«Querido amigo», comienza la misiva que el general José de San Martín le escribió de puño y letra al conde escocés James Duff, el 19 de marzo de 1827 desde Bruselas. Es una de las cinco cartas manuscritas inéditas halladas en junio por un equipo multidisciplinario, del que forma parte el historiador santafesino Juan Dávila y Verdin.
Sólo una de ellas se hizo pública ahora -con motivo del 175° aniversario del fallecimiento del General José de San Martín- dado que la investigación está en ciernes. El hallazgo histórico comenzó con una pregunta y una hipótesis, que desencadenaron un minucioso trabajo de revisión «paquetito por paquetito», obtenidos de un archivo desclasificado de la Universidad de Aberdeen en Escocia.
«Son cartas personales, de tono íntimo, que confirman la coherencia del Libertador entre lo que pensaba, decía y hacía», destacó en una entrevista telefónica con El Litoral, Dávila y Verdin. Y adelantó que en los próximos meses se publicarán papers y análisis detallados para que académicos y público general puedan acceder a este material.
Gracias al trabajo conjunto de los cinco especialistas (el argentino, que es coordinador del proyecto, y los escoceses Ian y Pam Williams, Colin Helling y Verónica Owen), se develaron 25 documentos en total que «ofrecen una nueva mirada sobre las conexiones transatlánticas y las alianzas personales que dieron forma a la lucha por la independencia en América del Sur», se adelantó.

Juan nació en Santa Fe en 1984 y tiene estudios en la Universidad Nacional del Litoral (UNL). Es historiador y especialista en política global, diplomacia y gestión educativa, con formación académica en la Universidad de Londres, la Universidad Internacional del Principado de Mónaco y la Universidad para la Paz de la ONU. Actualmente realiza su doctorado en la Universidad de Bath (Reino Unido). También es secretario general del Instituto Sanmartiniano Británico.
Profesionalmente, además de fundador y director general de The FuturED Instituto, es ceo de la Asociación Internacional de Comercio Sustentable y promueve varias start-ups relacionadas con desarrollo sustentable. En 2023 recibió las Llaves de la Ciudad de Londres por su trabajo en educación y sustentabilidad, y en 2024 fue declarado Santafesino Ilustre por el Concejo de la ciudad de Santa Fe.
Además, como miembro de la familia Dávila, su linaje se remonta a la expedición Zelada-Dávila de enero de 1817, que cruzó los Andes junto al general José de San Martín en la campaña por la independencia sudamericana.
«El descubrimiento de la década»
-¿Cómo fue el hallazgo de las cartas del general San Martín?

-¿Qué tipo de referencias tenían estos archivos que revisaron?
-Los paquetes apenas indicaban temas como contabilidad, gastos de personal, cocina, jardinería, inventarios. Algunos incluían notas en francés, español, italiano e inglés. Lo que pasó es que James Duff, el amigo de San Martín, murió sin herederos directos, y el título pasó a otros miembros de la familia. Durante la I y la II Guerra Mundial la casa se fue vaciando, hasta que incluso se convirtió en cuartel para tropas noruegas. Durante décadas se perdió el rastro de los papeles. Eso explica por qué permanecieron desaparecidos gran parte del siglo XX.
-¿Pudieron reconstruir el camino de cómo terminaron esos documentos en la Universidad de Aberdeen?
-Esa parte aún no está del todo clara. Lo que se sabe es que en los años 60 y 70 hubo un esfuerzo por recuperar y revalorizar la «Duff House» como patrimonio histórico, y probablemente en ese proceso, los descendientes decidieron entregar material a la universidad. Con el antecedente de la amistad de San Martín con James Duff, intuíamos que podíamos hallar algo. Lo que no imaginábamos era que iba a ser tanto material: no sólo encontramos una carta, sino un conjunto de 25 documentos inéditos, en un repositorio privado, extranjero en Escocia. Por eso lo llamo «el descubrimiento de la década».

