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El juicio oral a Los Monos terminó con altas condenas para sus líderes

Monchi” fue sentenciado a 37 años y “Guille” a 22 como jefes de asociación ilícita y otros delitos. Seis años para Ariel “Viejo” Cantero como miembro

El veredicto se había terminado de leer y la sala comenzaba a vaciarse, pero los presos del núcleo duro de Los Monos seguían en sus asientos. De pie, describiendo un semicírculo, sus abogados los rodeaban en gesto de contención. Esa imagen final dejó el juicio oral más largo y complejo en la historia de la provincia, que ayer cerró con altas penas para los principales acusados. Las más severas fueron para Ramón “Monchi Cantero” Machuca, quien recibió 37 años como jefe del clan e instigador de cuatro homicidios, y para su hermano de crianza Ariel “Guille” Cantero, condenado a 22 años en carácter de jefe de la banda y como autor de otro crimen. Si bien seis acusados fueron absueltos por el beneficio de la duda, el tribunal avaló los aspectos más polémicos del caso como la actuación del juez Juan Carlos Vienna y las escuchas telefónicas que originaron la causa.

La sentencia de los jueces Ismael Manfrín, María Isabel Mas Varela y Marisol Usandizaga fue unánime. El tribunal rechazó todos los planteos de nulidad de las defensas y condenó a 19 personas, entre civiles y empleados de fuerzas de seguridad, con penas muy cercanas a las que habían solicitado los fiscales. Otros seis acusados fueron absueltos porque se consideró que las pruebas en su contra eran insuficientes.

El fallo se leyó en un clima de cierta calma mientras una veintena de periodistas tomaba nota en el palco para la prensa. La mayoría de los acusados escucharon el veredicto rígidos en sus asientos, entre inexpresivos y distantes, a excepción de Monchi, quien no reprimió el gesto de negar con la cabeza cuando condenaron a su pareja a tres años de prisión. Quien no pudo ocultar la tensión acumulada fue el ex jefe de Sustracción de Automotores Germán Herrera, un policía de asistencia perfecta a las audiencias, que rompió en llanto al escuchar su absolución.

Cuatro meses

Desde temprano en los alrededores del Centro de Justicia Penal hubo señales de que ayer era un día especial en el juicio a Los Monos. Un proceso oral único en la historia provincial que duró cuatro meses, con más de 200 testigos y 25 imputados en una causa que nació en el viejo sistema escrito y fue condensada en 107 cuerpos de expediente con 200 fojas cada uno.

Desde fines de noviembre se discutió si un grupo de civiles y policías conformaron una asociación ilícita dedicada a delitos varios, entre otros el narcotráfico, que funcionó al menos entre abril y junio de 2013; período en el que el juez Vienna mantuvo activas las escuchas a los principales acusados.

Luego de la feria judicial de enero comenzaron a debatirse cuatro causas de homicidios ocurridos en mayo de 2013. El de Lourdes Canteros, una chica de 14 años que murió alcanzada por un balazo en un tiroteo a su casa del barrio de la Carne el 16 de mayo de 2013. El de Diego Demarre, asesinado a tiros desde un Bora blanco que lo siguió desde Tribunales a su casa de Maipú y Seguí el 27 de mayo (era el dueño del boliche de Villa Gobernador Gálvez frente al cual la noche anterior habían asesinado a Claudio “Pájaro” Cantero). Y el triple crimen de Marcelo Alomar, Norma César y Nahuel César, asesinados el 28 de mayo en una emboscada en Francia y Acevedo, en una venganza equivocada por el crimen de Pájaro.

