La localidad mendocina de Palmira fue escenario de un polémico fallo de la justicia: una maestra de 23 años que tuvo una hija con su alumno adolescente fue absuelta tras pasar ocho meses presa acusada de estupro. El argumento central del fiscal es que “no hubo un aprovechamiento de la inmadurez sexual del menor”.
La historia comenzó en 2015, cuando el chico, que estaba por cumplir 14 años, comenzó a tener dificultades en el secundario. Sus padres decidieron que recibiera clases de apoyo y contactaron a la docente, que conocían porque las familias eran conocidas. Pasó el tiempo y si bien no está claro cómo ocurrió, los dos empezaron a sentirse atraídos.
Un testimonio en la causa sostuvo que incluso el abuelo del menor estaba al tanto de lo que ocurría y hasta les ofreció su casa para que pudieran encontrarse. Fue así que la relación se consolidó y según la causa, ambas familias consintieron el vínculo. Meses después ocurrió algo que terminó por afianzar aún más la relación. La mujer quedó embarazada y decidieron vivir juntos en la casa del chico con el aval de los padres.
Finalmente, la docente y el alumno tuvieron una beba y parecía que, salvo algunos comentarios de los vecinos, la relación transcurría como cualquier otra. Sin embargo, los conflictos llegaron, se separaron y la mujer se mudó con la nena. Pasó el tiempo y la mujer logró rehacer su vida. Conoció a otra persona y nuevamente quedó embarazada.
En ese momento, el papá del alumno interpuso una denuncia contra la maestra por estupro por sostener relaciones sexuales con un menor de 16 años sin consentimiento y aprovechándose de la inmadurez del adolescente. Se trata de un delito por el que se puede recibir una condena de entre tres y seis años de prisión.
Casi de inmediato, logró que la detuvieran. Debido a que es un delito no excarcelable, la Justicia dictaminó la prisión preventiva de la mujer y permitió que cumpliera la pena en su casa ya que tenía a su cargo a la hija de ambos y un incipiente embarazo. “El hombre argumentó que su hijo tenía problemas psicológicos por esta situación. La denunciaron por despecho”, dijo al diario Los Andes el fiscal de San Martín, Oscar Sívori. La mujer pasó ocho meses con prisión domiciliaria hasta que finalmente fue absuelta.
“Quedó probado que no existió por parte de la maestra un aprovechamiento de la inmadurez sexual del menor, situación que es penada por el artículo 120 del código penal”, confirmó Sívori. “En el debate se ventilaron varias cosas que durante la investigación no habían sido expuestas, que corroboraban que no se cumplía con los requisitos del artículo 120, que habla de aprovechamiento de un mayor por sobre un menor”, añadió.
La causa llegó a juicio oral la semana pasada luego de un largo proceso en el que intervinieron peritos psicólogos y asistentes sociales, y luego de ordenarse la declaración del menor en cámara Gesell. “Hubo un enamoramiento del chico. Él se lo había contado a un familiar, al abuelo, que lo había incitado a seguir y le dijo que aprovechara que es una cuestión de hombres”, explicó. Por todo esto, el juez Amando Martínez decidió absolver a la maestra.
En una polémica explicación, Sívori dijo que la edad no siempre es impedimento para reflejar madurez. “Abundan casos en la historia de madres de 14 años, no solamente en la sociedad actual sino también en personajes de la historia que han sido excelentes madres a esa edad y con padres de más de 30 años con una notable inmadurez. Esto quiere decir que la edad no es un obstáculo para que una persona sea madura“, sostuvo en diálogo con radio MDZ. “Entendí que fue una joven que se equivocó”, finalizó.
Respecto al tema sobre la custodia de la hija, el fiscal detalló que ambos llegaron a un acuerdo y no se necesitó intervención de la Justicia. “Este caso se pudo resolver fuera del ámbito de la Justicia”, aseveró.