UNO SANTA FE
Lo definió en una reunión que se hizo este jueves en Santa Fe. Se minimiza el intento de los diputados del PJ de reformar la Constitución. Hay un nuevo orden interno de la coalición
Este jueves los principales referentes del Frente Progresista se reunieron en el el local del Partido Socialista, en calle Crespo al 2900, de la ciudad de Santa Fe. Del encuentro participaron el gobernador Miguel Lifschitz, el intendente electo de Rosario, Pablo Javkin; el intendente electo de Santa Fe, Emilio Jatón; el presidente de la Cámara de Diputados, Antonio Bonfatti; los diputados provinciales Rubén Galassi (PS), Joaquín Blanco (PS), Gabriel Real (PDP), Ariel Bermudez (Creo), Fabián Palo Oliver (UCR), el vicegobernador, Carlos Fascendini, los ministros de Gobierno y Reforma del Estado, Pablo Farías, de Seguridad, Maximiliano Pullaro y los senadores radicales Felipe Michlig (UCR-NEO) y Lisandro Enrico (UCR-SUR).
La mayoría de los presentes salió conforme del encuentro que fue una continuidad del que mantuvieron el lunes en la ciudad de Rosario. La reunión tuvo como principal objetivo un ordenamiento del Frente Progresista, luego de perder el gobierno provincial tras 12 años en la Casa Gris. Pero también se definió una estrategia para salir a contrarrestar la ofensiva del PJ que marcó el ritmo político de la última semana con la oficialización del intento de declarar la necesidad de reformar la Constitución
provincial antes del 10 de diciembre, cuando asuma Omar Perotti como gobernador.
Por eso la definición política más clara fue la de enviar en los próximos días el proyecto de Presupuesto a la Legislatura, en contraposición con lo que habían conversado y acordado Lifschitz y Perotti hace un mes en Rosario. Desde ambas fuerzas se vienen acusando de no cumplir con los acuerdos. El gobernador electo lo dijo sin pelos en la lengua en una entrevista con UNO Santa Fe al finalizar el primer debate presidencial.
La respuesta del otro lado llega ahora de parte del Frente Progresista, aunque sin una declaración pública tan contundente. Directamente se blanquea que enviar el presupuesto a la Legislatura “es un planteo político de la mesa” de esa coalición.
Lifschitz había aceptado y anunciado públicamente que el presupuesto iba a ser redactado por el equipo de Perotti y que iba a llegar a la Legislatura después del 10 de diciembre. Pero primero los diputados frentistas y luego los senadores del PJ negaron esa posibilidad. Ahora es el propio Lifschitz el que reunido con la mesa del Frente decidió avanzar con el proyecto del Presupuesto.
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Lo que en un principio se escudó en un reclamo formal de las dos Cámaras –la Constitución exige al Ejecutivo enviar el cálculo de gastos y recursos antes del 30 de septiembre y si no debe pedir una prórroga legislativa para no ir en contra de la Carta magna– ahora es un planteo político. En otras palabras, la definición de mandarlo a la Legislatura ya no obedece a esa obligación constitucional, si no a una decisión política que excede al propio Lifschitz y que es del Frente Progresista en su conjunto.
En la coalición que aún gobierna la provincia consideraron que los hombres de Perotti levantaron los niveles de beligerancia y que el PJ no está cumpliendo con ningún acuerdo. El planteo de la reforma constitucional es el ejemplo que sacan a relucir los frentistas. Hasta el momento el gobernador electo no dijo nada en público sobre ese tema. Pero el diputado provincial Roberto Mirabella –mano derecha de Perotti– era uno de los legisladores que apareció en la foto al momento de hacer oficial el intento reformista del justicialismo.
El argumento del Frente Progresista para sostener el giro que se dio en el tema presupuesto es que en la mesa de transición Perotti jamás habló de un intento de reforma de la Constitución. Ese sería uno de los principales elementos que ahora se lee como un no respetar los acuerdos por parte del perottismo.
De todas formas, en el Frente intentan bajarle el precio a ese tema. Uno de los participantes del encuentro aseguró a UNO Santa Fe que el proyecto de necesidad de reforma hoy no es un problema. “Es una payasada que estén contando porotos en los pasillos. Si tienen las 34 firmas, que las muestren. Que digan quiénes son y listo”, desafió en referencia a la cantidad de diputados que necesita el PJ para darle media sanción al proyecto. Ese número implica que varios diputados del Frente habiliten la discusión que podría otorgarle la posibilidad de reelección a Perotti.
“La reunión fue muy buena. Nos sirvió para ordenar la casa y para tomar definiciones políticas como la del presupuesto. En ese tema sí estábamos condicionados con los pedidos de las dos cámaras (por los vencimientos de plazos), pero después se expusieron los temas y nos pusimos de acuerdo en la estrategia. La idea es construir, no imponer”, dijo la fuente que pidió reserva.
Una de las preguntas que surge luego de estos cruces políticos es qué va a pasar con los compromisos asumidos por Lifschitz y Perotti en la reunión que tuvieron a mediados de septiembre en Rosario. Todo parece haber quedado congelado, al menos por unos días. Habrá que esperar para saber si el tiempo acomoda las cosas o que ambos dirigentes vuelvan a encontrarse para repartir nuevamente las cartas.
En el Frente esperan que las elecciones nacionales del domingo pongan todo en un andarivel más institucional. El gobernador electo dijo que luego del 27 de octubre dará a conocer su gabinete y una vez que Perotti diga quién será el referente en cada ministerio, la transición también podrá tener mayor precisión con diálogos directos área por área.
Nueva etapa en el Frente
Después de la derrota por la gobernación hay un cambio muy importante en el Frente Progresista. En esta nueva etapa, todo indica que ese armado político tendrá más patas en las que apoyarse. El hecho de no ser gobierno en la provincia hizo que tomen mayor relevancia los intendentes de las principales ciudades. Pablo Javkin, electo intendente de Rosario, hizo que el joven partido Creo (ex Coalición Cívica ARI) pase a jugar en primera. Mientras que Emilio Jatón, quien conducirá la ciudad de Santa Fe, es un dirigente que llegó a la política de la mano del socialismo, pero que siempre mostró juego propio.
Otro referente ineludible será el propio Lifschitz. Mientras que el radicalismo, que definió su unidad en las últimas semanas, será otra de las figuras fuertes. Parte de las nuevas reglas de juego es que ninguno de estos actores podrá obviar a los demás en la toma de decisiones.
En el encuentro de este jueves también se acordó que las reuniones de la mesa de conducción sean cada vez más periódicas y que a las mismas se vayan incorporando el resto de los partidos, los más pequeños, para que también participen. De esa manera habrá una representación de los partidos mayoritarios como el PS y la UCR, de los intendentes de Santa Fe y Rosario y una representación de los partidos más chicos como el PDP, el GEN, Libres del Sur y SI.