En investigación
-¿Qué otros materiales forman parte del hallazgo?
-Hay una variedad muy interesante. Cartas de San Martín a James Duff, correspondencia de William Miller con Duff, borradores de las memorias de Miller con anotaciones, correcciones y comentarios.
-¿Las cartas originales siguen en la Universidad de Aberdeen?
-Los documentos permanecen en el repositorio de la universidad, en el mismo lugar y bajo medidas de seguridad estrictas. No se pueden retirar. Nosotros accedimos a través de sesiones fotográficas en distintas calidades, con escaneos y bajo análisis previos para verificar copyright y autenticidad. Hoy trabajamos con ese material digitalizado, que es muy completo. Solo si de ese material surge alguna duda puntual podemos pedir nuevamente acceso a los originales.

-¿Cómo sigue la investigación a partir de ahora?
-Estamos trabajando en un plan de publicaciones académicas. La idea es sacar un paper cada seis meses, porque el volumen de documentos es grande y requiere tiempo. Hay textos en castellano y en inglés, y queremos que queden traducidos y contextualizados con rigor, haciendo un trabajo filológico que asegure fidelidad a los originales. Además, pensamos en una edición bilingüe que circule tanto en Argentina como en el Reino Unido. La mayoría de la bibliografía sobre San Martín está en español, así que este material también permitirá que el mundo académico anglosajón tenga acceso directo a nuevas fuentes.
Sobre la historia
– ¿Hay algún dato, fecha, que hayan visto hasta ahora que les llame la atención, que cambien algo en la historia conocida o es una confirmación de lo que ya se sabe?
-En este nivel de análisis que llevamos, es una confirmación. Suponemos que, a medida que vayamos hilando más fino, van a aparecer datos y cuestiones que nos llamen la atención. Y eso es lo bueno que tiene la ciencia. Pero, ante todo, lo que estamos desarrollando son papers académicos-universitarios.
-¿Publicaron sólo una de las 5 cartas hasta ahora?
-Sí, decidimos mostrar una que San Martín escribió en Bruselas. En ella se refiere a sus amigos de Banff, se permite bromear en francés y también describe cómo eran sus días en esa ciudad. Nos pareció una síntesis perfecta, porque abarca la vida personal, los vínculos internacionales y un costado más humano del libertador. Era un buen ejemplo para mostrar de qué se trata este hallazgo.

-¿Qué revelan estas cartas sobre San Martín?
-Sobre todo, un costado humano y cercano. San Martín aparece con humor, con bromas, con la confianza de dirigirse a un amigo. Son cartas personales escritas en español, no son cartas públicas ni documentos oficiales. No hay nada escandaloso ni conspirativo, como a veces se imagina, sino la confirmación de que lo que decía públicamente era coherente con lo que pensaba en privado, porque aún en un tono íntimo se lo ve alineado con sus principios.
-¿Quién era James Duff y cómo se conoció con el general?
-Duff era el cuarto conde de Fife. Conoció a San Martín en las guerras napoleónicas, en España, cuando él se enlistó como voluntario en el ejército angloespañol. Luego tuvo que regresar al Reino Unido para hacerse cargo de sus tierras, del título y del negocio familiar, pero la amistad con el general se mantuvo. Fue él quien financió el viaje de San Martín desde España hasta Londres y luego al Río de la Plata, y también apoyó económicamente las primeras memorias de San Martín, escritas por Miller en inglés. Tenía negocios en distintas partes del mundo, era un hombre influyente que veía en América Latina una oportunidad para que se crearan mercados y poder tener él contactos económicos. Pero también tenía una afinidad filosófica con las ideas de la Ilustración.
-¿Qué significó para usted este hallazgo en lo personal y lo profesional?
-Fue algo indescriptible. El momento en que abrimos el primer paquete y apareció una carta de San Martín fue de una emoción enorme. Y después, a medida que iban apareciendo más documentos, la sensación fue creciendo. Como argentino, como historiador y como descendiente de un coronel del Ejército de los Andes, es un orgullo inmenso. Pero quiero destacar que no es un logro individual, sino de un equipo internacional y multidisciplinario. Sin ese trabajo conjunto, hubiera sido imposible llegar tan lejos.