El gobernador salió al cruce del pedido del PJ y Cambiemos. “Piden que subsidiemos la energía, el agua y los colectivos, pero todo tiene un límite”, dijo
El gobernador Miguel Lifschitz rechazó ayer la posibilidad de aportar subsidios provinciales al transporte urbano de pasajeros, como reclama la oposición, para evitar una nueva suba de la tarifa. “Hay que ser más serios, todo el mundo pide que la provincia subsidie la energía, el agua, el transporte, que a su vez haga más obras, más seguridad. Todo tiene un límite”, señaló el jefe de la Casa Gris, para quien “en materia de transporte, hay fundamentalmente una responsabilidad nacional”. Como Nación tampoco aportará más fondos para financiar el alza salarial a los choferes, al municipio se le complica cada vez más garantizar el pago de sueldos el lunes próximo sin retocar el boleto.
El mandatario salió así al cruce de los planteos del arco opositor, desde el PJ hasta Cambiemos, que han reclamado mayores aportes provinciales para el transporte de la ciudad para evitar que la crisis de financiamiento la paguen los usuarios del sistema.
“Hay que ser más serios, todo el mundo pide que la provincia subsidie la energía, el agua, que subsidie el transporte, que a su vez haga más obras, más seguridad. Y obviamente todo tiene un límite”, sostuvo Lifschitz por La Ocho.
Según el gobernador de Santa Fe, “en materia de transporte hay fundamentalmente una responsabilidad nacional, que no es de este gobierno, que viene de muchos años de subsidios nacionales al sistema urbano”.
Desde la gobernación remarcaron que la mención que hizo Lifschitz al aporte nacional se debe “a que los fondos que se distribuyen entre todas las empresas de colectivos, se nutren del impuesto federal a los combustibles que pagan todos los argentinos cuando cargan nafta”.
Para Lifschitz, “la palabra subsidio no es mala palabra, hay veces que los subsidios son necesarios. No todos los subsidios hay que eliminarlos y sobre todo cuando hablamos de personas de escasos recursos, de sectores vulnerables”.
El mandatario provincial remarcó que la clave pasa por “buscar soluciones sustentables que garanticen el funcionamiento de los servicios”. En ese sentido, dijo estar “abierto para discutir todos los temas y buscar soluciones”.
Luego mencionó que “si se pudiera aplicar en Rosario la tarjeta Sube sería una gran ventaja, porque tiene una gran cantidad de beneficios que hoy están operativos para otras ciudades y no para los rosarinos, y sería un gran avance”.
Dos años atrás, ante una primera crisis de financiamiento del transporte local por la decisión del gobierno de Mauricio Macri de aportar menores subsidios al interior, Lifschitz se vio forzado a intervenir desde la provincia.
En abril de 2016 anunció una inversión de 100 millones de pesos para el sistema rosarino. Dispuso que unos 30 millones se destinen a promover el sistema eléctrico, ampliar el recorrido del trole e incorporar nuevas unidades, y 70 millones para ayudar a financiar la compra de nuevos colectivos.
Ahora, ante la negativa del mandatario provincial a girar más recursos al transporte de la ciudad, y como Nación tampoco aportará más fondos para financiar el alza salarial a los choferes, al municipio se le complica cada vez más garantizar el pago de los sueldos el lunes próximo sin retocar el boleto.
Ayer, en los pasillos del Concejo hubo contactos entre distintos bloques políticos para abordar el tema ante las versiones de un posible mensaje de la Intendencia para subir un peso el boleto y así financiar el alza salarial.
Hoy no habrá sesión en el cuerpo por lo reducido de la semana hábil tras el fin de semana largo. El tema se debatirá, en todo caso, la semana próxima, cuando el pago de sueldos deba estar acreditado.
De lo contrario, los choferes nucleados en la UTA probablemente definan algún plan de lucha y fuercen definiciones políticas sobre el boleto y el financiamiento del sistema de colectivos.