UNO SANTA FE
Argentina es el tercer país con más inflación en el mundo detrás de Venezuela y Zimbabwe
El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó una caída del 3,1 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI), una inflación de 57,3 por ciento y una tasa de desempleo de 10,6 por ciento para el año 2019. Para el año que viene se anticipa una inflación de casi el 40 por ciento.
Con estos datos, Argentina se encamina a convertirse en el tercero entre los países con mayor inflación del mundo con una suba del costo de vida del 57,3 por ciento, una cifra sólo superada por Venezuela y Zimbabwe. El Fondo advirtió además que la crisis puede empeorar.
El FMI presentó en Washington sus últimos pronósticos en su Panorama Económico Global (WEO, según sus siglas en inglés), el tradicional informe del organismo en el que brinda su visión sobre la economía global, y que ahora dejó por sentado el empeoramiento de la crisis económica con las peores cifras de la presidencia de Mauricio Macri y un retroceso de la economía que no se veía desde la crisis financiera global.
Uno de los datos más significativo es que la inflación aumentará otra vez respecto del año previo, y será una de las más altas del mundo, un deterioro con incidencia directa sobre la pobreza. Sólo dos países aparecen con una inflación mayor a la de la Argentina en los pronósticos del Fondo: Venezuela , con un 200.000 por ciento, y Zimbabwe, con un 182,9 por ciento. Detrás de la Argentina aparecen Sudán, con un alza en el costo de vida del 56,9 por ciento, y Sudán del Sur, con uno del 35,9 por ciento. Este año, sólo 17 países sufrirán una inflación de dos dígitos, según las proyecciones del FMI.
Los últimos pronósticos del Fondo sobre la Argentina son un poco peores que los del mercado. Según el último sondeo del Banco Central a economistas en el país, el mes anterior, el consenso del mercado prevé una inflación del 54,9 por ciento, y una caída del PBI del 2,9 por ciento para este año.
Para 2020, el Fondo prevé una caída del PBI del 1,3 por ciento y una inflación del 39,2 por ciento.
Con todo, la incertidumbre política y las dudas respecto del rumbo económico relativizan el peso de las proyecciones, dada la fragilidad de la coyuntura y la posibilidad latente de que el deterioro pueda ser aún mayor. De hecho, el Fondo remarcó en el informe que “la contracción en la Argentina continuó durante la primera mitad del año, aunque a un ritmo más lento, y los riesgos en el futuro son claramente a la baja debido al fuerte deterioro de las condiciones del mercado”.
El FMI también acusó el impacto de la política sobre la economía: “En la Argentina, las elecciones primarias de agosto desencadenaron un fuerte aumento en los rendimientos de los bonos del gobierno en medio de una mayor venta masiva de activos argentinos”, señala el trabajo.
El último panorama del FMI sobre la economía global, difundido en la antesala de la reunión anual que se realiza esta semana en Washington, llegó rodeado de un aura más pesimista. “La economía global está en una desaceleración sincronizada”, afirma la primera línea del informe, tal como había anticipado la semana pasada la flamante directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva.
El mundo crecerá este año un 3 por ciento, el menor ritmo desde la crisis financiera global. En 2020, las perspectivas mejorarían, pero solo levemente, con una expansión proyectada del 3,4 por ciento, menor a la prevista hace tan solo unos meses.