A pocas horas del fallecimiento del Papa Francisco, un rafaelino por adopción, oriundo de San Vicente, compartió su emotivo recuerdo con el Sumo Pontífice. Luciano Prosperi tuvo la oportunidad de participar de una audiencia en el Vaticano y estar cara a cara con el líder de la Iglesia Católica.
“Fue muy emotivo. Todo comenzó porque yo tenía planificado un viaje y días antes me comuniqué con un chico de la pastoral de las comunicaciones de Rafaela. Yo había visto que él había estado con el Papa años anteriores y averigüé cómo habría que hacer para poder ir a la audiencia”, contó Prosperi.
Gracias a ese contacto, recibió una invitación para la audiencia general de los miércoles, que se celebra en la Plaza San Pedro.
Del correo electrónico al saludo con Francisco
“Llegué un lunes a Roma, el martes fui a buscar la invitación y el miércoles fue la audiencia. Me sorprendió porque ya se notaba que era una iglesia de puertas abiertas. Mostré mi teléfono con el correo donde decía que podía ir a retirar la invitación e inmediatamente me dejaron pasar. Era un pasillo enorme en el Vaticano”, relató.
Luciano terminó ubicado muy cerca del Papa, en un vallado reservado para ciudadanos argentinos. “Yo era el último de todo ese vallado cercano y el Papa, uno por uno, empezó a saludar hasta que llegó a mí”.
El encuentro quedó grabado en su memoria y en video: “Cuando él viene se va acercando, en la emoción y la ansiedad, no sabía cómo proceder. Le digo ‘Francisco, soy argentino’. Él estaba bendiciendo a un señor y cuando me escucha, me dice ‘¿yo qué culpa tengo que sos argentino?’”. Todo fue risas y, luego, llegó el saludo y la bendición.
“No me lo olvido nunca más”
“Me preguntó de dónde soy, le digo que vivo en Rafaela pero soy de San Vicente, me dice ‘reza por mí’, me bendijo y pasó. Yo me quedé ahí, después participé de una misa que era para todos, de puertas abiertas, eso me sorprendió también”, dijo emocionado.
Para Luciano, aquel momento fue mucho más que una anécdota: “La sensación no sé cómo explicarla, yo sentí mucha paz. Él estuvo como muy cercano”. El recuerdo de Prosperi refleja el estilo pastoral que caracterizó al primer Papa argentino de la historia, una figura que, como él mismo dijo, “se abrió un poco al mundo”.