La velocidad de propagación de las nuevas cepas de covid hace que en esta segunda ola sea muy difícil determinar cómo evolucionará la curva de contagios en Santa Fe. Hoy, la tendencia simple estima más de 60.000 contagios en La Capital para mediados de junio, aunque no hay fechas tentativas de un posible pico de casos en la provincia.
El coronavirus no da tregua a la provincia de Santa Fe, que comenzará el mes de junio teñida de rojo en el mapa epidemiológico. El riesgo alto en todos los departamentos presiona al sistema sanitario público que continúa al borde del colapso y espera un respiro, pero, a diferencia del año pasado, en 2021 la virulencia de las nuevas cepas que llegaron al país hace que hoy el escenario sea mucho más incierto. Esta nueva variable obliga a reformular los modelos matemáticos usados para definir la curva de contagios y se hace cada vez más difícil estimar cómo evolucionará. Los expertos ya no hablan de proyecciones y se limitan a mostrar tendencias más simples.
Hasta el 18 de mayo, los informes covid de Conicet Santa Fe planteaban tres posibles escenarios a futuro para el departamento La Capital -hoy en alarma epidemiológica- definidos de acuerdo al comportamiento social, pero esto cambió rotundamente en la última semana. La gráfica más reciente solo contiene una dinámica con los datos totales hasta el día 26 de mayo, cuya simple extrapolación lineal llevaría a superar los 60.000 casos durante la primera mitad de junio.
«Lo que estamos observando es que nuestras proyecciones empezaron a distanciarse de las predicciones, porque las proyecciones tomaban en consideración la velocidad de propagación de la cepa original. Pero está ocurriendo que a las cepas nuevas -California, Oxford y Manaos- ya las tenemos aquí y entre sus características está que se propagan mucho más rápido. Entonces, hasta no disponer de datos más concretos respecto de la velocidad a la cual se están propagando estas nuevas variantes no seremos capaces de elaborar la proyección de los contagios a futuro», explicó a Aire Digital Ignacio Rintoul, investigador independiente del Conicet y colaborador en el equipo encargado de elaborar estos informes.
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Mientras esperan que otros colegas puedan definir las velocidades de propagación de estas nuevas cepas para agregarlas a los algoritmos matemáticos y proyectar cómo se va a comportar la curva de contagios, los investigadores de Conicet se limitan a trazar una línea recta uniendo las últimas mediciones que termina en una estimación de aproximadamente 5.000 contagios más en el departamento La Capital durante las próximas dos semanas. «Si nosotros aplicáramos la matemática usada para la cepa original, esto no describiría correctamente lo que pasaría con las nuevas cepas. Necesitamos retroalimentar el modelo incluyendo esta nueva información», añadió.
Rintoul indicó además que la velocidad de propagación del covid depende de dos factores: el comportamiento social (con cuántas personas entramos en contacto por día) y el factor biológico propio del virus. «Entonces, mientras el virus sea más contagioso, más se va a propagar, y mientras nosotros más nos juntemos, más se va a propagar. La velocidad de propagación con las nuevas cepas ‘per sé’ va a aumentar. Ahora, la gran pregunta es: ¿nosotros seremos lo suficientemente responsables y bajaremos nuestro contacto social para compensar esa mayor virulencia?», se preguntó.
La vacunación, otro factor de peso a futuro
El médico inmunólogo y director del Cudaio, Armando Mario Perichón, coincidió en el hecho de que la aparición de las nuevas cepas en territorio santafesino y su indefinida velocidad de contagio, desorienta a los modelos matemáticos usados para hacer proyecciones, pero, para él, esto sucede ya desde el año pasado con la cepa original.
«Todos los modelos matemáticos de la primera ola que se hicieron en la provincia, fallaron. En el mundo en general se discute el modelo matemático, no por el modelo en sí porque es perfecto y nadie puede discutirlo, sino que lo que se discute es que las variables biológicas no se tienen en cuenta y no hay manera de agregarlas», insistió sobre cuestiones como el comportamiento social, las restricciones aplicadas por el gobierno, la llegada de cepas todavía más complejas o la respuesta del sistema sanitario.
«Hasta ahora, las cepas que están circulando en nuestro país demuestran una mayor contagiosidad pero no han demostrado una mayor mortalidad. Pero ahí hay otra variable que no se puede medir matemáticamente: a más casos, obviamente va a haber más muertos, pero no porque las cepas tengan mayor mortalidad sino porque el sistema sanitario está colapsado», detalló en una charla con Aire Digital.
Y agregó otra variable que influye en el escenario a futuro: la vacunación. «Antes creíamos que la inmunidad ‘de rebaño’ tenía que ser del 70% u 80%, pero en Israel y el Reino Unido a medida que vacunaron se dieron cuenta de que ya no es necesario llegar a la inmunidad colectiva sino que, con un 40% o un 50% de ‘bien vacunados’ ya empiezan a caerse los casos», subrayó.
Actualmente, el Cudaio lleva adelante un proyecto de investigación que estudia la evolución de los anticuerpos en pacientes vacunados contra el covid. Se va a hacer el seguimiento de mil personas inoculadas durante un año y un mes para analizar cómo se producen los anticuerpos y tratar de determinar cuándo y cómo empiezan a disminuir.
«Lo que estamos viendo hoy es que la primera dosis (de cualquiera de las vacunas que llegaron a la Argentina) cubre un 60%, y con la segunda dosis hasta ahora no encontramos ningún individuo vacunado que no tenga anticuerpos. Por lo tanto, cómo va a influenciar esto en el devenir de la pandemia en función de que vacunemos a mucha gente es otra variable biológica que no se puede saber», insistió.
En definitiva, Perichón no considera que la evolución de la pandemia pueda ser estimable hoy, con tantas variables en juego a diferencia de la primera ola de contagios. Sin embargo, se arriesga a mencionar un período tentativo en el que el coronavirus le daría un respiro a la provincia: «Estimaría que el último trimestre del año va a ser diferente. No digo que se va a ir la pandemia, pero probablemente podamos estar mucho más tranquilos de lo que estamos hoy».
Mientras tanto, los especialistas de todas las áreas concuerdan en que el amesetamiento y disminución de los casos depende hoy más que nunca de una actitud social responsable, y llaman a la población a reconocer que el control de la curva «está en sus manos».
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