Aducen que no están en contra de las medidas cuando son necesarias, pero que no pueden seguir si no reciben ayuda económica. Afirman que 4500 puestos se perdieron en el sur provincial. Los beneficios que recibieron y los que no. La provincia destaca la asistencia; la oposición reprocha que hay fondos guardados mientras se bajan persianas; y el gobierno municipal cuestionó la medida.
La asociación que nuclea a los empresarios gastronómicos de Rosario anunció la cesación de pagos de impuestos y servicios para el sector. Los bares y restaurantes se encuentran “imposibilitados de abonar impuestos y servicios. En consecuencia, en tanto no se destine al sector una ayuda económica efectiva, los bares y restaurantes de la ciudad no podrán pagar los tributos aplicados a la actividad. Entre las cargas impositivas que el sector debe abonar y que se verán interrumpidas están las provinciales: Aguas, EPE, Litoral Gas, Impuesto Inmobiliario e Ingresos Brutos; municipales: Tasa General de Inmuebles, Derecho Registro e Inspección y ETUR; y nacionales: aporte del art. 931 (cargas sociales, obra social, ART, seguros, entre otros), IVA y ganancias”, informaron en un comunicado difundido este miércoles.
AEHGAR explicitó que «no está en contra de las restricciones cuando éstas sean necesarias para garantizar la salud de la población», pero deja en claro que no pueden continuar trabajando sin ayuda económica del Estado. «No se pueden afrontar las mismas cargas impositivas de antes de la pandemia en la situación actual en la que nos encontramos luego de 14 meses de limitar el trabajo de bares y restaurantes”.
La pandemia tiene a mal traer al sector, como a otros. Según datos propios, “desde marzo del 2020, la actividad gastronómica ha perdido 4.500 empleos en los 6 departamentos del sur de Santa Fe”. Advierten que “sin ayuda, lamentablemente serán más”.
A eso se suma la situación de dueños que huyen del negocio –varios son históricos en el rubro– y se desprenden del fondo de comercio por el equivalente de las deudas acumuladas y poco más. Según viene retratando el periodista Mariano Galíndez, este fenómeno se percibe en los dos corredores gastronómicos más potentes de la ciudad, avenida Pellegrini y Pichincha. Incluso tiene nombre y apellido uno de los protagonistas come piezas como un pacman. Se trata de un grupo denominado Asgar, que de acuerdo a la información publicada es un fondo conformado por inversiones que vienen del mundo del fútbol y un industrial metalúrgico entre los principales.
Los empresarios gastronómicos dicen que la decisión de cesar los pagos “se toma en medio de una crisis histórica de la actividad, la cual desde marzo del 2020 no ha trabajado con normalidad, estuvo continuamente restringida, siempre con capacidad reducida y horarios limitados. Son 14 meses de trabajo que sólo permiten afrontar deudas de forma parcial y pago de sueldos. Los bares y restaurantes, en el mejor momento, han trabajado con el 50% de capacidad y hasta las 2, luego trabajaron con el 30% y con horarios de cierre que oscilaron entre las 19 y las 23, la mayor parte del tiempo alternando entre estos últimos dos”.
Ahí los empresarios ponen el acento en la improvisación de las medidas restrictivas. Si bien no hacen mención específica, refieren al gobierno provincial que es quien dispone las condiciones de apertura, cierre y funcionamiento. “La limitación no es el único impedimento para la actividad, también lo es la falta de organización, de previsibilidad y de planeamiento que dejan a los gastronómicos sin posibilidad de prever la cantidad de materia prima que necesitarán, debido a que las medidas se anuncian sin anticipación”.
Insisten en que es imposible trabajar sin certidumbre por parte de quienes toman medidas. “Además, hay establecimientos que han reacondicionado espacios, modificado su infraestructura y adquirido equipos de calefacción que funcionen en lugares ventilados con el fin de cumplir con todo lo exigido por el protocolo y ser lugares seguros. No es posible trabajar sobre la incertidumbre constante”.
Repro sí, el resto no
AEHGAR nuclea a hoteleros y gastronómicos. Los primeros son los más golpeados y quedaron al borde del nocaut, podría decirse, en una ciudad donde la mayoría de los hoteles son pymes de origen familiar o inversionistas locales, y sólo un pequeño puñado pertenece a grandes cadenas y capitales de otra escala. La situación es hipercrítica, con patrimonios enormes paralizados y sin actividad incluso más allá de las limitaciones de horario y funcionamiento. Además de los Repro, la provincia asiste a los hoteleros con 10.000 pesos por empleado en un universo de unos 2.000 trabajadores.
