LA CAPITAL
“No queremos un rejunte, ni formaría parte del mismo espacio con Daniel Scioli”, aseveró ayer el gobernador Miguel Lifschitz, quien no se guardó nada en materia de definiciones tras regresar a Santa Fe luego de la maratónica jornada de reuniones políticas mantenidas el miércoles pasado en Buenos Aires.
El mandatario provincial reconoció que junto a la referente del GEN Margarita Stolbizer oficiaron de mediadores para evitar una ruptura definitiva de Roberto Lavagna —líder de Consenso 19, espacio que integra el gobernador— con los cuatro referentes peronistas de Alternativa Federal Juan Schiaretti, Sergio Massa, Miguel Pichetto y Juan Manuel Urtubey.
Ante una consulta, Lifschitz se corrió en lo personal de una eventual candidatura y puso énfasis en señalar que se trata “de cerrar acuerdos que sean programáticos, porque lo que viene sosteniendo Lavagna y que nosotros compartimos es que hay que sumar. Pero no toda suma sirve, no se trata de un rejunte, que cualquiera venga y forme parte de un espacio común”, sostuvo Lifschitz al revelar que el nombre de Daniel Scioli, a quien Schiaretti lanzó una invitación pública en un video a sumarse junto al showman Marcelo Tinelli al espacio progresista, “generó discusión” entre los referentes de AF y el lavagnismo.
Para Lifschitz ,“de ninguna manera” podría compartirse el mismo espacio que intenta construir el progresismo a nivel nacional con una figura como Daniel Scioli, íntimamente vinculado al kirchnerismo. “Esa propuesta (de Schiaretti) con ese nombre (por Scioli) generó un poco de discusión, esta no es una convocatoria para que suban todos al carro”, diferenció.
“Hay que sumar —prosiguió— para construir un espacio alternativo en la Argentina que no solamente tenga competitividad electoral, que sería el principal objetivo, sino que además pensando en el gobierno tenga capacidad, solidez y coherencia para no volver a producir un nuevo fracaso y frustración a los argentinos”.
Con vistas a la convención nacional de la UCR del lunes próximo, el jefe de la Casa Gris reveló que “hay conversaciones con dirigentes radicales que claramente han expresado su apoyo como Ricardo Alfonsín o Federico Storani, e incluso con dirigentes del radicalismo de la provincia que son convencionales. Tenemos expectativas sobre cómo se va a desarrollar la convención entre quienes adhieren ciegamente a Cambiemos como el intendente de Santa Fe, José Corral, y quienes plantean cuestionamientos como el presidente de la UCR a nivel nacional Alfredo Cornejo”.
“No quiero meterme en lo que va a hacer un partido amigo como el radicalismo —aclaró— pero yo creo que va a haber una discusión importante, debate, posiciones distintas, pero todo terminará con una declaración que le permita a cada uno encontrar una alternativa a sus inquietudes”.
Para Lifschitz “lo primero que tenemos que hacer es ponernos de acuerdo en un proyecto, en un conjunto de iniciativas, dejar claro que no formamos parte de Cambiemos pero tampoco somos parte de Unidad Ciudadana” porque “nuestro proyecto no va en sintonía, no tiene puntos de contacto con el proyecto del kirchnerismo” a nivel nacional. “Estas cosas nos parece que son importantes definirlas con precisión antes de las definir las candidaturas y por ahí hay algunas diferencias con los dirigentes del peronismo federal”, resaltó el gobernador.
El jefe de la Casa Gris confió en que “los próximos días se mantengan las conversaciones y podamos ir encontrando un espacio común para definir una alternativa para el país. Creo que es muy importante que la Argentina pueda tener otra propuesta, que pueda enriquecerse el debate político a nacional, con otras miradas, con una mirada del desarrollo como la que tiene Lavagna, que difiere de Cambiemos pero también de la del kirchnerismo”.
“Creo que al país le haría muy bien que hubiera una tercera propuesta que pudiera plantearse un escenario por fuera de la grieta y generar expectativas a un sector muy importante de la sociedad que hoy no se siente contenido en ninguno de los dos modelos. Esa propuesta es indispensable que se pueda conformar a nivel nacional”, aseveró.
Con todo, Lifschitz reconoció que “esto no es sencillo de concretar y requiere de mucha generosidad, cosa que no abunda en la política argentina, pero yo no bajo los brazos y sigo trabajando en esa dirección”.