La historia de un amor por la radio que nos acompaña a los argentinos desde hace 100 años. Desde sus comienzos con la radio a galena hasta los tiempos actuales de la era digital.
Quienes conocieron a Enrique Telémaco Susini, fallecido en 1970, dicen recordar su físico voluminoso y su expresión de ímpetu, como si siempre estuviera esperando algo con optimismo; de hecho fue médico a los 22 años, periodista, melómano y varias otras cosas, aunque ninguna tan importante como haber realizado hace un siglo -el 27 de agosto de 1920- la primera transmisión de radio recreativa en la Argentina.
Con la ayuda de su sobrino Miguel Mugica y sus amigos César Guerrico y Luis Romero Carranza, formó un grupo que terminó por ser bautizado como “Los Locos de la Azotea”, con el que concretó la hazaña con la tecnología de la época y no pocas dotes de acrobacia para instalar una antena horizontal, como las de los radioaficionados, en la terraza del teatro Coliseo porteño, que conectaba con un primitivo aparato de transmisión y llegaba a través de un cable a un micrófono disimulado en la sala.
La historia es muy conocida y agrega otro galardón de “pionero” a un país que gusta de vanagloriarse de inventos como el colectivo, el dulce de leche y el bolígrafo, aunque aquel teatro Coliseo de Marcelo T. de Alvear 1125, frente a la Plaza Libertad, no era el mismo de la actualidad, cuyo edificio data de 1971 e incluye el consulado de Italia y el Instituto Italiano de Cultura, sino que fue fundado durante el siglo XIX, modificado varias veces y finalmente demolido en 1938.
La aventura de aquellos “Locos”, que transmitieron la ópera “Parsifal” de Richard Wagner -hay un registro grabado con la voz de Susini previo a la función que se puede oír en algunas recopilaciones- no solo deleitó a un puñado de poseedores de receptores “a galena”, que obligaban al escucha al uso de auriculares, sino que inició el fin del silencio en la vida cotidiana de los porteños y luego de los argentinos en su totalidad.
En esos tiempos en Buenos Aires se editaban los diarios La Prensa, La Vanguardia, Crítica, La Nación, El Cronista, Comercial, además del decano La Capital (Rosario), La Gaceta (Tucumán) y El Diario (Paraná), que eran la única forma cotidiana de información masiva.
Allá lejos y no hace tanto tiempo, un 27 de agosto de 1920, se realizó la primera transmisión radial en Buenos Aires. No fue desde una coqueta emisora sino desde el Teatro Coliseo, cuando pasadas las 9 de la noche, Enrique Telémaco Susini anunció el festival sacro de Richard Wagner, Parsifal, acompañados por la orquesta del teatro Costanzi de Roma, dirigida por el maestro Félix von Weingarten.
Desde aquellas primeras emisiones para unos pocos oyentes que tenían la posibilidad de tener un aparato, más de una vez se decretó su defunción. Pero ella sigue mostrando que “no está muerto quien pelea”. Teleshow habló con quienes la hacen pero también la disfrutan.
Héctor Larrea
Desde chico, me sentí fascinado con la radio. Con ella inventaba realidades, mundos diferentes y como para mí la realidad era, y es en gran medida, insoportable, yo la escuchaba. Tendría cinco años y mi entretenimiento era estar un ratito en cada radio. Esa magia no la podía entender. Sintonizaba onda corta y entraban tipos hablando en otro idioma.
Héctor Larrea
En la radio, lo que cada uno imagina, lo puede tener. Para mí no hay nada mejor que la radio, es el mejor descubrimiento de la humanidad. Uno puede decir ‘bueno pero la penicilina, la vacuna antipolio, internet…’, pero para mí nada me abrió los brazos, nada me hizo pasear el alma, nadie me mimó y nada me ofreció todo lo que la radio me ofreció.
