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CASTELLANOS
Se tomó unos días de licencia, pero ya comunicó su renuncia. Ayer hubo una reunión con representantes gremiales y la directora literalmente “estalló”. Falta de colaboración, reclamos gremiales y ninguna respuesta de las autoridades provinciales a cuestiones muy concretas, terminaron de colmar el vaso de la profesional.
Mientras el sistema de salud pública comienza a crujir ante la elevación de la curva de contagios del Coronavirus, en el Hospital Dr. Jaime Ferré estalló una crisis de imprevisibles derivaciones. Tras el cruce que mantuvo durante el fin de semana con el gremio AMRA, que nuclea a los médicos del sector público, en relación con la cantidad de profesionales que atienden en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital, la doctora María Elena Imfeld mantuvo otra reunión, en la mañana de ayer, con representantes de los gremios estatales y la sangre llegó al río: agotada en medio de las exigencias que plantea la pandemia, acosada por las demandas gremiales y con una alarmante falta de colaboración entre los cuadros profesionales, la directora del Hospital resolvió tomarse unos días de licencia y es improbable que retorne a su cargo. Interinamente quedaría al frente del efector público el Dr. Diego Lanzotti.
Ayer a la tarde se filtró una comunicación que parece definitiva, de parte de la misma Dra. Imfeld y dirigida al personal: “Les comunico a todos que en la fecha he presentado la renuncia a la Dirección del Hospital. Tomaré unos días de licencia. Les agradezco el acompañamiento en el trabajo diario y el esfuerzo y compromiso brindados”, decía el texto, firmado por la Dra. Imfeld. Una fórmula breve y formal, que no refleja la tensión de las últimas jornadas.
Múltiples causas
Se cruzan varios factores en la situación que atraviesa el Hospital. Gente que transita los pasillos del nosocomio reconoce que hay muchos profesionales que tienen sueldos que los obligan a trabajar 40 horas semanales, porque así está determinado en los cargos creados al efecto, pero más de uno no cumpliría con la carga horaria. A eso se suma que hay profesionales que no están trabajando, por ser personas de riesgo, o por tener niños a cargo. Se habla de parejas de profesionales que pidieron licencia para cuidar a niños: los dos pidieron lo mismo, aunque en la actividad privada siguen trabajando como si efectivamente no cuidaran a nadie.
La intimación del sindicato AMRA, que agrupa a los médicos del sistema público, fue uno de los detonantes de la crisis. “Habiendo tomado conocimiento de que en el SAMCO a su cargo se encuentran funcionando una terapia Covid con 12 camas y 12 respiradores, con un solo médico de guardia a cargo, en contraposición de todo tipo de normativa aplicable al respecto, requiriendo no menos de dos profesionales médicos para dicha cantidad de camas y una terapia No-Covid en distinto sector del SAMCO, con 5 camas, desconociendo la cantidad de respiradores pero sin profesional médico de guardia activa a cargo, INTIMAMOS URGENTE, por serios riesgos en la salud y vida de pacientes y trabajadores de la salud, designar y/o completar la cantidad de profesionales médicos mínima necesaria para la terapia Covid y proceda al cierre de la guardia No-Covid por no tener médico de guardia activa a cargo de la misma y no poder brindar la atención correspondiente”, le planteó la gremial médica.
A Imfeld la publicación de la carta, escrita en términos de ultimátum, le cayó como una bomba, sobre todo porque habían existido contactos telefónicos previos para aclarar la situación. Un indicio del malestar de la directora lo dio su respuesta a CASTELLANOS: “Indigna que pretendan crear esta incertidumbre a la población”, dijo.
En la airada respuesta que envió al gremio, los acusó de no decir la verdad: “La información que ustedes han volcado carece de veracidad, sobre todo cuando se trata de someter a valoración la dedicación en la gestión y en el cuidado de los médicos por esta Dirección, que siempre se mostró atenta a consensuar con AMRA las decisiones. Cabe destacar que sólo la Dra. Alarcón en su carácter de coordinadora de guardia, mantiene comunicación con la Dirección, el resto de los delegados nunca han acercado propuestas, únicamente de carácter personal y en busca de obtener beneficios individuales”, había remarcado la Dra. Imfeld.
Demandas antiguas
Por otra parte, no es menos cierto que el Hospital viene demandando desde hace muchos años una cantidad mayor de cargos, que ahora son más necesarios que nunca. Pero además hay contratados en los últimos meses que todavía no han cobrado, y los enfermeros y personal que pertenece a planta permanente no han recibido aumentos salariales en lo que va del año, lo que también genera un clima de malestar, que se acentúa en momentos en que la vida misma de los trabajadores de la salud está en riesgo. Los retrasos se remontan a abril.
“María Elena trabaja 15 o 16 horas por días, sin descanso, de lunes a domingo. La tensión de estos días le dobló las rodillas, porque una cosa es lidiar con el Coronavirus con todas las armas y la colaboración; y otras hacerlo en este contexto tan difícil”, aseguraron a este diario las fuentes consultadas.
Así las cosas, la cartera sanitaria sigue cobrando bajas. Primero fue el ministro de Salud que inició el mandato de Omar Perotti: el Dr. Carlos Parola renunció cuando la pandemia recién transcurría sus primeros dos meses. En julio el que abandonó el cargo fue el coordinador del Área Epidemiológica Rafaela, Dr. Roberto Vitaloni, aquejado por un problema de salud agudizado por el stress de la gestión. Vitaloni nunca cobró sueldo por su trabajo. Ahora es Imfeld la que deja el cargo, dando un portazo que promete traer consecuencias, si es que no logran convencerla de regresar a la función, algo que por ahora parece imposible.
