta que generaron una conmoción en la política y, principalmente, en el mundo empresario.

Oscar Centeno & cía.

Es la causa más importante y de extrema corrupción que se vio en el fuero federal en años. Y es una locura que esto se haya sabido porque un maníaco anotaba cada viaje en cuadernos y a partir de una cadena de casualidades aparecieron en manos de otra persona que se las acercó a un periodista… ¿Dónde estaban los organismos de control?“, plantea un camarista.

El primer arrepentido fue el propio chofer Centeno, que escribió al menos ocho cuadernos contando cómo eran los viajes en los cuales se recaudaba dinero vinculado a los negocios del Ministerio de Planificación.

En la madrugada del 1° de agosto, se concretaron una decena de detenciones para empresarios y ex funcionarios. Los hombres de negocios comenzaron a también a ser imputados-colaboradores. Hablaron primero de haber entregado dinero para las campañas políticas del kirchnerismo, pero después Carlos Wagner, el ex titular de la Cámara de la Construcción, blanqueó la existencia del “club de la obra pública”.

En septiembre, Bonadio procesó a todos los imputados por asociación ilícita, cohecho y dádivas. La Cámara Federal, en diciembre, sacó a los empresarios de la banda, pero les confirmó los procesamientos por entregar sobornos. 

Hoy, la causa por las anotaciones de Centeno tiene un pedido de juicio oral por parte de la fiscalía y las querellas. Las defensas pusieron en juego sus estrategias con pedidos de sobreseimientos, nulidades y cuestionamientos. El propio Centeno aseguró que él no debería estar en el banquillo. El juez Bonadio debe establecer quiénes son enviados a juicio y cómo se desarrollará la parte restante de la investigación, pero ya alertó que a su criterio todas las causas deberán sustanciarse en un mismo debate oral y público.

Daniel Muñoz, el fallecido secretario de Nestor Kirchner

Daniel Muñoz, el fallecido secretario de Nestor Kirchner

La fortuna de Muñoz

Un escenario similar se plantea con la causa que analiza los negociados de Daniel Muñoz, el ex secretario de Néstor Kirchner, cuyo patrimonio ya generaba dudas desde antes de que estallara el escándalo de los cuadernos.

En 2013, Miriam Quiroga, amante de Néstor Kirchner, denunció que Muñoz llevaba valijas con dinero al sur. El caso se cerró y Muñoz compró  propiedades y empresas a través de testaferros en Estados Unidos, Uruguay y Argentina. Con el escándalo de los Panama Papers sus inversiones en Miami y Nueva York quedaron al descubierto, pero el ex funcionario -enfermo de un cáncer terminal- logró venderlas sin trabas judiciales.

Su viuda, Carolina Pochetti, denunció como arrepentida que su marido le pagó un soborno al juez. Involucró a su abogado, Miguel Angel Plo, hoy también detenido pero en su casa.  El capítulo de las inversiones locales sigue abierto gracias a las jugosas revelaciones del ex contador de los Kirchner, Víctor Manzanares, convertido en arrepentido.

Los otros casos 

Las otras causas que están atadas a cuadernos son expedientes que ya existían o se abrieron por confesiones. Eso pasó por ejemplo con los subsidios que se otorgaron en el área ferroviaria.

Hace diez días, los camaristas Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi revocaron un procesamiento contra la ex presidenta, el ex ministro Julio De Vido y empresarios de colectivos por los subsidios en esa rama del transporte pública.

Se instruye también un expediente por las concesiones en los corredores viales, en donde doce empresarios fueron procesados y otros recibieron la falta de mérito, entre ellos Gianfranco Macri, hermano del Presidente.

Roberto Baratta, al ser detenido (Gustavo Gavotti)

Roberto Baratta, al ser detenido (Gustavo Gavotti)

Gas Natural Licuado (GNL)

Las defensas de toda la causa, en tanto, esperan con atención el pronunciamiento que hará la Cámara Federal sobre el caso de Gas Natural Licuado (GNL). No es un tema menor: fue la causa que les permitió a Bonadio y Stornelli intervenir en el caso de los cuadernos cuando el periodista del diario La Nación Diego Cabot accedió a las anotaciones que le había entregado un conocido de Centeno, Oscar Bacigalupo, un ex militar devenido también en remisero.