Cacho Fontana
La radio es el medio que mejor permite ejercitar la imaginación. Tiene una instantaneidad contundente y una vigencia cada vez mayor. A mí me brindó amigos entrañables, la posibilidad de conocer el mundo, de estar presente en momentos históricos…
Cacho Fontana
Encaré la profesión, diría que con intuición, constancia y responsabilidad, teniendo en cuenta que el leitmotiv de este trabajo es estar bien informado. Pero la magia… es de la radio.
Oscar González Oro
En estos días me preguntaron de varios lugares qué es la radio para mí y yo no puedo creer que casi la mitad de mi vida haya sucedido detrás de un micrófono. La radio significa o implica los momentos más felices de mi vida; las horas más felices del día son cuando estoy al aire. Después viene la realidad, después viene la vida y ahí uno se tiene que arreglar como pueda, pero la radio siempre me produjo la felicidad de estar al aire en contacto con la gente, ayudando.
Oscar González Oro
La radio significa la inmediatez, el cariño de la gente hacia uno y de uno hacia la gente, la solidaridad. Todo eso es la radio para mí, un medio maravilloso. Desde que empecé, hace 36 años me dicen que desaparece, pero hoy la escuchás por internet, por las app, por aire… Es un mecanismo de comunicación increíble. Siempre termino diciendo lo mismo: tengo la suerte de tener una pasión en mi mente, de saber que mi vida es mi vida, pero mi voz es del resto de la gente.
Beto Casella
Mi relación con ella empieza allá por los once, doce años cuando les pedí a mis viejos que me regalaran una Spika, una radio portátil que solo contenía AM y que pudieron comprarme con mucho esfuerzo.
Beto Casella
Crecí escuchando la Rivadavia de aquella época cuando estaba reconvirtiendo lo conocido. Con Fontana a la cabeza que inventó otra cosa. También estaba José María Muñoz y La Oral Deportiva, Larrea, don Antonio Carrizo y Guerrero Marthineitz. A la noche, Modart en la noche con Pedro Aníbal Mansilla. Más tarde vendría Fernando Bravo, Juan Alberto Badía, Carlos Beillard, el Negro Dolina. Nos sorprendimos cuando Víctor Hugo Morales cambió la forma de relatar los partidos.
Magdalena Ruiz Guiñazú
La radio siempre significó para mí una aventura en el espacio. La posibilidad de oir voces lejanísimas a través de caminos misteriosos. Y lo maravilloso del caso es que, desde un hogar, un auto, un avión o simplemente un sonido lejano, nos sentimos transportados a otros horizontes. En una palabra cumplir el sueño de Guillermo Marconi cuando descubrió que no había límites para la transmisión de la voz humana. La radio es uno de los motivos por el cual cada día agradezco al destino haber nacido en estos tiempos. Un abrazo cargado de ondas sonoras para los que amamos el espacio infinito.
Santiago del Moro
Para mí la radio es parte de mi vida. Es mi vida misma. Entré a un estudio cuando era muy chico, a los once años, y nunca paré. Obviamente al principio en emisoras pequeñas, piratas pero radio al fin.
La radio va con uno, es parte de la vida de nosotros. Es compañía, cercanía, música, es todo. Cuando hablo de ella hablo de algo importante en mi existencia. Y lo genial que tiene es que en los últimos tiempos se reinventó y retroalimentó maravillosamente con las nuevas tecnologías. Generó sinergia con la web, con redes y eso la llevó a otro nivel. Cuando muchos la daban por muerta o esperaban el final de sus días, todo lo contrario pasó. Se reinventó y se transformó en algo más vivo que nunca.
Santiago del Moro
En estos 100 años me encanta ser partícipe y ser el conductor del programa más escuchado en una radio líder. Todos los días me levanto a las cinco de la mañana para hacer ese programa, para mí es un compromiso de vida. Brindo por la radio por cien y cien mil años más. Viva la radio… eterna.
Fernando Bravo
La radio para mí ha sido una herramienta profesional y una de vida. La profesión de locutor me llevó de la mano, me hizo crecer, me hizo una persona como la que soy y con un crecimiento creo profesional y personal.
