Miguel Lifschitz, luego de presidir su último Día de la Bandera como gobernador de la provincia, expresó hoy su deseo de que “en el futuro se vuelva a recuperar una fiesta que debe ser de todos” y planteó que lo que era “una fiesta popular y democrática” se fue “desvirtuando y politizando”.
En declaraciones a la prensa luego del breve acto de izamiento de la bandera en el mástil del Monumento, Lifschitz reflexionó sobre lo austero del acto y destacó que “en el futuro espero que se vuelva a recuperar una fiesta que debe ser de todos, que debe contar con la presencia de las más altas autoridades de todos los niveles de gobierno y que tiene que ser una fiesta de la gente”.
Sobre la ausencia del presidente Macri en el acto por el día de la Bandera, el titular de la Casa Gris resaltó que “es una consecuencia de lo que venía comentando. Lamentablemente en los últimos siete u ocho años, lo que era una fiesta popular y democrática se ha ido desvirtuando y politizando, porque estaba el presidente, el gobernador y el intendente, que éramos todos de distintos partidos, se ha ido desvirtuando y politizando”.
Lifschitz explicó que la consecuencia de esa politización “obligó a tomar medidas de seguridad extraordinarias que, como ocurrió en los últimos años, impidió la llegada del pueblo y de la gente y terminó desvirtuando totalmente la fiesta. Espero que se supere la grieta, se supere este ánimo de confrontación tan duro y podamos volver a recuperar este acto que debe ser de todos los sectores y de todos los niveles de gobierno”.