El hallazgo de un arsenal que debía estar en el depósito de la Sección Balística de la Policía de Santa Fe en Rosario, destapó otro escándalo en una ciudad que atraviesa una escalada de homicidios y balaceras, producto de la violencia narco.
Se trata de once armas que guardaba en un balde el cuñado de un hombre vinculado a robos y a la venta de droga. Fuentes del caso indicaron a TN que, al menos nueve, fueron robadas por un policía de Balística, tres de ellas, habían sido incautadas a policías. Todas fueron secuestradas en operativos de octubre y noviembre de 2019.
En tanto, los investigadores aún no lograron conocer la procedencia de dos pistolas, una de ellas con la numeración suprimida.
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Tras el descubrimiento, los fiscales de la Agencia de Criminalidad Organizada David Carizza, Matías Edery y Luis Schippa Pietra pidieron el secuestro de los celulares de todo el personal policial implicado en la cadena de custodia. Entre ellos, Cristian “Mosquito” Chimenti, responsable la División Criminalística y hermano de Emilce Chimenti, la máxima autoridad policial de la provincia.
Los integrantes del Ministerio Público de la Acusación no tienen ningún indicio que apunte directamente a Chimenti, pero buscan conocer si hay una responsabilidad mayor en el caso y si se trató de un episodio aislado.
El camino de las armas: del depósito policial a un balde
Por el momento, la causa tiene como detenido al suboficial Juan Carlos Belotti. Según él mismo confesó, le entregó las armas al entrenador del gimnasio al que asiste a cambio de una moto Honda Tornado XR roja.
Se trata de Lucas Alessandro, que no es legítimo usuario y es señalado como autor de escruches barriales y venta de droga al menudeo en Empalme Graneros.
Ese es uno de los barrios que está bajo fuego por un enfrentamiento por el territorio entre personas vinculadas a Francisco “Fran” Riquelme -que integra las filas de Esteban Alvarado– y otro grupo que respondería Lionel “Larva” Fernández, relacionada a internos del pabellón N°8 de Piñero, donde están alojados miembros de Los Monos.
El arsenal vendido a Alessandro terminó en manos de su cuñado, Lautaro Greco, un joven de 20 años que, según declaró en audiencia imputativa, accedió a guardar las armas como un favor al novio de su hermana.
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Todo quedó en evidencia con un dato que obtuvieron detectives de la Agencia de Inteligencia Criminal (AIC), encomendados a conseguir información sobre los domicilios en los que podría haber armas de fuego en la zona norte y oeste de la ciudad, involucradas en los hechos de violencia y homicidios.
El 20 de abril, los agentes de AIC allanaron una casa ubicada en la calle Garzón bis al 900, en la que Greco vive con su madre.
En ese lugar, el cuñado de Alessandro se sacó fotos con las armas. Aunque tomó el recaudo de taparse el rostro con dos pistolas, dejó al descubierto los tatuajes de su torso, un descuido permitió identificarlo.
Esposado, Greco admitió que las armas estaban en un galpón del patio, cerrado con candado. Debían estar en el depósito de balística de la División Científica de la policía de Santa Fe, pero las encontraron dentro de un balde.
Llamó la atención a los investigadores que la numeración de las armas no había sido suprimida. Esa información les permitió llegar a la sección Balística. Aunque son sometidas a pericias, creen que no llegaron a utilizarse en ningún episodio violento.
“Las armas están desparramadas, sin llave”: la declaración del personal de Balística
Cuando los fiscales realizaron una inspección en la seccional en investigación, encontraron serias irregularidades e insólitas declaraciones del personal de Balística.
“No hay personal fijo para recibir los secuestros, lo hace el que atienda la puerta, al armamento secuestrado tenemos acceso todo el personal de balística ya que no quedan bajo llave”.
“Todo secuestro se le da ingreso en el libro de guardia. Las armas están en una habitación así todas como desparramadas y no hay llaves de esa habitación. Y todos tienen acceso a las armas”.
“Nos encontramos con una situación muy preocupante con falta de inventarios, no había controles en un lugar donde hay datos concretos de cuántas armas había. Estamos haciendo un inventario para ver cuántas armas hay y después sacarlas de allí y llevarlas a un lugar que cuenta con las medidas de seguridad necesarias”, dijo Edery en declaraciones radiales sobre las impresiones que le causó el procedimiento en Balística.
Con todo, el caso de las armas en el balde abre puertas de una investigación que recién comienza.
Las armas que debían estar bajo custodia policial
Una pistola marca Bersa calibre 22.
Una pistola marca Bersa modelo Thunder Pro cal. 40
Una pistola Calibre 9mm marca Bersa Thunder Ultra Compac Pro.
Una pistola marca Bersa cali. 22.
Una pistola marca Glock cal. 45.
Una pistola marca Glock cal. 9mm
Una pistola marca bersa cal. 380.
Una pistola marca Bersa modelo Ultra Compac cal. 9mm.
Una pistola marca Taurus modelo PT 140 cal. 40.
Una pistola marca Taurus Modelo PT 917C cal. 9mm
Una pistola marca Bersa modelo Thunder cal. 9mm.
Todas con sus correspondientes cargadores y la cantidad de 107 municiones de distintos calibres, una de las armas posee mira láser.