Fernando Bravo
Como medio de comunicación siento que está muy revitalizado. La revolución técnica que se ha producido en términos de comunicación benefició a este medio que es excepcional y que tiene un arraigo en la gente imposible de menospreciar. Muchas veces se ha dicho que la televisión podía hacerle mella a la radio y sin embargo, no ha sucedido.
Victor Hugo Morales
De la radio me fascina el mundo de imaginación que propone. Imagina el protagonista que está frente al micrófono pero también y sobre todo, la persona que está escuchando. Se mueve todo el mundo de la imaginación. El relato de un partido de fútbol, por ejemplo. Todo lo que está en la cancha, al pasar por el tamiz del relator, empuja imágenes en quien lo escucha. Eso me parece un juego formidable y un gran desafío. Hay que crear una multitud de imágenes que cada oyente reconstruye en su mente según la capacidad para imaginar, la atención que preste, el conocimiento que tenga de los códigos tanto de lo que se transmite como de la orientación y características del relator.
Victor Hugo Morales
El primer estímulo que tuve para mi imaginación es la radio. Yo generacionalmente le pertenezco.
De chico, la radio fue mi vida, mi fascinación inicial a todas las cosas, entre ellas al amor. Escucho novelas desde los seis, siete años, alrededor de la radio estaba la familia en esos radioteatros del mediodía. De preadolescente me enamoré de los radioteatros de radio El Mundo de las cinco de la tarde y de radio Carve de Montevideo al mediodía. Yo vivía en un pueblo equidistante de Buenos Aires y de Montevideo con una notable penetración de las radios argentinas, también. Escuchar las orquestas que tocaban en vivo a la noche, los cantores de tango. Yo empecé a los 16 años en radio Colonia, como locutor, después fui informativista, tuve programas musicales, aprendí a redactar informativos, luego vino el relato del fútbol. He sido comentarista, vestuarista, locutor… Llegué a ser relator de radioteatro, prácticamente lo hice todo. Como devolución la radio me da un sueldo seguro entre magro y excelente hace 54 años. Nunca tuve un mes sin salario, imaginen mi gratitud. La radio es mi primer fenómeno de gratitud porque me ha dado de comer pero también la hago con enorme gusto y me fascina.
Una opinión de la radio y lo que ha sucedido en el tiempo es su capacidad notable de reconvertirse. La radio era el entretenimiento, el humor, la música. Cuando apareció la televisión parecía que podía desaparecer que estaba amenazada y ahí vino la radio que para mí se fue convirtiendo en información y sobre todo, en despliegue de programas políticos. Hoy en día todas las emisoras tienen sus programas de carácter periodístico y eso la salvó.
Si me quitan la radio me da la sensación de que verdaderamente me muero, también si me quitan la música. Si me quitan el fútbol posiblemente no. Porque yo no soy relator de fútbol porque soy loco del fútbol, sino porque soy un loco de la radio.
Alejandro Fantino
Para mí es la esencia de la comunicación. Es lenguaje y el lenguaje básicamente es el que nos hace humanos. Y por otra parte, el lenguaje humano es aquello que transmite emoción.
Alejandro Fantino
A mí la radio me transformó como persona, me enseñó a hacer periodismo, a entrevistar, a manejar los climas, a saber escuchar. Para un periodista no hay mejor maestra que ella. Así como dicen que la televisión es infiel, la radio es lo contrario. Una vez que comenzás el camino de la radio te quedás para siempre porque es lo más puro que puede haber en la comunicación.
Mariano Closs
Desde los ocho años, donde seguía a distintos conductores en distintos programa, la radio es la gran compañía. Sobre todo en esos tiempos, ahora la televisión – me parece- que tiene mucho más que ver y por eso el miedo de tantos a que la radio no se pierda, siga vigente.
