Los niños y los jóvenes no forman parte de la población más frágil ante la variante Delta del Covid. “Tienen una tasa de mortalidad muy baja”, dijeron inmunólogos e infectólogos consultados por La Capital. La situación hizo necesario necesario poner el foco _como está ocurriendo_ en completar esquemas.
¿Qué pasa con los más de 110 mil jóvenes santafesinos de 18 y 21 años que aún no fueron vacunados? La pregunta surgió tras la decisión del Ministerio de Salud santafesino de utilizar las dosis en stock para completar los esquemas de inmunización de los adultos y poner un freno a la campaña entre los más jóvenes tras semanas de alentarlos a que se inscribieran y se inocularan. Aunque la medida generó inquietud entre la propia población, los especialistas admitieron que frente la frazada corta que significa aún la escasez de vacunas, la estrategia es “lógica”. Y sobre todo llevaron tranquilidad al hacer hincapié en que incluso en países como el Reino Unido e Israel, donde la variante Delta volvió a provocar picos de contagio, “la tasa de letalidad en la franja joven fue muy baja, así como los niveles de internación”.
Eso sí, Natalia Cochet, alergista e inmunóloga del Grupo Oroño, advirtió que en el caso de los adolescentes de 12 a 17 años con enfermedades previas que están siendo vacunados, “sería bueno determinar si conviven con hermanos adolescentes o jóvenes sanos para que también reciban sus dosis” como una medida extra de protección a esa población adolescente de riesgo.
Ciertamente, a poco de alcanzar los 3 millones de aplicaciones, Santa Fe se mantiene por encima del 90 por ciento de colocación de las vacunas que llegan. Sin embargo, la inminente circulación comunitaria de la variante Delta en la provincia, la estrategia de las autoridades de salud consensuadas con la Nación fue la priorizar durante agosto la aplicación de segundas dosis y completar así los esquemas de inmunización sobre todo en los adultos.
Eso frenó la aplicación de primeras dosis en la franja más joven que va de los 18 a los 21 años. Es más, en Santa Fe son más de 112 mil los jóvenes que aún no tienen siquiera una dosis y en Rosario, el número es de unos 30 mil.
La decisión los preocupó, incluso algunos plantearon sus inquietudes, así como los familiares. Sin embargo, infectólogos e inmunólogos tanto del sector público como privado coincidieron en que la estrategia definida “es la más lógica” ante un escenario concreto: las vacunas van ingresando al país, pero en un número que obliga a establecer prioridades.
Cochet coincidió en la estrategia y señaló que “es necesario acelerar la vacunación y que los mayores de 50 años tengan las dos dosis”. Sin embargo, no deja de lamentar que “se hayan generado expectativas respecto de la vacunación de los jóvenes, porque se los impulsó a anotarse y ahora quedan esperando”. En efecto, detalló: “Habría que dar mensajes claros, ser pausados y criteriosos”.
Así, señaló que en los últimos meses en el consultorio se vieron dos grupos muy marcados, uno de jóvenes muy receptivos a la inmunización y otro que además de desinteresado, “estaba muy desinformado”. En ese punto, consideró que “es central la labor de los médicos que son los mejores «influencers» a la hora de despejar dudas”.
Establecer prioridades
Los infectólogos Matías Lahitte, asesor de la Mesa de Información Covid de la Secretaría de Salud de la Municipalidad, y Damián Lerman, vicedecano de la Facultad de Medicina de la UNR, dejaron en claro que si algo mostró la pandemia desde marzo de 2020 es “la necesidad de ser versátiles” a la hora de tomar decisiones ante un escenario dinámico.
“Hay que priorizar en función de la necesidad de que la gente no se enferme y se muera y eso tiene relación directa con la ocupación de camas y la demanda en el tercer nivel de salud _indicó Lerman_. En función de eso, se trabajó primero en vacunar a la mayor cantidad de gente posible, pero apareció la Delta y tenemos que poner las dos dosis y proteger a la población adulta que es más frágil, así que en ese sentido las decisiones que se fueron tomando fueron lógicas”.
El especialista, además, dejó en claro que son decisiones que se toman “en el marco de que no sobran las vacunas” y se refirió a la decisión de avanzar en la combinación de vacunas para poder garantizar la segunda dosis a quienes había recibido Sputnik. “Ese es una demostración de que hay que ir tomando decisiones sobre la marcha y está claro que nunca se van a tomar decisiones que conformen a todos”, dijo.
Lahite, que además de asesorar al municipio es especialista en el Sanatorio Británico, explicó que “lo que se vio en Argentina y el mundo es que los grupos de menor edad, de entre 18 y 23 años, ciertamente fueron los que más se contagiaron, pero no sucedía así en los indicadores de mortalidad y hospitalización, incluso con la variante Delta”.
En lo que sí hizo hincapié para todos, pero más aún en esta población, es en “seguir manteniendo los cuidados de distancia, sanitización y uso correcto del barbijo no solo por ellos mismos, sino además para cuidar a los adultos y familiares que viven con ellos”.
Además, si bien reconoció la contagiosidad de la variante Delta, puso signos de interrogación a los efectos que pueda traer a la Argentina. “No se pueden copiar y pegar experiencias”, señaló y consideró que “es necesario tener en cuenta otros factores que se ponen en juego, como el hecho de que ya tuvimos acá una circulación muy fuerte como fue la cepa de Manaos, estamos aplicando vacunas diferentes que en el Reino Unido por ejemplo, tenemos más población vacunada de antemano e incluso podemos aumentar aún más ese ritmo. No se puede hacer una transferencia directa, habrá que ver”.