Fueron minutos dramáticos pero con buen final.
Todo comenzó a media mañana, cerca de las 10, cuando dos individuos arribaron en un vehículo a la zona de Colastiné.
En una clara estrategia de “estudio de terreno” estos sujetos (dos hombres de mediana edad y de apariencia en absoluto normal) comenzaron a hacer preguntas a los lugareños en busca de un comercio. Por entonces nadie sospechaba lo que estaba a punto de ocurrir.
Minutos después llegó el momento de la acción.
Sin más, los rufianes arremetieron contra un inmueble ubicado en Casuarinas al 6000, que es una casa de familia donde también funciona una carbonería.
El procedimiento fue supervisado por el fiscal Estanislao Giavedoni, que se hizo presente en el lugar.Foto: Guillermo Di Salvatore
Maniatados
Actuando a cara descubierta y exhibiendo armas de fuego, los malvivientes sorprendieron a los moradores de la vivienda, un padre y su hijo, de 52 y 20 años, respectivamente. Las víctimas no tuvieron tiempo a reacción alguna. Cuando intentaron alguna maniobra, los cañones de las armas ya les estaban apuntando a su cabezas.
Lo que siguió fue un in crescendo de violencia, por cuanto los delincuentes procedieron a maniatar a sus víctimas, y en dicho trámite también les hicieron sentir el rigor de algunos golpes de puño.
Con los dueños de casa reducidos en el suelo y ya seguros de haber tomado el control del lugar, los maleantes procedieron a requisar el inmueble. Y dejaron en claro que estaba dispuestos a llevarse todo lo que encontraran a su paso.
Así, se hicieron de dinero en efectivo, también de las alhajas que en su mayoría eran recuerdos de familia; televisores, notebooks, electrodomésticos, y demás elementos personales.
Uno de los detenidos permanece en el interior de un patrullero, a la espera de ser trasladado a la sede policial.Foto: Guillermo Di Salvatore
No actuaron solos
Consumado el golpe, llegó el momento de la fuga. En esta parte, quedó en evidencia que los sujetos no actuaron solos. Tenían el apoyo de al menos un tercer sujeto que fue quien se ocupó de hacer “desaparecer” el vehículo en el que habían arribado.
Así las cosas, los delincuentes decidieron que el escape lo harían a bordo de una camioneta Toyota Hilux, propiedad de las víctimas.
Ya con el cuantioso botín a bordo, los malvivientes salieron a toda velocidad con la camioneta en dirección a la ciudad.
Claro que en sus planes no figuraba que poco minutos después del robo, la policía iba a ser alertada de lo que estaba ocurriendo. Fin de la paz.
De la carbonería, los malvivientes escaparon con un cuantioso botín compuesto por dinero, joyas y objetos de electrónica.Foto: Guillermo Di Salvatore
Detenidos
Lo que siguió fue una persecución que se desarrolló en varios tramos de la Ruta 1 y que se prolongó a distintos barrios de la ciudad.
La odisea terminó en Ciudadela Norte, más precisamente en la zona de Llerena al 3900. En dicho sector, fue ubicada la Toyota que había sido abandonada por los rufianes.
De inmediato, gran cantidad de uniformados comenzaron a requisar la manzana. Y así fue que dieron primero con un individuo y luego con el otro, ocultos en el interior de una finca.
Los policías continuaron con su búsqueda y poco después hallaron en el interior de un maltrecho Renault 12 (también abandonado a una cuadra ) algunas armas de fuego, que se presume fueron las utilizadas en el atraco.
De todo lo acontecido, fue puesto al tanto el fiscal en turno, doctor Estanislao Giavedoni, quien se hizo presente en el lugar para supervisar el procedimiento.