El Banco Central elevó fuerte la tasa de interés y además inyectó casi u$s 500 millones al mercado pero no pudo frenar la devaluación del peso.
El dólar se disparó ayer en una jornada altamente volátil que generó una tensión cambiaria y política. Pese a que el Banco Central (BCRA) aplicó otra marcada suba de tasas de interés e intervino para frenar la escalada, la divisa norteamericana protagonizó una nueva corrida y finalizó a $23,30 en la plaza porteña, mientras que en Rosario escaló hasta los $23,50, una suba cercana al 7 por ciento, la más alta desde la salida del cepo cambiario.
En el mercado mayorista el billete verde finalizó a $23, es decir 1,90 pesos, o 9 por ciento, por encima de la cotización del cierre anterior, cuando ya había trepado más de 3 por ciento.
El peso ya había perdido un 3,1 por ciento el miércoles y acumula una devaluación del 13,6 por ciento desde el 25 de abril, cuando la autoridad monetaria decidió inyectar 1.500 millones de dólares en una sola jornada en el Mercado Unico y Libre de Cambios (Mulc) para frenar la estampida de la divisa estadounidense.
Aunque a primera hora el jefe de Gabinete, Marcos Peña, intentó poner paños fríos y pidió “no asustarse” ante la fuerte disparada del dólar al considerar que es “consecuencia de vivir integrados en un mundo que tiene volatilidades”, el nuevo escenario de corrida que obligó a la autoridad monetaria a sacrificar 451 millones de dólares y las reservas finalizaron en 56.144 millones. En este clima de tensión hubo reuniones en Casa de Gobierno, entre ellas una de la que participó la legisladora de Cambiemos, Elisa Carrió (ver página 11).
A primera hora, el presidente Mauricio Macri respaldó la gestión del titular del Banco Central, Federico Sturzenegger, al afirmar que tiene “todo el apoyo” del gobierno en su lucha contra la inflación y la disparada del dólar, en la previa de una jornada intensa en materia cambiaria.
Poco después el titular del BCRA anunció una suba de la tasa de interés de referencia de unos 300 puntos básicos, al 33,25 por ciento. “Ante la dinámica adquirida por el mercado cambiario, y en un contexto de alta volatilidad internacional, el Consejo de Política Monetaria del Banco Central de la República Argentina se reunió fuera de su cronograma preestablecido y resolvió aumentar su tasa de política monetaria, habitualmente el centro de corredor de pases, en 300 puntos básicos a 33,25 por ciento”, justificó la autoridad monetaria.
Tras la decisión del Central de endurecer la política monetaria, las tasas de las Lebac saltaban al 38 por ciento en el mercado secundario para su plazo más corto (13 días).
La entidad monetaria está buscando por todos los medios descomprimir la demanda de billetes verdes, algo que no logró. De hecho, se trata de la segunda suba de tasa imprevista en menos de una semana ya que el pasado viernes 27 la autoridad monetaria ya había subido 300 puntos básicos la tasa de política monetaria para ubicarla en 30,25 por ciento.
De hecho, menos dólares comerciales, una huida de los inversores de Lebac hacia la divisa verde, una inflación que no cede y —como agravante— un incremento de las tasas de interés internacionales, conformaron la tormenta perfecta que obligó al Central a sacrificar reservar y a elevar los rendimientos de los títulos en pesos para frenar la escalada de la moneda norteamericana. El Banco Central había advertido entonces que estaba “listo para volver a actuar” si la expectativas y las variables no confluían a los carriles deseados oficialmente.
Mala prensa
En este contexto no sólo fue el peso el que perdió. Ayer las acciones argentinas en Wall Street (ADR)
se derrumbaron, con caídas de hasta el 8 por ciento en dólares, como el caso de Pampa Holding, una de las favoritas de los inversores, mientras que Edenor derrapaba un 7 por ciento y los bancos hacían lo propio.
La disparada del dólar tuvo una fuerte repercusión en la prensa internacional especializada. Ayer la revista estadounidense Forbes se preguntó si es “el momento de salir de la Argentina”, al tiempo que el Financial Times de Londres destacó en la portada de su web la devaluación del peso argentino.
“Argentina se veía bien para los lords de los bonos de los mercados emergentes y para los inversionistas de activos en dificultades a fines de 2017. Todos creían en el gobierno de Mauricio Macri. El estaba haciendo lo correcto. Argentina iba a regresar, y de hecho lo estaba haciendo, a los mercados de capital con abrazos de bienvenida. La recepción ahora se está enfriando”, dijo Forbes.
Justamente el atractivo nivel de tasas en pesos que proponía el BCRA se transformó en un factor de desconfianza para los inversores externos que miran con recelo la posibilidad de que el país no pueda convalidar esas tasas, razón que llevó a mutar sus carteras al dólar.
Un salto que pulverizó todas las expectativas
Los economistas quedaron perplejos por la suba del dólar, a punto tal que el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que hizo el BCRA la semana pasada y difundió justamente ayer resultó viejo. De hecho, el informe mostró que se preveía una escalada gradual de la divisa que la ubicaría en 22,60 pesos a fin de año.
Además, según el REM, la expectativa de inflación para 2018 creció en abril 1,7 punto porcentual respecto de marzo, hasta el 22%.
Todos estos datos fueron relevados en base a expectativas previas a la corrida de ayer. En ese marco, el REM mostró que la inflación núcleo esperada para el 2018 aumentó 1,7 punto porcentual respecto a la medición de marzo pasado, al pasar de 18,1 por ciento a 19,8%, de acuerdo con el relevamiento.
En tanto, la expectativa de crecimiento económico se mantuvo en el 2,5% por ciento para el corriente año, sin cambios respecto a la medición anterior.
El REM es seguimiento sistemático de los principales pronósticos macroeconómicos de corto y mediano plazos que habitualmente realizan analistas especializados, locales y extranjeros, sobre la evolución de variables seleccionadas de la economía argentina.
En base a la proyección del mercado, la inflación de este año se ubicaría 7 puntos porcentuales por encima de la meta del 15%.
En lo que respecta a la tasa de política monetaria, el relevamiento de expectativas quedó desfasado debido a que la encuesta fue realizada entre el 25 y 27 de abril pasado, cuando el Banco Central elevó en 300 puntos básicos la tasa de interés del corredor de pases a siete días y la ubicó en 30,25%, un nivel que el mercado no esperaba corregir.