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LA CAPITAL
Al Frente de Todos (FdT) le tomó 24 horas más de lo calculado terminar de pulir su megaproyecto de ley de “Solidaridad Social y Reactivación Económica”. La oposición vio el titubeo de la Casa Rosada y fue por más, quiso retrasar hasta la próxima semana el tratamiento. Pero no habrá postergación significativa, y el próximo jueves la media sanción será un hecho.
Hasta ayer, en la Rosada se resolvían detalles de una ley que incluirá la declaración de tres emergencias: económica, social y sanitaria; un segundo capítulo aplicado a las mejoras en los ingresos fijos de millones de argentinos beneficiarios de AUH, jubilaciones y salarios estatales, entre otros.
Finalmente, la ley ómnibus establecerá nuevas escalas tributarias ascendentes para la pequeña cúpula socio económica de la Argentina. De ahí saldrán los fondos para satisfacer las mejoras en los ingresos en la extendida base de la pirámide social.
El proyecto a debatir ingresará hoy por la mañana a Diputados; por la tarde se constituirán algunas de las comisiones fundamentales para funcionamiento de la Cámara baja (como Asuntos Constitucionales, entre otras), y mañana miércoles se debatirá en comisión. También mañana, los ministros del Ejecutivo involucrados en el tema, defenderán ante el plenario (comisiones) la megaley. Tras cartón, el oficialismo apurará la firma del dictamen para que el jueves aterrice en el recinto.
Hasta ayer, las negociaciones más relevantes en la confección del proyecto sucedían al interior del FdT, específicamente con los gobernadores (ver aparte). Con todo, el oficialismo tratará de sumar también al menos sectores del primer bloque opositor, Juntos por el Cambio (JxC), para darle el mayor volumen político posible a su primera excursión parlamentaria. Pero no necesitará a JxC para constituir quórum.
Con 120 miembros propios, y al menos dos bloques “aliados permanentes”, uno de ocho miembros, y un monobloque, el FdT queda al filo del quórum propio. Se descuenta, por lo demás, que el bloque referenciado en la candidatura de Roberto Lavagna también dará quórum.
Como todo gobierno recién asumido, las espaldas del oficialismo hoy son más anchas que nunca
El ruido que ayer se escuchó en el Palacio, propiciado por la oposición, en sentido de que “no avalará superpoderes” y tampoco está de acuerdo con la “suba de retenciones”, se terminará de dilucidar con la letra del proyecto, que se conocerá hoy.
Todo indica que al sancionarse “emergencias” se flexibilizarán los procedimientos administrativos para reasignar partidas, aumentando la discrecionalidad en la firma del jefe de gabinete. Al cabo, las emergencias son eso, redireccionar partidas, y a sola firma. La oposición agitará el fantasma de los llamados superpoderes que el gobierno kirchnerista mantuvo por años en vigencia.
Luego, la “suba de retenciones”, que en la práctica consistió en una actualización de monto fijo a porcentual, equivalente al que estableció el gobierno anterior antes de la última etapa de debacle devaluatoria, todo indica, no estará incluida en la llamada ley ómnibus.
“Eso ya se estableció por decreto, y ayer la Mesa de Enlace fue recibida por el ministro de Agricultura (Luis Basterra). Ese tema ya está, en todo caso se tratará por cuerda separada”, explicaron a este cronista ayer en un pasillo del Palacio.
Con la puesta en marcha de las sesiones extraordinarias, a pocos días de Navidad, todo el andamiaje oficialista comienza a ponerse a prueba. Pasado Diputados, el próximo jueves, luego será el turno del Senado. Una Cámara donde el oficialismo goza de mayor comodidad numérica.
En este envión inicial es altamente probable que la Casa Rosada no chocará con mayores dificultades, y obtendrá del Congreso lo que va a buscar. Sin embargo, la delicada precariedad del sistema económico, por un largo tiempo, estará al acecho, amenazando derrumbarlo todo. Dentro o fuera del Palacio.
