Fue por el favor de la duda. Dos traficantes a los que lo acusaban por proteger fueron condenados, al igual que un ex jefe de Drogas de Venado Tuerto.
Tognoli recuperó la libertad dos horas después de oír el veredicto. Pese a que en 2015 fue condenado a seis años en la ciudad de Santa Fe por un caso de encubrimiento agravado al narcotráfico local, nunca le impusieron prisión efectiva por ese trámite, que está apelado. Esto significa que fue absuelto por los hechos por los cuales estuvo tras las rejas desde 2012.
La sentencia de este proceso histórico ofrece muchos rasgos para el análisis. Acaso el más elemental es que una persona que acabó desvinculada en un juicio superó los cinco años en prisión preventiva cuando los delitos por los que estaba acusado permitían que afrontara el proceso en libertad.
Un año de debate
El juicio que terminó ayer fue presidido por los jueces Omar Digerónimo, Beatriz Caballero de Barabani y Otmar Paulucci. Tuvo a 27 personas en el banquillo y duró un año. En el debate oral se discutieron tres causas conexas. La más importante es la que tuvo como acusado a Tognoli por hechos previos a su designación al frente de la policía santafesina, cuando era titular de la Dirección General de Prevención y Control de Adicciones (DGPCA), la ex Drogas Peligrosas de la provincia. Lo acusaron de brindar cobertura a Ascaíni, a quien desde la comisaría de Villa Cañás le informaron que una camioneta que lo seguía era de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). Para consultar en el Registro de Propiedad Automotor de quién era ese vehículo se usó la clave alfanumérica “segu 210183”, que había sido gestionada por Tognoli cuando era jefe de la DGPCA.
Tognoli fue acusado de brindarle protección a Ascaíni a partir de una escucha del 25 de noviembre de 2009, cuando este último llamó a la comisaría de Villa Cañás y le pidió a un policía que le dijera a quién pertenecía la Isuzu blanca patente DSI 951 que lo seguía. El policía Carlos Quintana atendió ese llamado y lo reconoció por su nombre. Luego alguien hizo la averiguación con una clave asignada al comisario Néstor Juan Fernández, entonces a cargo de la brigada venadense de Drogas. Con esa clave se determinó que la chata era de la PSA y alguien se lo comunicó a Ascaíni.
Tras una nota en el diario Página/12, Tognoli fue detenido en octubre de 2012 y poco después fue desligado. Luego volvió a ser detenido y acusado de integrar una “empresa criminal conjunta” que protegía a narcos del sur provincial con otros tres policías, entre ellos Fernández.
Las defensas plantearon enfáticamente en el juicio que Tognoli gestionaba como jefe las claves pero luego las asignaba al personal. Es decir que no tenía control ni idea sobre el uso que se hacía de esas claves. También se señaló con testigos que la clave de Fernández estaba pegada en una oficina policial de Venado Tuerto a disposición de todo el personal con lo cual no podía concluirse que fue este oficial quien hizo la consulta que pedía Ascaíni. Otros indicios planteados por los fiscales Adriana Saccone y Adolfo Villate fueron rebatidos.
Incredulidad
Cuando a las 15.45 de ayer la secretaria del tribunal leyó que Tognoli quedaba absuelto un murmullo de azoramiento recorrió la sala en la que público en general, familiares de acusados y prensa seguían la audiencia. Lo mismo pasó en el recinto del piso inferior donde estaban jueces, defensores, fiscales e imputados. La mayoría de los que siguieron el juicio suponían, no importa fuera acertada o no la idea, que lo más probable era que una persona con tanto tiempo en un calabozo resultara condenada. La sensación más generalizada fue la de una sorpresa parecida a la incredulidad.
Sentenciados
Dos minutos después se anunció la condena del comisario Néstor Fernández a diez años como partícipe necesario del delito de tráfico de estupefacientes agravado por la concurrencia organizada de más de tres personas y por su condición de funcionario policial. En ese momento una hija del comisario rompió en llanto desesperado por lo que personal de Gendarmería debió retirarla de la sala. En su fuerte alegato defensivo unas horas antes (ver página 36) Fernández, detenido durante cuatro años, había anticipado que sería condenado y cuestionado a los fiscales. “La Fiscalía nunca quiso investigar. Lo que quiso fue que el caso Tognoli tuviera impacto político. Ustedes se llevaron a las patadas mis derechos porque me siguieron manteniendo preso por nada”.