La radio tiene esa complicidad del oyente con el conductor y viceversa porque uno también empieza a darse cuenta de lo que el oyente quiere. Hay distintos matices para enviarle al que escucha, desde la calidez, la información, la transparencia. Uno puede atreverse a entregarse con los estados de ánimo y el oyente seguramente te va a comprender. Uno puede ir diciendo cosas con lo que el oyente se puede sentir identificado. Es genial cuando te dicen “no me bajo del auto” tras una editorial, una polémica, una discusión que se puede tener en la mesa.
Mariano Closs
Aprendí a ser oyente de muy chico, de la AM fundamentalmente, el sonido de la AM tiene otra cosa. Aprendí a codearme de oyente con maestros como Larrea, Carrizo, Mareco… Con Juan Carlos Mesa me parecía extraordinario escuchar efectos de sonido y no poder entender cómo se originaban. Hoy, uno que está trabajando, pierde un poquito esa magia. En suma la radio es una gran compañía, es la sorpresa y es la identidad que uno va teniendo mutuamente “conductor oyente/ oyente conductor”. La radio transmite estados de ánimo y me parece, menos artificial que la televisión.
Nelson Castro
La radio es el medio de comunicación que desde el punto de vista organizacional es decir empresa, estructura inició una revolución en las comunicaciones a través del aire. Por supuesto ha tenido a través de su evolución tecnológica un desarrollo fenomenal que hoy lo pone al alcance de todos por su simpleza y por su potencia.
Nelson Castro
Sin duda hoy, a la luz de lo que significa la digitalización, le da a la radio una posibilidad universal de escucha de calidad, de presencia y además de participación. La radio es el medio de comunicación más horizontal que existe. Esa comunicación uno a uno entre el oyente y quien hace radio es única e irremplazable, no la logró ningún otro medio. Por toda esta historia, por todos estos valores y desarrollo es que la radio no solo tiene presente y vigencia sino que tiene asegurado un futuro de protagonismo imperecedero.
Rolando Hanglin
Adoro la radio. Es todo tan fácil, tan simple, tan poco tecnológico. Es lejos el mejor medio de comunicación. El más natural, más simple, más instantáneo. Es mundial.
Rolando Hanglin
Nancy Pazos
La radio para mi es sinónimo de felicidad. No puedo describirlo de otra manera. Fue el último de los medios de comunicación en los que trabajé. Porque empecé en gráfica, seguí en la tele y terminé recalando en la radio. Es donde más profesional y a la vez humana me siento.
Nancy Pazos
La radio saca lo mejor de mí. Conecto con el público de manera natural. Y es un éxtasis de emociones. Saber que logré emocionar o hice soltar una carcajada a alguien que va parado en el colectivo a laburar es tocar el cielo con las manos.
Daisy May Queen
En distintas etapas de mi vida la radio significó distintas cosas. En mi infancia y adolescencia significó mi sueño. Mientras estuve en la radio significó mi trabajo, mi pasión, mi comunicación y ahora, es un bellísimo recuerdo que llevo a todas partes donde voy. Eso es la radio: un sueño, un trabajo y un bellísimo recuerdo.
Daisy May Queen
Julio Lagos
La radio cumple 100 años y estamos de fiesta. Festejamos el hecho que hace 100 años empezó a transmitir, que hace cien años alguien empezó a hablar, pero no dejemos de festejar que hace cien años alguien empezó a escuchar. La radio se completa siempre que alguien nos escuche sino estaríamos hablando solos.
Para mí la radio es una forma fantástica de comunicar, de contar historias. Uno trabaja en televisión, escribe, saca fotos pero pareciera que la radio tiene una calidez que otros medios, a lo mejor, no pueden ofrecer.
Julio Lagos
Antes de la aparición de la TV, de la que también Susini participó, y hasta fines de la década de 1950, escuchar la radio fue una de las ceremonias favoritas de la población, que aun en grupos familiares se reunía frente a aquellos receptores que con solo sonidos, música y palabras les permitían imaginar rostros, escenarios y lugares exóticos que de otro modo no iban a conocer.