LA CAPITAL
Se develan algunas puntas de la investigación que llevó a Herme Juárez, el líder de los portuarios del Cordón Industrial, a terminar en la cárcel de Ezeiza
Un avión, un piso en uno de los edificios más lujosos de Punta del Este, locales comerciales en Puerto Norte, un sinnúmero de autos y camionetas de alta gama, presuntos nexos con sociedades radicadas en Panamá y las Islas Vírgenes y hasta compras de letras del Tesoro Nacional. Todo esto formaría parte de los bienes que usufructuaban Herme Juárez, el histórico líder gremial de los portuarios del Cordón Industrial, y su círculo más íntimo, y que se habrían adquirido con fondos de la cooperativa de trabajadores portuarios que preside el sindicalista.
Esa es la hipótesis principal que, a raíz de las pruebas recolectadas a largo de una investigación de casi dos años, llevaron al juez federal de Campana, Adrián González Charvay, a procesarlo junto a una decena de personas por los delitos de administración fraudulenta, coacción y lavado de activos.
El destino de Juárez, conocido popularmente como Vino Caliente, presidente de la Cooperativa de Trabajadores Portuarios de Puerto General San Martín y líder del Sindicato Unico de Trabajadores Portuarios Argentinos (Supa), será definido ahora por el juez federal de Rosario, Carlos Vera Barros, ya que su par de Campana se declaró incompetente por razones de jurisdicción y remitió la causa a los tribunales federales de bulevar Oroño.
Mientras tanto, Juárez y su hijo Oscar son los únicos integrantes de la presunta asociación ilícita que permanecen tras las rejas, ya que el resto de los procesados recuperó la libertad.
La investigación judicial dejó al desnudo un sinnúmero de acciones y compras de propiedades que los pesquisas sostienen eran adquiridas con el desvío de fondos provenientes de los millonarios ingresos de la cooperativa portuaria, donde figuraban como empleados, aparentemente sin trabajar allí, gran parte de la familia Juárez.
El juez de Campana consideró que había sustento fáctico suficiente para señalar que esa cooperativa operaba en la práctica como una sociedad comercial, pero sacaba provecho de los beneficios que esa figura legal le permitía, como la exención del pago de impuestos a las ganancias y reducciones de la alícuota del impuesto a los débitos y créditos bancarios, entre otros.
La investigación determinó que, en 2016, el balance de la cooperativa culminó con un excedente de más de 600 millones de pesos, pero los pesquisas están convencidos de que ese dinero no retornaba en beneficio de los asociados, sino que “era utilizado por sus administradores (Juárez y su círculo íntimo) para la compra de bienes”.
Lujos y excentricidades
La investigación reveló que Juárez acumuló y administró junto con sus dos hijas un departamento situado en el lujoso complejo inmobiliario Imperiale Luxury Condominius, situado frente a la playa Brava y a metros de Gorlero, en el selecto balneario uruguayo de Punta del Este.
Para viajar a la costa esteña, la familia Juárez abordaba un avión Cessna 310 que había comprado la cooperativa portuaria “sin que existan motivos operacionales que justificaran la tenencia de este transporte aéreo”.
Es más, la investigación señala que ese avión fue utilizado exclusivamente desde 2006 por la familia Juárez para realizar vuelos privados desde Rosario a Uruguay.
La cooperativa también compró los vehículos en los que se desplazaba el sindicalista y su círculo íntimo: una camioneta BMW X6 y un Toyota Camry, entre otros.
La pesquisa señaló además que los hijos de Juárez eran empleados de la cooperativa con “suntuosos salarios” pero “sin contraprestación alguna en la entidad”. Es más, una de ellas tendría dos locales comerciales en Puerto Norte a pesar de estar inscripta en Afip como autónoma en la categoría hasta 15 mil pesos.
En el marco de la causa también se señalarían nexos entre el círculo íntimo de Juárez con sociedades en Panamá y las Islas Vírgenes, en el Caribe.
Todo el cúmulo de pruebas será analizado ahora por el juez Vera Barros. En tanto, Vino Caliente y su hijo Oscar permanecen detenidos en el penal federal de Ezeiza.