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La falta de agua enciende el alerta sobre trigo y maíz nuevo

Una situación de incipiente sequía, presente al inicio de la campaña maicera, pone en alerta al centro sur santafesino y el este cordobés. Aunque durante el último fin de semana largo se registraron lluvias de variada intensidad, éstas se recostaron sobre el este de Buenos Aires, Santa Fe, y cubrieron Entre Ríos pero no sirvieron para recomponer la faltante hídrica sobre el oeste de la región central de la zona núcleo que releva la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario.

“En Córdoba siguen haciendo falta entre 80 y 100 milímetros y alrededor de 20 a 30 milímetros en el centro oeste de Santa Fe. Algunos sectores cordobeses ya muestran condiciones de sequía. El agua, además de ser necesaria para comenzar con los perfiles llenos en maíz, en poco tiempo también será necesaria para el trigo que comenzará a encañar y demandará más agua”, indicó el GEA a mitad de esta semana.

“Habrá que esperar el comienzo de septiembre para una mayor oferta de agua”, indicó el especialista en Ciencias Atmosféricas y referente del GEA, José Luis Aiello, quien indicó que “la distribución de las débiles precipitaciones fue prácticamente idéntica a lo que sucedió una semana atrás y sigue expresándose un gradiente estacional muy marcado”.

El sistema frontal frío que provocó lluvias y tormentas dejó pocas lluvias sobre la porción central, pero impactó de lleno sobre los termómetros del oeste de la región núcleo. Desde la madrugada del martes 21 de agosto, en áreas de Córdoba como Colonia Almada y Hernando se registraron las temperatura mínimas más baja con -6º C; Canals marcó -5,5º C. En la región núcleo las temperaturas mínimas promediaron los -3º C. De todos modos, las lluvias no lograron modificar el escenario en el oeste de la región núcleo. “Si bien todavía hay tiempo para la plantación del maíz, se requieren lluvias para normalizar la situación. Será imprescindible que empiecen a aventurarse al oeste y quiebren el mandato estacional que sigue privilegiando al sudeste de la región pampeana”, agregó el GEA.

La mayor incertidumbre sobre la falta de agua de instala sobre el trigo, el cereal que alcanzó niveles de siembra récord y sobre el cual los productores tienen cifradas todas sus esperanzas, para contar con liquidez a fin de año.

Según los últimos datos del GEA, hasta cuatro macollos por planta se cuentan en el centro-sur de Santa Fe y en el noreste de Buenos Aires, se está refertilizando para asegurar la sobrevivencia de los macollos y se están completando dosis muy altas, que llegan hasta los 300 kg de urea por hectárea.

“La revancha del trigo toma forma”, indicaron desde el GEA y aseguraron que todos coinciden en que hace muchos años que no se observa un trigo con el enraizamiento y el macollaje que ahora está logrando, alentado por el frío. “Las constantes heladas que vienen acechando a los trigos permitieron que se hayan ido adaptando a las bajas temperaturas.

De todos modos, desde el GEA también indicaron que “el trigo está pronto a encañazón y en zonas como Carlos Pellegrini (Santa Fe), comienza a demandar más agua” para que no se vea afectado su crecimiento. “Lo positivo de la escasez de agua es que no se han observado enfermedades”, detallaron.

Pese a los alertas la situación para el cultivo triguero sigue siendo optimista y también lo son las perspectivas de precios, en función de un acotado escenario productivo internacional provocado por fuertes sequías en Australia, Ucrania y Europa, grandes jugadores mundiales.

“En el mercado de trigo rumores de que por la menor producción de Rusia este país limitaría sus exportaciones dieron nuevos bríos a los precios, que parecían haber descontado ya la situación internacional”, indicó el especialista de Universidad Austral, Dante Romano.

“Localmente la suba de precios llevó a que los productores vendieran un cuarto de la producción esperada por anticipado, cuando a esta altura normalmente no supera el 6%”, dijo y señaló que “los cultivos en general evolucionan bien, aunque en Córdoba se necesitan lluvias”. De todos modos, “si las precipitaciones que normalmente se dan en primavera arriban, no se ve inconvenientes para llegar a 21 millones de toneladas de producción”, aseguró Romano.

El analista de mercados de Zeni, Eugenio Irazuegui también consideró que “la coyuntura internacional abre nuevas oportunidades para el trigo argentino”.

Las pérdidas productivas que enfrentan los principales exportadores globales obligan a los compradores a buscar nuevos mercados. “El verano boreal se manifestó de forma intensa. Esto llevó a que las principales regiones trigueras del centro – norte de Europa y, en menor medida, del Mar Negro, vieran incrementar las áreas con déficit hídrico. Estas condiciones se han instalado durante el ciclo de crecimiento del cultivo, ocasionando daños irreparables en grandes extensiones del viejo continente”, dijo Irazuegui. Tal es el caso de Alemania, segundo productor del bloque europeo, que afronta un escenario crítico y prevé una caída del 25% de su cosecha con unas 18,00 millones de toneladas previstas al momento.

La industria sojera. Por su parte, Romano alertó sobre los efectos negativos que generó en la industria procesadora de soja las medidas oficiales que adoptó la semana pasada el gobierno, achicando el diferencial arancelario entre industria y producción. “Desde el encarecimiento del endeudamiento, la escapada del dólar y la inflación, y la caída en la actividad económica relacionada a la mala cosecha, y con el compromiso asumido con el FMI de apurar la reducción del déficit fiscal, varias veces tuvimos comentarios de que habría que suspender la quita de derechos de exportación en soja. Pero nunca imaginamos la salida que se terminó encontrando para subir ingresos sin cambiar el esquema de reducción: eliminar el diferencial arancelario entre la harina y el aceite de soja, y la materia prima para producirlo”, dijo.

“Esto llega en un pésimo momento para la industria, que tiene por un lado un problema para conseguir poroto de soja internamente porque la cosecha que se proyectaba en 55 millones de toneladas terminó siendo de 36 millones. Por el otro lado, mientras que el precio de venta de aceite y harina es el mismo para EEUU que para Argentina, por la guerra comercial entre Norteamérica y China, el precio del poroto está un 15% mas barato en el norte que en nuestro mercado. El efecto combinado de esto es una caída fuerte de la molienda local”, dijo Romano y aseguró que “esto ahora le sumamos que este 3% de mayores impuestos implica unos u$s 6 por tonelada. Pero como siempre pasa, el hilo se corta por lo más débil: los compradores trasladaron el impacto al productor pagando menos por la soja”, agregó.

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