Ella vio y escuchó toda la escena, testigo muda de la premonición que Diego soltó, arrebatada, inesperada. Se trata de la réplica de la Copa del Mundo que descansaba en el estante sobre el hogar de la sala de la casa de Diego Maradona en Brandsen, la anteúltima a la que se mudó antes de su última morada en Tigre, donde murió aquel nefasto noviembre de 2020.
El trofeo, al que el Diez no dejaba tocar a nadie, sabía que hablaban de él. Y abrió sus oídos, tal como lo hicieron los presentes esa mañana de tertulia entre mates con edulcorante. Matías Morla, su abogado, Maxi Pomargo, la persona que lo acompañaba a sol y a sombra, y Sebastián Sanchi, jefe de prensa, integraban la mesa amplia al momento del vaticinio que dejó a todos sin aliento, aunque entonces creyeron que se trataba de una frase maradoniana más lanzada al viento.
“Para mí Lío va a salir campeón del mundo cuando yo ya no esté”, rubricó, y sumergió a la sala en el silencio. Tras las miradas cruzadas, uno de los presentes se lanzó sobre la bomba. “No me dan las cuentas”, bromeó, para distender. “A Messi le quedan uno o dos Mundiales, depende de lo que él quiera”, insistió, por la edición en Qatar y el de 2026 en Estados Unidos-México y Canadá. “Y a vos todavía te quedan muchos años”, agregó la misma voz, que consiguió el objetivo de romper el clima.
Claro que, más allá del oportuno cambio de página, aquella conversación quedó rebotando en las mentes de todos los que rodearon a Maradona en aquella mañana de mates edulcorados. Y la frase empezó a emerger, con fuerza propia, sin necesidad de que la invocaran, en cada paso que dio Argentina en el Mundial de Qatar, donde los 36 años de sequía en el máximo certamen a nivel selecciones quedaron atrás luego del triunfo por penales ante Francia.
La Copa, testigo desde una repisa de esa sentencia visceral de Diego, desde el domingo 18 de diciembre se pasea en las manos de Messi. En algo falló Maradona en su premonición. Porque está presente. Como reza la canción que se hizo himno, “en el cielo lo podemos ver, con Don Diego y con la Tota, alentándolo a Lionel”.