“Yo ese día me levanto y hago mi servicio normal como todos los días. Hice el trayecto, voy llegando a Once. A 1.200 metros ya empiezo a aplicar frenos y cuando veo que no frena hago la aplicación de emergencia, que es el freno total del tren”, explicó Córdoba. “Al ver que no frena, atino a agarrarme de la manija y esperar el impacto, otra cosa no puedo hacer. No hay otra manera de frenar. Y quedo ahí a la expectativa”, agregó en una entrevista que transmitió Animales Sueltos.
“Hice todo lo posible para frenar el tren, que no me vengan a decir que omití la aplicación del freno”, expresó el maquinista. Y añadió: “Estoy cansado de que hablen de mí la ex presidenta, el ex ministro y de que todos me echen la culpa a mí”. Es que Cristina Kirchner también lo había señalado como responsable el año pasado, al asegurar que “no accionó los frenos y nunca pudo explicar por qué”.
“¿Por qué creés que te echa la culpa De Vido?”, preguntó el periodista Diego Leuenbuch. “Porque se quiere salvar —respondió Córdoba—. No podés venir a acusar a un laburante y decir que no aplicó el freno. Primero informate, la causa está ahí. Se dice que apliqué el freno e hice la maniobra”.
Además, el motorman, quien ya fue condenado a tres años y tres meses de prisión por el caso, señaló que “la falta de mantenimiento se notaba” en las formaciones, pero remarcó que no había nada que pudiera hacer al respecto: “Había un momento en el que podías cancelar un tren. Después te llegaba un informe que tenías que completar, y si no lo completabas te sancionaban”.
Luego se dirigió a De Vido, quien declaró ayer por videoconferencia desde la cárcel de Marcos Paz. “Por favor, no acuse. Para acusar tiene las pruebas. Está todo expuesto”.
“Me levanté temprano como todos los días para ganarme el pan y que venga gente de afuera y te culpen cuando tenés todo ahí… Hay pruebas, decís la verdad y nadie te cree”, lamentó Córdoba.
Por último, el conductor se quebró al hablar de los familiares de las 51 víctimas: “Los acompaño. Me pone muy mal por todos los que hoy no pueden tener a sus parientes. La verdad, es feo no tener un pariente cuando no podés abrazar, extrañar, decirle todo lo que lo querés. Es horrible. Me hubiese gustado que no pase esto, pero si no era yo le hubiera pasado a otro“.