Pero en el caso de gastronómicos la Provincia consideró hasta ahora que no era necesaria una ayuda económica similar a la que perciben los hoteleros. “Supongamos 10.000 pesos por empleado para los 8.500 trabajadores gastronómicos que hay en la provincia, son 85.000 millones de pesos por mes en una provincia que tiene superávit financiero y cifras impresionantes en reserva, puede hacerlo claramente”, calculó el empresario Alejandro Pastore.
En tanto, AEHGAR solicitó a la Municipalidad la eximición de la TGI, que en la hotelería es relevante (igual que el Inmobiliario) porque involucra superficies importantes, y que no se actualicen los mínimos de Drei, pero no obtuvieron respuesta positiva. Dicen que en los próximos días golpearán las puertas de 1° de Mayo y Córdoba a la espera de conseguir en el Concejo Municipal lo que no les concedió el Palacio de los Leones.
En la provincia los dos sectores entraron en la condonación de 14 meses de impuesto Inmobiliario –entre el segundo bimestre de 2020 hasta el mismo periodo de 2021–.
Con el servicio que presta Aguas Santafesinas, hubo 70% de reducción para los que pagan por superficie, no así para quienes tienen servicio medido que se quedaron afuera por entenderse que pagan en función de lo que consumen.
Con respecto a la EPE, para los clientes de pequeña y mediana demanda, las facturas con vencimiento entre el 17 de mayo y el 31 de julio de 2021 podrán pagarlas a valor nominal, sin actualizaciones ni mora, un beneficio que el sector considera “muy pobre”. Cuando se trata de grandes demandas, se facturará sólo la potencia entre los meses de mayo a julio
En tanto este miércoles abrió la inscripción para el Repro II, el programa del gobierno nacional que asume parte del salario de los trabajadores para garantizar la continuidad de las empresas. El gobierno flexibilizó parte de los requisitos exigidos para ampliar el universo de beneficiarios en un sector que además tiene mucha informalidad. De hecho habilitó un Repro para monotributistas gastronómicos asumiendo que en realidad en muchos casos se trata de una relación laboral encubierta.
“Ya hicimos la experiencia el año pasado y algo aprendimos, lo que va a pasar de acá a diciembre es que no vamos a poder trabajar con normalidad. Entonces es necesaria una herramienta que nos permita tener los negocios abiertos, y todos sabemos que sin la ayuda del Estado no se va a poder, porque el delivery o el take way no existen”, exclamó Carlos Melliano, presidente de AEHGAR.
Repercusiones
En contraposición a los reclamos sectoriales, este miércoles el ministro de Gestión Pública Marcos Corach defendió la asistencia económica de la provincia en el marco de la pandemia. Dijo que “hay una decisión del gobierno de la provincia de asistir con un paquete de 3.000 millones de pesos a sectores afectados”, pero sin mayores precisiones. “Habrá que analizar cada uno de los casos. Algunos llevan muchísimo tiempo sin poder desarrollar su actividad y otros a los que los han afectado estos 15 días. No tenemos dudas que la pandemia ha afectado a la economía en general y por eso habrá ayudas con asistencia directa y otras serán con diferimiento de pagos o condonación de deudas”.
De alguna manera, el ministro reflejaba en esas declaraciones la pugna que se abre a partir de las restricciones que adoptó la provincia y que profundizó la Nación en el peor momento de la segunda ola, sobre todo en los sectores más golpeados, como comercio y servicios, a los que necesariamente hay que compensar con ayuda o alivios económicos.
Desde Rosario, la concejala socialista Verónica Irízar reprochó el “perfil fiscalista” del gobierno de Omar Perotti y reclamó asistencia directa. “Abandona a su suerte a quienes generan empleo y movilizan la economía de la ciudad, lo que se traduce en que los propios comerciantes deban tomar decisiones como lo hicieron hoy los gastronómicos, que anunciaron la cesación de pagos municipales, provinciales y nacionales ante la falta de apoyo ante una situación crítica”.
Recordó que el gobierno provincial “tiene 65 mil millones en plazos fijos. Guarda miles de millones de pesos mientras se siguen bajando persianas y miles de comerciantes viven una realidad cada vez más angustiante”. La ex secretaria de Hacienda de Rosario dijo que “no alcanza” con “destinar fondos para eximir del pago del impuesto a los Ingresos Brutos a sectores comerciales como bares, restaurantes, canchas de fútbol 5, jardines maternales, sectores vinculados al turismo y otros”.
En el gobierno municipal, donde no hay plazos fijos holgados y la caja también está muy golpeada por la pandemia, no cayó bien la decisión de los empresarios gastronómicos de declarar la cesación de pagos. Varios funcionarios de primera y segunda línea se comunicaron con los empresarios, ratificaron sus argumentos en relación al escaso margen de maniobra económico que tiene el Municipio y reprocharon la medida y el riesgo de que la misma sea replicada por otros sectores.