La lectura de la sentencia estaba prevista para las 11. En refuerzo del operativo de seguridad, policías camuflados rodearon el edificio donde el propio ministro de Seguridad provincial, Maximiliano Pullaro, se acercó a decir lo suyo. “Esperamos que las condenas sean importantes. Que paguen por los delitos que cometieron. Es un día donde se termina la impunidad en la provincia de Santa Fe de estos personajes que se sintieron realmente intocables”, dijo el funcionario, que protagonizó un breve cameo al ingresar por un instante a la sala de juicio antes de que lo hicieran los jueces. “Quedan las deudas en la Justicia Federal. Esperemos que ahora avancen en la investigación como lo hizo la Justicia santafesina”, agregó.

En esa misma sintonía se manifestó, por la tarde, el diputado provincial Rubén Galassi, para quien “este fallo ejemplar nos da la satisfacción de ver que en la provincia de Santa Fe la Justicia funciona y que quienes cometen delitos pagan lasconsecuencias. Ahora esperamos que con toda la prueba recolectada, la Justicia Federal haga su parte”.
Lectura
Diez minutos antes de la hora indicada entraron a la sala escoltados, esposados y vistiendo chalecos antibalas “Guille” Cantero, su padre Ariel “Viejo” Cantero, Monchi y sus laderos. Son los ocho acusados que están presos y todos se fueron condenados.
Luego se ubicaron los imputados que habían llegado al juicio en libertad y a las 11 en punto ingresaron los jueces. El encargado de la lectura fue Manfrín, quien durante media hora dio cuenta de la parte resolutiva de la sentencia. Los fundamentos se conocerán el 2 de mayo.
Los jueces condenaron a Machuca a 37 años de prisión, una de las penas más altas que se conozcan en este distrito judicial. Lo consideraron jefe de la banda e instigador del homicidio de Lourdes Canteros —una escucha lo captó ordenando “tirá a mansalva” a la casa de la chica— y del triple crimen de Francia y Acevedo. El segundo en escuchar su condena fue Guille, con 22 años como jefe de la banda y autor material del asesinato de Demarre. Su padre Ariel “Viejo” Cantero recibió seis años pero no como jefe sino como miembro de la asociación ilícita.
Sus lugartenientes Emanuel Chamorro y Leandro Vilches recibieron nueve y diez años de prisión, respectivamente, por integrar la banda y actuar como partícipes secundarios en el crimen de Demarre, a quien siguieron en las inmediaciones de Tribunales. Andrés “Gitano” Fernández fue condenado a 11 años bajo como partícipe primario de ese crimen por manejar el auto que emboscó al bolichero.
Nueve empleados de fuerzas de seguridad (ver infografía de página 3) recibieron penas que oscilan entre los 5 y 7 años de prisión, más la inhabilitación para ejercer cargos públicos, por colaborar con la banda o cometer delitos derivados de su función. De ellos, uno está en prisión domiciliaria. Los jueces dispusieron la detención de los ocho que están en libertad, pero la medida no se concretará mientras no esté firme la sentencia.
Dos casos singulares fueron los de Silvana Gorosito, pareja de Monchi, y de Agustín Ruiz, hermano del ya condenado como agente comercial y financiero de la banda. Ambos recibieron las penas más bajas de 3 años de prisión condicional por el delito de encubrimiento, pero no fueron considerados integrantes de la banda. Deberán respetar ciertas reglas de conducta, someterse al cuidado de un patronato y realizar trabajo no remunerado en favor del Estado por dos años.
Por otro lado hubo seis absueltos (ver página 7): los ex jefes de la sección Sustracción de Automotores Guillermo Cardini y Germán Herrera; el ex comisario de Delitos Complejos Gustavo “Gula” Pereyra (que hizo una encendida defensa de su situación en el juicio con declaraciones políticas de alto voltaje), y dos civiles que estaban acusados como testaferros: la ex esposa del Pájaro, Lorena Verdún, y el representante de futbolistas Francisco Rafael Lapiana, ayer ausente en la sala. En tanto, los fiscales habían retirado la acusación contra el policía Cristian Floiger, quien fuera jefe en la ex Drogas Peligrosas zona sur, por lo que también fue desligado.
