El Centro Provincial de Convenciones de Paraná se convirtió este martes a la mañana en el espacio de confluencia de seis gobernadores, en el marco de la jornada “Una hoja de ruta hacia un futuro federal”, organizada por el gobierno de Entre Ríos y el Consejo Federal de Inversiones (CFI). Entre ellos, el santafesino Maximiliano Pullaro.
El evento fue encabezado por el gobernador entrerriano Rogelio Frigerio y el secretario general del CFI, Ignacio Lamothe, y contó con la participación de gobernadores, ministros provinciales, empresarios, expertos en innovación y representantes de organismos de financiamiento y cooperación.
Los mandatarios participantes, además de los mencionados, fueron Raúl Jalil (Catamarca), Axel Kicillof (Buenos Aires), Ignacio Torres (Chubut) y Sergio Ziliotto (La Pampa).
En el encuentro, hubo exposiciones de los mandatarios y una posición común: la participación de los gobiernos provinciales en las definiciones tributarias del gobierno nacional. Todo en un clima de adhesión al diálogo.
Kicillof: “Hoy el mundo está viendo cómo cuidar lo que tiene”
En ese marco, el gobernador bonaerense llamó a “romper las falsas antinomias”: “Ni todo Estado, ni todo mercado; ni todo es industria ni todo es producción primaria”, ejemplificó. En tanto hizo hincapié en el “contraste” entre las políticas que están desarrollando los países centrales de cuidar la producción nacional y el trabajo, con respecto a la Argentina, donde “tenemos una política económica que está en las antípodas de esto”.
“La Argentina de hoy necesita imperiosamente una discusión de fondo, federal, inclusiva, que abarque al sector público y al sector privado acerca de cuál es la orientación que debe tomar el desarrollo, la estructura productiva, la matriz que vamos a tener en el país en una coyuntura tan incierta, inesperada y novedosa”.

En ese punto, advirtió que “estamos en un mundo que viene cambiando hace tiempo, pero que últimamente, sobre todo con la aparición de (Donald) Trump y su política arancelaria, está mostrando novedades, un vuelco, algo para muchos inesperado”. “Durante mi época de formación como economista, en la década del ’90, el libre comercio era un mandamiento a escala internacional, era parte constitutiva de la globalización era el ABC de cómo había que conducir la política exterior de cualquier país. Y ese discurso emanaba principalmente en los centros económicos y políticos geopolíticos mundiales, particularmente Estados Unidos”,
Por el contrario “poner aranceles era mala palabra, era una herejía”. Sin embargo, “ese mandato, si bien era el pensamiento convencional, fue incumplido, particularmente por los países centrales que tenían políticas proteccionistas como Europa y Estados Unidos”, aunque se materializaban “a través de métodos subrepticios, maquillados, vergonzantes y, por decirlo así, para-arancelarios”. “No se podía exportar (por ejemplo, limones a EE.UU) porque se le encontraba determinado tipo de enfermedad o de peligro que tenía que ver no con una cuestión restrictiva de cuidar el comercio, proteger lo propio sino con alguna otra cuestión, pero en el fondo había un proteccionismo latente”.
Sin embargo, Trump avisó que “su principal política exterior es proteger la industria local a través de aranceles: todas herejías, todas malas palabras del vocabulario económico de los últimos de las últimas décadas largas. O sea, que estamos ante un cambio de paradigma que tiene un factor común en todos los países del globo, como lo es defender el trabajo y la producción nacional, menos en uno”, en clara alusión a la política Argentina actual.
“Hoy el clima que se respira a nivel internacional es defendamos lo nuestro”. “En todo el mundo, me animo a decir, trato de no exagerar y de no maltratar a nadie, menos un país, que es la Argentina de la actualidad, donde no forma parte (de la agenda) cuidar los puestos de trabajo, cuidar las industrias existentes, mejorarlas, mejorarle la competitividad darle instrumentos de inversión. Hemos visto ir a buscar tratado de libre comercio en esta coyuntura que está a contramano de lo que está ocurriendo a nivel mundial”.
En esta etapa, advirtió el bonaerense, se han perdido 13.000 empresas y 440.000 puestos de trabajo, entre formales e informales, y están en riesgo ramas enteras de la producción en la Argentina”.
En ese punto marcó una luz roja: “En las provincias hay muchos problemas con la estructura productiva por el daño que está generando una política contraria de no cuidado, de no respeto y no acompañamiento. Por eso el gobierno nacional no tiene en su agenda ni la palabra producción ni la palabra trabajo. Tiene otras palabras, pero estas dos no”.
Jalil: “No hay que tener miedo al diálogo”
El gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, planteó el complejo escenario en su provincia pero también en la región del litio que integra junto con Salta y Jujuy: “Somos tres gobernadores de distinto partido y había una proyección de 15 o 20 mil dólares la tonelada de litio. Pero hoy está a 8000. El petróleo ha bajado más de 60. No podemos ser un país que solamente exporte commodities, tenemos que generar ciencia y tecnología porque, si no, no hay futuro y para eso hay que invertir”, señaló, categórico.
Para el mandatario “el proceso del gobierno nacional de los próximos años tiene que ver con la discusión de las rutas nacionales, qué vamos a hacer con el transporte de la energía, cuáles son las responsabilidades de las provincias para que la gente entienda cuál es el rol de cada uno”.
Si bien consideró positivo el Régimen de Grandes Inversiones (RIGI), advirtió que “hay que acelerarlo”.
“No hay que tener miedo a estos paradigmas: esto ha cambiado y va a cambiar por un tiempo. No veo la posibilidad de que el mundo se reactive y hay que cuidar cada trabajo: cuando una persona queda sin trabajo en la Argentina va al Estado a ver cómo lo podemos solucionar a través de la acción social”.
Otro tema al que aludió directamente fue al cambio climático: “Catamarca, La Rioja, San Juan y toda la cordillera tiene mucho para aportar en la transición energética. Hicimos un estudio con el CFI donde vemos que tenemos un 10 % menos de disponibilidad de agua por el aumento de temperatura y la evapotranspiración”; la previsión es que en el año 2025 ese déficit sea del 26 %.
“No hay que tener miedo al diálogo, hay que terminar con la cultura de la polémica, hay que hablar del cambio climático, de las rutas nacionales, de la industria textil. Siempre en forma seria”, concluyó el gobernador catamarqueño.