Luego de poco más de un año de aquella romántica y sorpresiva propuesta de casamiento durante los Martín Fierro Federal, Matías Alé y Martina Vignolo finalmente dieron el gran “sí, quiero”. La ciudad de Mar del Plata se convirtió en el escenario elegido para sellar el amor de una de las parejas más comentadas del espectáculo argentino. Rodeados de familiares y amigos, y con las emociones a flor de piel, los flamantes esposos vivieron un momento inolvidable que quedará grabado en la memoria de la pareja y sus seres queridos.
El casamiento civil se celebró en Independencia 2846, en el centro neurálgico de la ciudad balnearia que tantas veces cobijó al actor en sus temporadas teatrales y ahora, también, en su gran paso personal. Para la ocasión, Matías optó por un look clásico pero aggiornado: lució un traje celeste pastel, perfecto para el clima diurno y primaveral de la Costa Atlántica, combinado con una camisa blanca abierta, sin corbata, dando un aire joven y relajado que le aportó frescura al total look. Un pañuelo blanco asomando del bolsillo del saco coronó la elección con ese toque canchero tan propio del actor.
A su lado, Martina fue pura dulzura y luminosidad. Eligió un vestido corto color durazno claro, que acompañaba sus movimientos con vuelo en la falda y un delicado escote off-shoulder que dejaba sus hombros al descubierto. Lució el cabello suelto, peinado al natural con raya al medio, y sumó un ramo de flores en tonos pastel, logrando una imagen tan romántica como moderna. Ambos irradiaron felicidad y conquistaron cada lente con sus gestos de complicidad y alegría.
A la salida del registro civil, una lluvia de arroz y una ovación de los presentes recibió a la pareja. Entre flashes y manos entrelazadas, Alé se mostró conmovido. “Increíble. Ya estamos casados. Muchas gracias”, pronunció ante los periodistas que aguardaban ansiosos las primeras impresiones. Martina, emocionada por el instante, también tomó la palabra y se refirió a lo especial que fue el momento vivido con amigos y seres queridos: “Fue muy emocionante, las palabras de los padrinos, que son mi hermana y su mejor amigo, verlos a todos juntos…”.
La felicidad no quedó solo en la formalización del amor. La pareja ya piensa en la segunda parte de la celebración, con la ceremonia religiosa programada para este viernes en la Parroquia San Pablo y San Juan Bosco. “Mañana ya arrancamos, nos dividimos de habitación, nos preparamos desde temprano y después nos vamos hacia la Iglesia”, adelantó. Entre bromas y risas, una periodista la consultó sobre la tradición de dormir separados antes de la boda religiosa, pero Martina fue contundente: “Hoy dormimos juntos, no nos podemos separar a esta altura. Ya nos juntamos, no nos van a dividir recién que nos vamos”.



Las preguntas continuaron en tono distendido. Cuando le consultaron sobre el destino de la luna de miel, Martina confesó que no estaba al tanto de ningún detalle y que se deja sorprender por Matías: “No tengo idea… No sé nada y sus sorpresas son tan lindas que prefiero dejarme llevar”. En cuanto a la posibilidad de multiplicar festejos y detalles románticos para igualar la creatividad de su pareja, respondió entre risas: “Espero, pero ahora este es el más importante y lo estoy disfrutando a pleno”.
La elección de Mar del Plata para el civil y la ceremonia religiosa tuvo que ver con el deseo personal de Martina. “Le agradecí a Mati por venirse acá por mí y mi sueño era casarme en Juan Bosco. Ya fuimos el otro día a ver e imaginarme la iglesia con la alfombra roja me llena de ilusión”, relató la flamante esposa, dejando en claro el valor familiar y emocional de la elección.
Sobre el futuro residencial del matrimonio, Martina reconoció que aún no lo tienen definido del todo, ya que compaginan proyectos y preparan juntos la temporada teatral de verano. “En este momento, no lo sé. Estamos allá, pero también estamos preparando la temporada acá. A donde sea, pero siempre juntos”, afirmó, compartiendo que la vida profesional y personal hoy van de la mano.

El cierre de esta historia de amor, que incluyó propuestas en público, lágrimas en galas de premios, celebraciones por anticipado, la sumatoria de su mascota Río y toda una familia ensamblada, sella una unión que transmite plenitud, alegría, compromiso y un mensaje claro: pese a los desafíos y las vueltas de la vida, siempre se puede volver a empezar y apostar por la felicidad. Así lo demostraron Alé y Vignolo, en un casamiento que mezcló emoción, romance y una fiesta con el sello propio de la pareja