Conclusiones
Si bien la sentencia cierra una etapa, la disputa continuará a partir de ahora en instancias superiores. Los defensores anticiparon que apelarán las condenas. Los fiscales dijeron que estudiarán las absoluciones caso por caso antes de decidir si piden una revisión ante un tribunal de segunda instancia.
El trasfondo del fallo aún no se conoce y habrá que esperar para conocer las consideraciones de los jueces sobre lo discutido en las audiencias y su valoración de las pruebas. Pero de la decisión final pueden inferirse algunas conclusiones. La de mayor relevancia institucional y política es que descartaron la teoría de la parcialidad del juez instructor que planteaban las defensas. Ese fue el caballito de batalla en el juicio de la mayoría de los defensores. Plantearon que no se respetó la garantía de imparcialidad y por lo tanto desde la primera a la última prueba eran nulas y todo lo actuado debía caer como un castillo de naipes.
Los abogados aducen que habría existido una amistad entre Vienna y el manager de boxeo Luis Paz, padre de Martín “Fantasma” Paz, el prestamista allegado a Los Monos asesinado en septiembre de 2012 en Entre Ríos y 27 de Febrero. Ese crimen dio origen a la pesquisa contra la familia Cantero, su entorno y sus conexiones policiales. Además los defensores sostienen que el gobierno de Antonio Bonfatti reclamaba por entonces acciones contra el delito y por eso erigieron a sus clientes como enemigo público.
Está claro que los jueces no receptaron ese planteo, al menos de manera absoluta. Otra inferencia lógica es que el tribunal avaló las escuchas telefónicas que componen el núcleo la prueba. Las defensas primero resistieron incorporarlas al juicio y luego las atacaron con una batería de argumentos que no encontraron eco. Al convalidar la actuación de Vienna y considerar legítimas las escuchas lo más lógico era que el fallo terminara en condenas, salvo en los casos donde la evidencia era floja.
Con el resultado puesto se ubicaron ganadores y perdedores en ambas filas, aunque quedó claro que la Fiscalía es la que más anotó en su haber. Si bien lamentó un puñado de absoluciones, cosechó condenas severas para los acusados de alto perfil. Los fiscales sumaron éstas a las 11 condenas de un juicio abreviado de 2015, contabilizando un total de 35 en la controversial megacausa. Que recién ahora tendrá su correlato en la Justicia Federal con un juicio oral por narcotráfico que se avecina para algunos referentes de Los Monos y su entorno en la causa conocida como Los Patrones.
Momentos históricos
En ese marco, los fiscales Gonzalo Fernández Bussy y Luis Schiappa Pietra junto a la fiscal de Cámara María Eugenia Iribarren destacaron el carácter “histórico” del fallo. Dijeron que confiaban en su evidencia y relativizaron las comparaciones con los resultados más magros obtenidos en el abreviado, donde las penas rondaron los 3 años incluso para personajes de una ostensible colaboración con la banda como el policía Juan “Chavo” Maciel. Otra parte de ese acuerdo anulado por la Cámara preveía 9 años para Guille, que ayer se llevó más del doble.
Ante la comparación inevitable, Fernández Bussy respondió que fueron dos momentos históricos distintos y que en definitiva, más que la pena, importan las condenas. El procurador de la Corte Jorge Barraguirre amplió: “No es contradictorio lo de los abreviados. Eran otros fiscales y no hay inconsistencia”, dijo, además de considerar que el juicio oral no arrojó elementos nuevos contra Vienna.
Los defensores Carlos Edwards y Carlos Varela insistieron con sus argumentos. Dijeron que hubo una doble parcialidad. No sólo de Vienna sino también de Manfrín y Mas Varela que ya conocían parte de la prueba por haber intervenido en el juicio por el crimen del Pájaro Cantero. Dijeron las penas no los sorprendieron pero las tildaron de “exorbitantes e ilegales”. Y volvieron sobre el contexto político que rodeó al armado de la causa que luego de cinco años llegó a su veredicto.

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