También fue condenado a tres años de prisión el cabo Carlos Alfredo Quintana como partícipe secundario de tráfico de estupefacientes. Fue quien en la comisaría de Villa Cañás respondió la llamada cuando Ascaíni pidió que le averigüen la placa de dos vehículos de la PSA que lo merodeaban. “No soy socio de ningún traficante. Me condenaron por atender el teléfono. No hice ninguna averiguación para esta persona y nadie pudo probar lo contrario. Hace seis años que mi vida está sepultada por el barro por esa sola acción”, le dijo a este diario en la puerta del tribunal, con lágrimas en las mejillas.
El comisario mayor retirado Oscar Ledesma fue condenado pero no por narcotráfico sino por haber violado sus deberes de funcionario al no denunciar a su superior. Le dieron un año y medio de prisión condicional. Esto debido a que mandó un mensaje a una mujer a la que decía que el narco de Villa Cañás (mencionando a Ascaíni) arregla “30.000 directo con Tognoli”. Algo que según las defensas es un dicho que nunca se corroboró con prueba.
Los defensores subrayaron que la duración del trámite y su complejidad devienen de que de manera artificial, según ellos, se anudaron tres causas con el propósito de generar una relación entre los policías con los acusados de pertenecer a los grupos narcos. La que inicia el trámite con que los fiscales implicaron a Tognoli es la causa de Mauro Miguens, acusado de ser un vendedor de Ascaíni. Este fue detenido en mayo de 2012 transportando 1,2 kilo de cocaína que, según una pericia oficial, resultó ser una solución de azúcar y anestésicos en un 96% con una concentración de cocaína del 4%. El operativo lo hizo el ex jefe de Drogas Alejandro Druetta, actualmente imputado por conspiración a favor de un narco.
La tercera causa seguida en este juicio es la de Orozco, iniciada en 2012 con 12 allanamientos y 10 detenidos ese día, así como el secuestro de 6,640 kilos de cocaína y 3 kilos de marihuana en el Fonavi Centenario de Firmat. Varios implicados ayer recibieron penas de entre seis y nueve años (ver página 37). A Totola le dieron doce.
Los fundamentos de la sentencia se conocerán el 21 de agosto. Algunos condenados seguirán en libertad hasta que las penas queden firmes dado que en la mayoría de los casos habrá apelaciones. El tribunal no admitió la mayoría de los pedidos de nulidad que se refieren, en gran proporción, a las acciones en la investigación del comisario Druetta.
Contexto político
La causa que termina en la absolución de Tognoli reconoce como contexto en 2012, cuando se inició, una enconada disputa política que enfrentaba al gobierno nacional de Cristina Kirchner con el socialismo santafesino cuando Hermes Binner decidía su posible candidatura presidencial. Los defensores de Tognoli denunciaron a la Procuración de la Corte, órgano que admitió la denuncia, que en ese marco el diario Página 12 publicó una nota que refería la supuesta protección que el entonces jefe de policía daba a una red narco. La nota provocó un ramalazo político en Santa Fe, cuyo gobierno fue acusado por allegados al kirchnerismo como una administración “narcosocialista”.
Ante eso Tognoli renunció y estuvo detenido entre el 22 de octubre y el 5 de noviembre de ese año, cuando el juez federal Carlos Vera Barros le dictó falta de mérito por ausencia de pruebas, medida que no fue apelada por la fiscal Liliana Bettiolo.
Esa decisión llevó a la Procuradora Alejandra Gils Carbó a desplazar de su cargo a Bettiolo y designar a Juan Murray, que en marzo de 2013 acusó a Tognoli, Fernández, Quintana y Ascaíni de “conformar una empresa criminal conjunta” dedicada a la protección del narcotráfico. Entonces el ex jefe de policía volvió a ser apresado el 7 de marzo de 2013 y así estuvo hasta anoche, cuando fue liberado.