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Ayer la Provincia reportó 29 casos positivos en Rafaela. Desde el 17 de agosto se produjeron 240 casos en 31 días. En el primer brote, exactamente en el mismo período hubo solamente 21 contagios.
La emergencia sanitaria que atraviesa Rafaela, como lo hace el mundo entero a consecuencia del Coronavirus, muestra dos etapas de contagios muy bien diferenciadas. La primera se produjo entre marzo y abril, cuando se declaró la pandemia mundial. En Argentina se resolvió primero la paralización de varias actividades: cerraron los bares y restaurantes, se suspendieron las clases, se cancelaron los espectáculos de todo tipo, en tanto que fueron cerradas preventivamente las fronteras aéreas y luego también las terrestres. El 19 de marzo el Gobierno decretó el ASPO: Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, permitiendo sólo las actividades más esenciales: comercio de venta de alimentos, combustibles, farmacias, ferreterías y transporte de cargas.
En Rafaela, esas medidas de Fase 1 determinaron que sólo un 10% aproximadamente de la población pudiera movilizarse, ya que tampoco trabajaban los principales establecimientos industriales con excepción de las alimenticias. Justamente dos días después de decretado el ASPO se conoció el primer caso de un contagio en la ciudad: una mujer que había regresado desde el exterior tenía la enfermedad, aunque de manera asintomática. Debido a las precauciones que en esos días se tomaba con todas las personas que regresaban de zonas de China, Europa (por esos días era el epicentro de la enfermedad) o de áreas donde hubiera mucha circulación de extranjeros -como los centros turísticos de la Patagonia, por ejemplo-, la mujer había permanecido aislada y se le había detectado la enfermedad.
Poco a poco fueron conociéndose otros casos. Se produjo el fallecimiento de Clemente Pérez, un comerciante de 64 años que había regresado de un viaje turístico a Tierra del Fuego, donde también contrajo la enfermedad. Hasta el 21 de abril, exactamente un mes después de notificado el primer caso, se registraron 21 contagios. En algún momento la ciudad estuvo en la zona roja del país, entre los núcleos urbanos con mayor cantidad de positivos cada cien mil habitantes, situación que se explicó por un dato de la realidad: sólo en marzo, más de 1.500 rafaelinos regresaron de viajes al exterior. Ya se habían armado los centros de aislamiento en los clubes 9 de Julio y Atlético; ya se había configurado el Hospital para convertirse en “monovalente” en caso de que fuera necesario. Veinte de esos contagiados, la mayoría de los cuales atravesaron la enfermedad con pocos o ningún síntoma, se recuperaron normalmente.
El rebrote
Pasaron luego 117 días sin nuevos casos. A mediados de abril volvieron a funcionar los bancos, atendiendo con modalidades orientadas a la “nueva normalidad”; en mayo se reinició la actividad en las industrias no esenciales y se reanudó la actividad comercial en la totalidad de los rubros; volvieron a trabajar los abogados, contadores, estudios de asesoramiento; en junio se reabrieron bares, restaurantes y luego también los gimnasios. Se permitieron primero las “caminatas recreativas”, luego se generalizó el uso de los espacios públicos. La “cuarentena” propiamente dicha dejó de existir en mayo-junio: desde entonces, la flexibilización de las fases de aislamiento llevó a una progresiva normalización, aunque no se reanudaron las clases, el transporte interurbano permanece inactivo y tampoco pudieron volver a trabajar los jardines de infantes particulares, así como tampoco lo hicieron la hotelería y el turismo, sectores que figuran entre los más afectados por la pandemia.
El 17 de agosto, un día muy especial porque en todo el país se habían registrado “banderazos” y manifestaciones de oposición al Gobierno Nacional, y también en Rafaela, se produjo el primer caso del nuevo brote. A partir de entonces, no pasó un solo día en que no se registraran casos. La curva fue en ascenso: durante agosto, el promedio de casos fue de 7 por día. En la segunda semana de septiembre, ya había trepado a un promedio de 13 casos diarios. Y al cerrarse hoy el ciclo de 31 días desde el primer caso del rebrote, las cifras no dejan lugar a dudas: los 29 casos reportados por la Provincia ayer hacen llegar el total a 240 personas contagiadas en un mes, multiplicando por diez aquellos 21 casos del primer brote. La relación es directamente proporcional a la cantidad de gente que se moviliza por la ciudad.
Se complica la terapia intensiva en el Hospital
Con los 29 casos reportados ayer por la Provincia, habría en la ciudad 128 casos activos de Coronavirus. Sin ese dato, ayer en horas de la mañana el area de Epidemiología local había mencionado la existencia de 99 casos activos, con 442 personas aisladas. Ahora son 261 los contagios dectados en la ciudad desde el cominezo de la pandemia, de los cuales se recuperaron 129. Hay cuatro fallecidos, pero el último de ellos, un hombre de 73 cuya muerte se reportó esta semana, estaba viviendo en la provincia de Buenos Aires, ya que no había hecho el cambio de domicilio.
Lo más preocupante es la situación de la terapia intensiva. Al mediodía de ayer había 11 camas ocupadas sobre un total de 16. Nueve de esos internados son pacientes Covid y dos tienen otras patologías. Seis de ellos tienen asistencia respiratoria mecánica, cinco de ellos tienen Coronavirus.
Con la capacidad de la terapia intensiva -ampliada considerablemente desde el inicio de la pandemia- cerca de llegar a su límite, lo que se observa es que los pacientes que ingresan a la UTI tienen una estadia obligada en esas camas críticas de 7 días o más. Así, es mucho más rápido el ritmo de entradas que el de salidas, considerando que además, hay otros diez pacientes con Covid internados en sala general.
Dos de las personas más complicadas en su estado de salud son menores de 30 años: además de estar conectados a asistencia respiratoria mecánica, uno de los pacientes tuvo que ser dializado. Se utilizó también en este caso la tecnología sumada por la provincia al Hospital rafaelino en el marco de esta emergencia, ya que el Jaime Ferré no contaba con equipos propios para diálisis.
En la provincia se reportaron en total 1.149 casos, de los cuales 588 son de Rosario, 90 son de la ciudad de Santa Fe, 50 de Villa Gobernador Gálvez, 31 de Esperanza y 29 de Rafaela y Venado Tuerto, 26 de Casilda. También informaron 19 positivos de Firmat, 18 de San Lorenzo, 14 de Granadero Baigorria, 13 de Funes, 12 de Pérez y 11 de Santo Tomé.
