La mayoría del plantel se juntó en el salón principal de la concentración en Bronnitsy para ver la goleada de Rusia a la Arabia de Pizzi. Antes, los últimos retoques previos.
La mayoría del plantel se juntó en el salón principal de la concentración en Bronnitsy para ver la goleada de Rusia a la Arabia de Pizzi. Antes, los últimos retoques previos.
Los jugadores de la selección argentina todavía no salieron a la cancha para enfrentar mañana a Islandia en Moscú, pero igual empezaron a jugar el Mundial. El clima de Rusia 2018 ya se metió en cada recoveco de la lujosa concentración en Bronnisty. Es que la mayoría de los futbolistas y el cuerpo técnico que comanda Jorge Sampaoli utilizaron la tarde libre de ayer para mirar con mucha atención el partido que rompió la cinta del torneo entre Rusia y Arabia Saudita. También la delegación albiceleste observó un rato la fiesta inaugural. Cerca de las 18 (hora rusa), los jugadores fueron ubicándose en los cómodos sillones del salón principal del búnker y siguieron el encuentro en la pantalla gigante. Estuvieron desde el técnico Jorge Sampaoli hasta el capitán Lionel Messi.
Cuentan que hubo muestras de asombro ante lo abultado del marcador, sobre todo porque es poco factible que comience un Mundial con una goleada de 5 a 0 como la que le propinó el anfitrión Rusia a Arabia Saudita. Obvio que la movida se matizó a puro mate, entre risas y comentarios para todos los gustos cuando el televisor devolvía la imagen tan seguida de los jugadores rusos festejando goles. Uno de los más sorprendidos con el resultado fue el propio Sampaoli, quien por el rol que desempeña miró la victoria local con ojos más rigurosos que los jugadores. Además, Sampa tiene un marcado respeto por Juan Antonio Pizzi, el actual técnico de Arabia, quien en su momento heredó el equipo campeón que el Zurdo le había dejado en la selección chilena. El ex técnico de Central extendió los logros y se consagró en la Copa América Centenario cuando venció por penales a Argentina. Pero terminó juntando petrodólares en Arabia luego de que no pudiera clasificar a la selección de Chile a Rusia 2018. Igual, se dio el gusto de estar en el Mundial porque aprovechó la vacante que dejó la destitución de Edgardo Bauza, actual técnico de Central y ex entrenador justamente de Pizzi.
Al Zurdo le encantó que el grupo se reuniera para seguir fortaleciendo las relaciones humanas a un día del estreno mundialista y a casi una semana de estar conviviendo en tierras moscovitas. Esta vez, la excusa que calzó como un guante fue la cita inaugural entre los locales y los árabes. Pero el encuentro también le sirvió al Zurdo para seguir buscando el compromiso y la unión grupal, con juegos, conversaciones entre ellos, momentos de distensión y frases motivadores, como si fueran mimos al alma de los futbolistas. Es que al entrenador casildense no sólo le importa la táctica y la estrategia en estos tiempos en que los resortes emocionales son tan o más determinantes que aprovechar una jugada de pelota parada o meter un gol