LA CAPITAL
La bajante del Paraná y la pesca indiscriminada de especies que pone en peligro la fauna ictícola del río encendieron el alerta en distintas organizaciones ambientalistas y tuvieron su caja de resonancia en la Cámara de Diputados de la provincia, que solicitó al Poder Ejecutivo provincial que disponga la veda temporaria para la pesca en ríos provinciales, sea comercial o deportiva.
Esta iniciativa legislativa, que recibió el masivo apoyo de los pescadores deportivos de la provincia, prevé la extensión de la medida hasta que “los niveles hídricos vuelvan a su normalidad”, quedando fuera de su alcance “la pesca de subsistencia practicada desde su modalidad de costa con línea de mano y/o caña con reel y un anzuelo”.
El tema no es menor. La agrupación El Paraná No Se Toca, con fuerte predicamento en Rosario y su zona de influencia, manifestó su preocupación ante la pesca indiscriminada por parte de frigoríficos durante una bajante histórica que atraviesa el río.
“Necesitamos que llueva en toda la cuenca del río Paraná, en el norte y todos sus afluentes para que se modifique la altura del río”, dijo Pablo Cantador, miembro de la agrupación, en declaraciones al periódico digital El Once, que fueron reproducidas por medios de la región y el país.
El activista consideró que el río no recuperará su altura normal “hasta un largo tiempo, y se espera que el Paraná continúe bajando hasta fin de mes”.
Juan Borus, subgerente de Sistemas de Información y Alerta Hidrológico del Instituto Nacional del Agua (INA), advirtió que difícilmente en el invierno haya un cambio significativo. “No me sorprendería que hasta bien entrada la primavera sigamos estando en esta situación, no sé si tan grave como la actual, pero sí en niveles muy bajos. Las estadísticas generales no nos dan lecturas así desde diciembre de 1971. En abril nunca tuvimos una bajante como esta”, agregó.
Perjuicio
La situación ya se discute en Santa Fe, que no dispuso la veda. Entre los fundamentos de la iniciativa parlamentaria aprobada por la Cámara baja, el diputado Palo Oliver puso de relieve “que la excepcional bajante del río Paraná y sus afluentes (la más importante de los últimos 50 años) han modificado las condiciones hídricas lo que conlleva a un perjuicio de las condiciones de reproducción y desarrollo natural del recurso ictícola”.
Lo que está en juego, como ocurre en muchas situaciones donde se pone en el tapete el daño ambiental, son los principios precautorios y de prevención que establece la normativa nacional, que persigue el mantenimiento del equilibrio y la dinámica de los sistemas biológicos. Ambos principios tienden a la adopción de medidas para evitar efectos negativos y daños graves o irreversibles.
La propuesta aprobada en Diputados tuvo el apoyo de los actores vinculados al río y a la pesca, porque es evidente el daño que se le está haciendo al medio ambiente.
Existe una preocupación muy grande porque la provincia no haya dispuesto todavía la veda de la pesca comercial y deportiva, como sí lo han hecho diversas provincias afectadas por la misma situación (tanto Corrientes como Chaco y Misiones han reaccionado rápidamente y establecieron la veda total hasta tanto los niveles hídricos se regularicen).
Los frigoríficos
El gran problema es que la bajante del río provoca que los peces se agrupen en los pocos sectores con mayor caudal de agua, una situación que es aprovechada sobre todo por los frigoríficos que se abastecen de esta fauna sin ningún miramiento respecto al tamaño de los ejemplares, algo que sí es preciado por los pescadores que venden las piezas al público.
En este marco, Chaco y Corrientes han decretado una veda de pesca comercial, para preservar el cuidado de las especies. Pero Santa Fe y Entre Ríos convocaron especialistas que la semana pasada manifestaron que los recursos se encuentran estables, por lo que no era necesaria una veda. No obstante, desde El Paraná No Se Toca denunciaron que estos datos “se basan en estudios del 2019, ante la imposibilidad durante el aislamiento de que los especialistas pudieran realizar un nuevo estudio que refleje la situación actual”.
Hace pocos días, el diario UNO de Santa Fe insistía que mientras Chaco, Corrientes y Misiones establecieron vedas pesqueras “por tiempo indeterminado” para preservar el recurso ictícola, Santa Fe y Entre Ríos no acompañaron aún esa medida y realizan un monitoreo permanente sobre la situación del río Paraná. En las últimas dos décadas solo había sido Entre Ríos la que se había desmarcado permanentemente de las vedas pesqueras, establecidas con uniformidad en el resto de las jurisdicciones.
En el argumento oficial para evitar aún la veda de la pesca juegan las necesidades de las familias que viven del recurso del río, aunque en realidad los mayores depredadores son los frigoríficos, que tienen un cupo establecido: sobre la costa entrerriana hay cuatro, y en Santa Fe casi una decena, argumentaba el UNO.