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En un juicio de procedimiento abreviado relámpago, los dirigentes «sabaleros» aceptaron su responsabilidad y fueron sentenciados a una pena de prisión, aunque de cumplimiento condicional, por lo que ya recuperaron su libertad. Además, quedaron inhabilitados para concurrir a espectáculos deportivos y también para ejercer funciones en entidades deportivas.
Los dos dirigentes «sabaleros» acusados de tener responsabilidad en el brutal apriete a jugadores del Club Colón la semana pasada dentro del predio que la institución tiene en Santo Tomé, a la vera de la autopista, -entre otros violentos incidentes atribuidos a la barra brava rojinegra- fueron condenados este jueves en los tribunales santafesinos. Se trató de un juicio de procedimiento abreviado y «relámpago» si se tiene en cuenta que ambos habían sido apresados este lunes.
Se trata de Horacio Darrás, vicepresidente de la entidad que entró a la sala de audiencias distendido, sonriente y haciendo bromas a sus abogados, y Lucas Paniagua, vocal. Ambos recuperaron su libertad minutos después de que el juez Leandro Lazzarini emitiera su fallo, en horas de la tarde-noche. El magistrado avaló todo lo acordado por las partes.
De esta forma, los ahora condenados reconocieron los delitos que les había imputado la fiscalía, representada en el proceso por los doctores Federico Grimberg y María Laura Urquiza (Unidad Especial de Delitos Complejos).
Los funcionarios del Ministerio Público de la Acusación acusaron a Darrás y Paniagua como coautores de facilitamiento de la formación de grupos dedicados a cometer delitos en espectáculos deportivos (artículos 5 y 11 de la ley nacional de Espectáculos Deportivos 23.184) y autores de encubrimiento.
Aseguran que la evidencia es abrumadora y fue recabada luego de una extensa investigación iniciada en octubre de 2021.
Tanto Darrás como Paniagua tenían vínculos con las dos facciones de la barra brava rojinegra, la «oficial» denominada «Los de Siempre» (LDS) y la disidente que se llama «La Negrada». Con los líderes de estas organizaciones, acordaban la entrega de dinero, entradas e indumentaria deportiva.
Además, luego del violento episodio de la semana pasada en el predio, ambos recibieron llamadas de los líderes de LDS para amenazar a los jugadores y entrenadores que habían sido citados a declarar ante los fiscales. Les advirtieron que los testigos no debían identificar a las personas involucradas y anunciaron consecuencias: «No van a jugar más un partido de local, porque les vamos a tirar una bomba por fin de semana. Además, sabemos los movimientos de sus familias y donde van sus hijos a la escuela», habrían dicho palabras más o menos. Por otra parte, aseguraron que si nadie mencionaba sus nombres los iban a dejar «tranquilos».
Horacio Darrás (de 66 años) y Lucas Paniagua (de 35) llegaron en calidad de detenidos a la sala de audiencia, pero salieron del edificio ya sin las esposas luego de que el juez homologó el acuerdo.
El primero fue condenado a dos años y medio de prisión de cumplimiento condicional y el segundo a un año y medio. Además, ninguno de los dos podrá concurrir a espectáculos deportivos o desempeñar funciones dentro de entidades deportivas por un lapso del doble de sus respectivas penas.