De Vido y Baratta ya habían sido procesados en esa causa en octubre de 2017 por Bonadio, quien apuró la detención de ambos en vísperas de las últimas elecciones legislativas. Sin embargo, en marzo de 2018, la Cámara Federal revocó esa decisión por falta de pruebas y ordenó la libertad de ambos, aunque De Vido -ya desaforado- siguió tras las rejas por el caso Río Turbio.

Con los cuadernos y los arrepentidos, Bonadio reactivó el caso y volvió a procesar a De Vido, Baratta y también a Cristina Kirchner y empresarios. Para esa altura, ya había explotado en Dolores el llamado caso D’Alessio que investiga una red de espionaje político judicial que derivó en un llamado a indagatoria para Stornelli, declarado rebelde por no presentarse.

El fiscal Carlos Stornelli (Nicolás Stulberg)

El fiscal Carlos Stornelli (Nicolás Stulberg)

Operación Puf 

Junto a la diputada Elisa Carrió, Stornelli es un convencido de que el caso de Dolores fue promovido para afectar la causa de los cuadernos. Y se exhiben como pruebas escuchas judiciales que se ordenaron en la cárcel, en una causa por narcotráfico, y que permitieron grabar a Baratta y otros ex funcionarios hablando sobre lo que se dio en llamar la “Operación Puf”. Hoy esa denuncia está bajo la órbita de Bonadio.

Las actuaciones que se sustancian en Dolores comenzaron en enero con la denuncia de un empresario ruralista llamado Pedro Etchebest que dijo ante el juez federal Alejo Ramos Padilla haber sido coaccionado a pagar una coima para ser deslindado de la causa cuadernos (en donde en rigor nunca había sido nombrado).

Etchebest grabó a D’Alessio hablando de sus “operaciones” de inteligencia, sus vínculos con personas del Gobierno, e involucró a Stornelli. Tras un allanamiento en la casa de D’Alessio, el caso derivó ingresó al submundo del espionaje.

¿Puede la operación Puff afectar el caso cuadernos? “Es imposible”, opina con uno de los magistrados consultados para esta nota. “La causa cuadernos es autosuficiente, es un catálogo de hechos de corrupción.Durante estos últimos años, se estuvo trabajando juzgado por juzgado en diferentes causas, pero cuadernos fue como los fuegos artificiales que se tiran al final de los espectáculos”. 

Causas y campaña

Son varios los fiscales y jueces entrevistados que admiten que la causa de los cuadernos y el caso Dolores se entrelazan, cruzan y enfrentan en medio de una campaña electoral. Y cualquiera de los bandos que se posiciona detrás de cada expediente puede resultar herido.

Si las urnas son la clave del devenir de la causa, también los tiempos políticos durante los cuales el caso llegue a juicio oral y el tribunal que tenga que sustanciar el proceso. Un conocedor de los tiempos de la Justicia admite en estricto off the record: “Si lo hacen rápido, se pueden tener condenas, pero también está la posibilidad de que destruyan la causa con cuestionamientos o más sutilmente, dejando que pasen los años y la gente se olvide del tema”. Se trata de lo que el fallecido ministro de la Corte Suprema denominaba como “cronoterapia”.

“Cuando las cosas arrancan mal…”, se queja uno de los abogados defensores. “Judicialmente es una causa que casi no tiene pruebas y que empieza con que la fiscalía certificó una copia que le trajeron de unos cuadernos, con enmiendas y tachaduras”. El futuro del expediente, para este defensor, tiene final abierto. “Se sigue diciendo que cuando esto llegue a juicio oral van a aparecer empresarios a decir que fueron ‘apretados’ para arrepentirse”, dijo.

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