¿Despiadado, desequilibrado, sádico? Por más que se escarbe tal vez no haya adjetivo apropiado para definir a un hombre que mantuvo a su madre muerta dentro de un placar durante al menos tres días. Reconoció que la remató de una puñalada y hay indicios de que también la quemó después de fallecida. Es la historia truculenta que se vivió esta semana en Rosario, cuando el confeso asesino llamó al 911 para advertir a la policía del macabro hecho.
En medio de homicidios narcos, balaceras y ataques mafiosos extorsivos diarios que dejan tendales de heridos y muertos, Rosario vivió esta semana otro hecho sangriento con características criminales inusuales. El asesinato de Rosa Adela Zoricco, una anciana de 82 años que vivía con su hijo en una casa de Callao al 2671, en el corazón de Barrio Cura, a metros del predio del Club Provincial. A las 23.50 del martes sonó el teléfono que atendió un operador del 911. Del otro lado de la línea, un hombre narró con frialdad que su mamá estaba muerta dentro un ropero de la casa, donde permanecía desde hace varios días. Cuando se dio parte a los agentes de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), estos constataron la situación.
Versión poco creíble, pero posible en la ciudad de la furia
Tras una segunda comunicación al teléfono celular del denunciante, este confirmó el espantoso cuadro. Se identificó como Andrés Roque C., de 40 años, y argumentó que “unos narcos” habían asesinado a su madre. Un relato que contenía una hipótesis poco creíble, pero posible en una ciudad donde la droga genera estragos en todas las capas sociales.
Inmediatamente se dio parte de lo ocurrido al fiscal de la Unidad de Homicidios Alejandro Ferlazzo. El funcionario ordenó rápidamente que personal de la AIC con apoyo de la Tropa de Operaciones Especiales se hiciera presente en el domicilio a los fines de constatar la situación.
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A la 1 de la madrugada, ya del miércoles, los móviles policiales y las ambulancias irrumpieron en el lugar. Las luces de las sirenas titilantes se colaron por las rendijas de los ventanales de las casas de un lugar apacible. Los vecinos quedaron azorados, conmocionados ante semejante escena.
Sin oponer resistencia, el mismo Andrés Roque C., atendió la puerta para el ingreso de los policías, peritos, criminalísticos y médicos forenses. Por cuestiones de seguridad y prevención, fue reducido mientras los funcionarios recorrían la casa. Hasta que en una de las habitaciones se toparon con un cuadro aberrante y sangriento.
El amigo, el remate del hijo, quemada y escondida en el ropero
Dentro de un placard de grandes dimensiones hallaron el cadáver que, a primera vista, era de una mujer mayor. Luego se confirmó que se trataba de Adela. El trabajo de los policías quedó filmado y los peritos hicieron el levantamiento de rastros.
Mientras el gabinete criminalístico realizaba las pericias (rastros, fotografía, laboratorio, médico de policía, informática y planimetría) Andrés Roque C., espontáneamente y ante testigos, refirió que fue testigo del asesinato de su madre. Que el autor de las puñaladas que recibió la mujer fue “un amigo”, pero que él “la remató con un cuchillazo”. Esa exposición fue filmada como una de las principales evidencias del caso.
Los exámenes médicos constataron que la víctima tenía al menos 20 heridas cortantes en todo el cuerpo. Y tras el relevamiento de la escena del crimen se pudo determinar que fue atacada en el baño. Luego de fallecida, quemada y su cuerpo escondido en el ropero donde finalmente fue hallada. La data de muerte, según informes preliminares, era de tres o cuatro días.
Estupor en el barrio
Los vecinos de Rosa quedaron pasmados. Contaron a los medios que la mujer había enviudado hacía cinco años, que era jubilada como empleada de comercio pero activa, porque vendía productos de cosmética por su cuenta. También describieron que su hijo era conflictivo, y que tenía antecedentes de agresiones contra su mamá.
Una de las amigas de Rosa que advirtió esa situación fue Ramona. “Él ya la había querido matar, le pegó y después lo internaron”, recordó. Las mujeres se habían conocido por medio de otra amiga en común, y a partir de ahí entablaron un vínculo de amistad de muchos años.
Ramona recordó que habían pasado el Día del Amigo juntas, y que se habían cruzado por última vez en el supermercado. En esa oportunidad Rosa le presentó a su nueva pareja. “No vivían juntos pero se llevaban muy bien, y compartían algunos días de la semana”, contó la amiga. Al parecer, Rosa también le confesó a Ramona que su hijo la celaba.
Entre esos detalles le contó que cuando él llegaba a la casa de sus salidas, “iba a la habitación de ella y se le acostaba al lado”, describió Ramona. También aportó que el hombre no tenía trabajo, y que Rosa le tenía que comprar las cosas. A él no se lo veía mucho en la calle”, explicó la vecina.
Otro vecino lindero hizo referencia a la personalidad compleja del detenido. “Tenía muchas denuncias por maltrato, tiene un problema mental, es impulsivo. Me denunció por dejar mi auto estacionado frente a su puerta. No solo conmigo tuvo problemas, sino con otros vecinos también”, narró el hombre.
Y agregó que Rosa era “una buena señora, amable con el vecindario, que acostumbraba a pasar las tardes en la terraza para tomar sol. “El (por el hijo) tomaba taxis de noche, no sé si por tema de drogas o qué, pero por eso ha tenido problemas y se ve claramente porque tiene persianas rotas y la puerta principal con golpes”, haciendo referencia podría tener problemas relacionados con el consumo de estupefacientes.
Detenido, incomunicado y principal sospechoso
Con las evidencias reunidas hasta el momento, como la propia confesión ante la policía, Andrés Roque C. quedó detenido e incomunicado por orden del fiscal Ferlazzo como el principal sospechoso de otro conmocionante homicidio en Rosario, aunque con ribetes particulares.
El viernes a las 14 estaba prevista la audiencia imputativa en la Oficina de Gestión Judicial (OGJ). Ante el juez Gonzalo López Quintana, el hijo de la víctima y principal acusado se presentó como chofer y empleado de vigilancia privada, soltero y con estudios universitarios incompletos.
Apenas iniciado el trámite, el defensor del Servicio Público de la Defensa Penal (Sppdp), Martín Riccardi, hizo un planteo. Solicitó al juez que antes de la imputación sometan a su asistido a un examen médico forense con competencia psiquiátrica para determinar si es imputable.
El fiscal Ferlazzo, que tipificó el hecho como un homicidio calificado por el vínculo, no se opuso. El magistrado hizo lugar al requerimiento y ordenó pasar a un cuarto intermedio. Otorgó 24 horas para que la junta médica psicológica y psiquiátrica evalúe si Andrés Roque C. está en condiciones de comprender el proceso judicial, y una eventual acusación sobre la criminalidad del horroroso hecho por el que está detenido.