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LA CAPITAL
Siempre una derrota deja un sabor amargo”. De ese modo, el gobernador Miguel Lifschitz rompió el silencio ayer respecto de la caía del oficialismo en las elecciones generales del domingo pasado, en las que Omar Perotti (Juntos) le ganó al frentista Antonio Bonfatti y recuperó para el PJ la Casa Gris, tras doce años de ausencia del peronismo. Y enfatizó: “Hubo algún aviso previo, intuíamos que podía pasar”.
Acerca de cómo había asimilado la performance del socialismo en los comicios provinciales, Lifschitz aseguró: “Siempre una derrota deja un sabor amargo, pero hubo algún aviso previo. Intuíamos que esto era posible porque las primarias habían marcado una supremacía del justicialismo bastante importante”.
“Los votos de los dos precandidatos (el rafaelino y María Eugenia Bielsa) superaban al Frente Progresista (FPCyS). La incógnita era ver cuántos sufragios retenía Perotti (de los de la ex vicegobernadora) y creo que fueron la mayoría. Fue muy duro, pero previsible o con algunos avisos previos”, aseveró el mandatario provincial.
Tampoco descartó que la inseguridad, una de las grandes preocupaciones de los santafesinos, haya condicionado el resultado de los comicios.
“Seguramente tuvo que ver, porque también fue el único tema de campaña de los adversarios. Tanto el peronismo como Cambiemos usaron eso como el caballito de batalla, así que eso tuvo que ver”, reconoció el socialista.
En sentido, señaló que Perotti consiguió fijar esa problemática en la agenda de campaña. “Logró instalar la idea de que tiene una solución o mejores respuestas que las que hemos podido dar nosotros. Así que esperamos ver una solución definitiva al problema a partir del 10 de diciembre próximo”, chicaneó el gobernador.
En esa línea, el jefe de la Casa Gris dijo, en declaraciones a LT9, que el Frente Progresista “dejó un gobierno y una provincia en marcha, y la gente lo valora”. Y añadió, a modo de desafío a su sucesor: “Terminamos con un piso alto”.
“Es algo reconocido por los propios opositores, como la salud, la educación, las obras y los avances en la Justicia, en el deporte y la cultura. No hay un tema en el que no hayamos avanzado positivamente. En todos esos temas dejamos plantado un hito. Ahora el próximo gobierno tendrá que sostenerlo”, subrayó.
Perotti enfrentará una Cámara de Diputados provincial con impronta opositora, con apenas siete legisladores peronistas. El FPCyS sumará 28, de un total de 50.
De todos modos, Lifschitz (diputado provincial electo y potencial titular de la Cámara baja), hizo hincapié: “Vamos a colaborar con el futuro gobierno para que le vaya bien”.
También confirmó que seguirá insistiendo desde su futura banca con la reforma de la Constitución provincial. “Creo que sí, en la medida en que haya consenso, un acuerdo mayoritario de las fuerzas políticas más importantes de la Legislatura. El Frente Progresista y el PJ tendrán otra vez la llave para ese debate”, indicó.
Por último, y tras reconocer que “nada emparda la derrota sufrida en la categoría más importante (gobernador)”, Lifschitz no avanzó respecto de la estrategia electoral nacional en el marco de Consenso Federal 2030, junto al economista Roberto Lavagna y el mandatario salteño, Juan Manuel Urtubey (ver página 9). En ese sentido, el socialismo se apresta a definir los pasos a seguir en esa construcción política. El plazo para definir las listas vence el sábado.
Dardo de Pichetto
Paralelamente, el senador nacional y precandidato a vicepresidente de Mauricio Macri, Miguel Pichetto, opinó sobre la derrota del socialismo en Santa Fe y cuánto afecta ese resultado a la fórmula Lavagna- Urtubey.
“Hay un fuerte debilitamiento de la tercera opción, de Alternativa Federal (AF). La derrota del socialismo debilita fuertemente la candidatura de Lavagna y afianza la fuertemente polarización en la Argentina. Es un escenario nuevo, a los acontecimientos en política hay que analizarlos constantemente”, sentenció.
