INFOBAE
Esta mañana, la Facultad de Derecho de la UBA era un mundo de sensaciones. Mientras en las escalinatas abundaba el clima festivo por los huevazos a los recién graduados, en los pasillos de la universidad reinaba el nerviosismo y el silencio. Había muchos alumnos que aún esperaban para rendir finales y repasaban los apuntes sentados en el piso. Pero en la segunda planta, donde el presidente Alberto Fernández estaba tomando orales y firmando las libretas de los que ya habían aprobado la cursada, el cuadro de situación era completamente diferente: todos estaban convulsionados y expectantes.
Desde las 10 de la mañana, el pasillo que conducía al aula 235 contaba con custodia presidencial. Cuatro efectivos de seguridad se apostaron en la puerta para controlar que sólo los estudiantes autorizados ingresaran al salón. De las 15 personas que había en el salón, únicamente 7 tenían que rendir el examen frente al Presidente y su ayudante de cátedra, Adrián Rois. Los demás esperaban para conocer su calificación final.
La fecha de hoy estaba prevista para el miércoles 11, un día después de la asunción presidencial, por lo que tuvo que trasladarse para este viernes porque Alberto tenía otros compromisos impostergables.
“En todo momento nos dijo que él iba a tomar el examen final y que iba a venir. Pero después, como se dieron las circunstancias, pensamos que iba a ser imposible que viniera. No me hubiese molestado en lo más mínimo que no viniera, pero Alberto es un copado y vino igual. Cumplió lo que nos prometió”, contó a Infobae Noelia (30), quien ya había promocionado y solo venía a firmar su libreta. “Voy a hacer un cuadrito con la firma del Presidente”, bromeó.
Valentina (23) fue otra de las que promocionaron de la mano del primer mandatario. “Alberto nos dijo que quería estar el último día. Y si por sus compromisos como Presidente no llegaba a venir, avisó que el examen iba a ser escrito para poder corregirlo él. Quería estar sí o sí, y así lo hizo”, remarcó la joven, que obtuvo un 7 en esa materia.
Fernando (36) también aprobó con esa misma calificación. “Alberto sabe muchísimo y lo más importante es que sabe transmitir todos sus conocimientos. Muchas veces te encontrás con profesores que no saben hacerlo pero nosotros tuvimos la suerte de tenerlo Alberto que sabe mucho y lo sabe transmitir. Además, tiene paciencia para explicar. Fue un placer haberlo tenido”, dijo.
Como no es habitual que haya tantos periodistas y camarógrafos en esa facultad, eran varios los curiosos que acercaban a preguntar qué era lo que estaba pasando. Minutos más tarde, y una vez que la noticia se propagó, los pasillos del segundo piso se llenaron de universitarios en busca de una selfie o un autógrafo.
La espera se hizo larga ya que la mesa de examen duró dos horas y media y cuando Alberto salió del aula se fue sin saludar a nadie y sin hacer declaraciones a la prensa.
Valeria tiene 23 años y tuvo el honor de cursar “Teoría General del Delito y Sistemas de la Pena” cuando Alberto todavía no había asumido como jefe de Estado. “Es un excelente profesor, tiene cero ego y nunca se comportó como un político”, señaló la joven, que además describió al primer mandatario como “un profesor más”.
Ella ya había probado el examen oral que le había tomado Rois –que asistió en lugar de Fernández el 11 de diciembre– y venía a buscar el puntaje final de la monografía sobre “educación en las cárceles” que había presentado. “Aprobé con un 10, la nota más alta de la carrera me la saqué con el Presidente”, destacó a Infobae.
Micaela, de 23 años, fue otra de las que se mostraron orgullosas de haber formado parte de esa cátedra. “Es más que un orgullo haber cursado con quien hoy es el Presidente de la Nación. Es un profesor exigente pero explica de manera excelente. Tengo entendido que es un profesor muy cumplidor pero este cuatrimestre vino unas 4 veces por sus compromisos con la campaña. Las clases que tuve con él fueron impecables. Yo elegí esta materia a propósito sabiendo que él era el titular de la cátedra”, admitió la estudiante, a quien le quedan solo dos materias para recibirse de abogada.
A diferencia de ella, María (26) se graduó con un 9 tras aprobar el examen con Alberto. “Yo me especialicé en derecho privado pero elegí cursar derecho penal porque me interesaba la materia, no es que me anoté porque la daba Alberto”, dijo la flamante abogada, quien recordó que “las clases siempre fueron muy amenas” y que lo recordará como “un muy buen profesor”.
Una vez cumplida su labor como docente universitario, el Presidente se retiró alrededor de las 12:30 rodeado por sus custodios. Bajó por las escaleras y se dirigió hasta la puerta donde lo aguardaba un vehículo oficial para llevarlo hasta la Casa Rosada para retomar su agenda.
“No quise dejar de venir hoy a la Facultad de Derecho de la UBA a tomar exámenes finales a mis alumnos y alumnas de Derecho Penal. La educación pública gratuita es uno de los valores más importantes que tenemos. Vamos a defenderla con el ejemplo y con los recursos que merece”, tuiteó dos horas después de retirarse de esa casa de estudios.
Durante toda la campaña presidencial, Alberto Fernández trató de acomodar su agenda de modo de poder finalizar los cursos y así no dejar inconclusa su relación con los alumnos. Tan es así, que después del primer debate volvió a la Facultad de Derecho a tomar exámenes. “Disfruto mucho el tiempo que paso con los alumnos”, había escrito en aquel momento en sus redes sociales.
Y luego del contundente triunfo en las PASO el 11 de agosto, volvió a presentarse para dar clases, donde sus alumnos lo recibieron con aplausos e hicieron fila para sacarse fotos.