LA NACIÓN
La pandemia del coronavirus se suma a un viejo y conocido virus de la economía argentina: la inflación. Tras la desaceleración en los primeros meses del año -gracias a un dólar y tarifas casi congeladas-, con precios máximos impulsados por el Gobierno y una creciente demanda de alimentos y de productos de limpieza en los últimos días del mes, la inflación de marzo fue de 3,3%, la más elevada del año y por encima de lo esperado por el mercado.
Así, según los datos del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que elabora el Indec, el primer trimestre el año acumuló un alza de 7,8%. En 12 meses, la suba llegó a 48,4%. El indicador núcleo, que elimina las distorsiones de los precios regulados y estacionales, marcó 3,1%. Los analistas privados esperaban para marzo, un mes estacionalmente siempre alto, un alza de 2,6%, ya por encima de las marcas que el IPC había registrado en enero y febrero. Los valores estacionales le dieron un fuerte dinamismo al IPC, ya que aumentaron un 4,9%.
El rubro que sufrió las subas más elevadas fue educación, que se disparó un 17,5%. Sin embargo, Comunicación (8,3%), Prendas de vestir y calzado (4,2%), y la sensible categoría de Alimentos y Bebidas (3,9%), la que más pesa en el IPC, tuvieron variaciones por encima del nivel general de precios.
Como anticipó ayer LA NACION, el organismo estadístico difundido hoy además notas metodológicas sobre los relevamientos realizados no sólo en los últimos días hábiles de marzo -luego de que el Gobierno decretó la cuarentena obligatoria- sino de los dispuestos en abril, el mes que más afectado estará por la suspensión